―La primavera es muy calurosa ―dice Tiziano a Botticelli y Botticelli, con el sudor en la frente, responde a Tiziano:
―Es cierto, la prima Vera es muy calurosa.
Pero Tiziano cree que Botticelli está hablando de la primavera, no de la prima Vera, que es prima de los dos, porque Tiziano y Botticelli son hermanos.
―Lo bueno es que se va en tres meses ―dice Tiziano.
Botticelli se queda mirando con extrañeza a Tiziano.
―Yo no quisiera que se fuera ―dice Botticelli a Tiziano―, pero así está decidido. Ni modo, qué le vamos a hacer.
Tiziano mira extrañado a Botticelli.
―Sí, son cosas naturales, así está predestinado para que venga más calor después todavía ―dice Tiziano refiriéndose al verano.
―¿Más calor aun sin la prima Vera?, ¿por qué? ―cuestiona Botticelli.
Tiziano lo vuelve a mirar extrañado.
―Tal vez tengas razón ―dice Tiziano a Boticheli―. Los tiempos han cambiado demasiado. Antes la primavera nos calmaba del frío haciendo renacer las flores, pero ahora, con estos tiempos locos, la primavera ya no es tan calurosa, incluso provoca algunas lluvias tenebrosas…
―¿La prima Vera provoca fuertes lluvias? ―se inquieta Botticelli―. No sabía que fuera maga o que tuviera esa prodigiosa capacidad.
Tiziano mira de nuevo extrañado a Botticelli.
―De eso y más es capaz la primavera, por eso ya no reanima como antes a las flores ―dice Tiziano.
Y Boticheli recuerda el jardín de su prima Vera ahora tan descuidado, con las flores muertas a pesar de los ocasionales aires cálidos que les ofrece su prima Vera.
―¿Es capaz de cosas peores que producir lluvias para matar a las flores? ―pregunta, desconcertado, Botticelli a Tiziano―. Entonces sí es mejor que se vaya.
Porque Botticelli sabe que su prima Vera se va a ir a otro país para estudiar un doctorado. Ella ya está grande, no como ellos. A lo mejor por eso ya se comporta de ese feo modo.
―Pero, como los ciclos temporales de la vida, regresará, y continuará con sus calores y con las lluvias y con las flores muertas y luego el verano y las hojas caídas de los árboles y el frío del invierno ―resume Tiziano, que es más sabio que Botticelli porque es dos años mayor.
Aunque Botticelli no entiende bien la relación que hace Tiziano con las estaciones del año, cree que estaba jugando a las tempestades y los acaloramientos, un juego que les encanta jugar antes de dormir consistente en decir cualquier cosa para que el otro responda lo que quiera sin sentido de nada.
―Sí, la prima Vera que se vaya en el verano y que regrese hasta el otoño o hasta el invierno, de plano ―dice, enojado, Botticelli.
Tiziano no entiende la mescolanza de las estaciones, pero prefiere pensar que su hermano está empezando a enloquecer.
En ese momento su mamá los llama a gritos para que vayan a comer.
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