CRÓNICA: BRAULIO CABRERA /LALUPA.MX
FOTOS: RICARDO ARELLANO/LALUPA.MX
Allá en el norte de la ciudad, era un día soleado y airoso, como tantos otros en primavera. Ese mismo aire, movía los árboles del parque que se encuentra antes de llegar a la avenida Portal de Dolores, entre Calzada de las Lágrimas y Portal del Topo. Ahí está el corazón de San Pedrito Peñuelas: también conocido como el Centro de Desarrollo Comunitario de la colonia.

Un espacio que en días pasados se llenó de conversaciones, cuchicheos y risas. Más de treinta mujeres, de diversas edades, algunas con menores, fueron tomando asiento, mirando de frente una mesa con utensilios de cocina que ellas mismas habían traído. Allá en la esquina, donde se hacía corriente, había un anafre con un comal, calentándose.


“¿Si comieron? ¿Ya están listas para el taller o no?” preguntó uno de los instructores y la multitud respondió “sí” con muchísimo entusiasmo, incluso aplausos. Pues estaban a unos minutos de comenzar el curso de elaboración de tortillas de nopal, el primero que se impartía en esta colonia.

Después de unos minutos de presentaciones y avisos, se dio inicio al taller. El grupo se concentró en apuntar en sus libretas las instrucciones del procedimiento e ingredientes; guardaban extremo silencio, excepto por un par de niños que jugaban y alguna pregunta esporádica respecto a las cantidades.

Sin embargo, al poco tiempo, el instructor pidió voluntarias para comenzar a picar los nopales. Laura Aguilar, organizadora de estos talleres, dio un paso al frente y, después de lavarse las manos, se dedicó a rebanar. A ella se le sumaron varias voluntarias. Así, entre chorcha y risas, el taller poco a poco se fue convirtiendo en una convivencia entre amigas.



“La intención principal de este proyecto es capacitar a las mujeres y adultos mayores en técnicas que les ayuden en su día a día, que les enseñen habilidades nuevas. Si con eso, ellos deciden emprender nosotros les damos el acompañamiento y la asesoría, incluso le buscamos lugares para que se venda. Es un ciclo completo” explica la organizadora de estos talleres, Laura Aguilar.

En entrevista con La Lupa.mx Aguilar profundizó en el origen y naturaleza de este proyecto, pues si bien tiene el cargo de coordinadora general de la jefatura de gabinete del poder ejecutivo del estado de Querétaro, estos talleres no están relacionados en lo absoluto con programas gubernamentales.

“A pesar de que algunos de nosotros trabajamos para dependencias gubernamentales, esta es una iniciativa 100% ciudadana y voluntaria. Como parte de mi trabajo, recorro diferentes partes de la zona metropolitana. Conforme los he conocido, personas se han acercado a comentar la necesidad de espacios para capacitarse, obtener nuevas formas de ingresos y mantenerse activos”

“El recurso es de mi propia bolsa, porque a mí como ciudadana es algo que me interesa apoyar. También, debo admitir que no son cursos tan caros, especialmente porque las mismas asistentes llevan materiales; por ejemplo, para el taller de hoy ellas trajeron los trastes, la licuadora, la prensa, el anafre. Además, los instructores son voluntarios”, agrega.

Mientras tanto, las asistentes ya se encontraban —casi en su mayoría— alrededor de la mesa, ayudando a hacer la mezcla de nopal, espinaca y harinas; o le soplaban al anafre para tener listo el comal.

María Helena Flores caminó entre sus compañeras, tortilla en mano y la echó al comal con maestría. No es para menos, pues ella lleva casi 30 años preparando tortillas, aunque nunca antes de nopal.


“Tengo 74 años, soy originaria de Peñamiller y vine a la ciudad por trabajo hace casi 30 años. Desde siempre yo he vendido tortillas, las preparaba en la mañana y en la tarde me iba a trabajar en el municipio. Ahora estoy retirada, tienen su propia casa aquí en la colonia y fue así que me enteré del curso, porque vengo a las actividades que ofrecen para los adultos de la tercera edad”

“Me gustó mucho el taller y me gustó más haber sido la primera en hacer una tortilla. La verdad, quiero seguir haciéndolas en mi puesto de menudo que monto los domingos. Pienso que estas tortillas de nopales se van a vender bien” comenta.

María de la Luz Hernández, una asistente primeriza, quedó encantada: “me pareció excelente, tanto la explicación como la disponibilidad de todo el staff, que estuvieron muy involucrados. Además, la tortilla estaba muy rica; pero lo que más me gustó fue su consistencia, un poco más tiesa, eso es bueno para los tacos de guiso, queda perfecta porque no se remoja tan fácil o, si la haces más gruesa, está ideales para sopes.”

Ella también apoya en la coordinación de los comités comunitarios, especialmente el de adultos mayores, uno de los más numerosos. Según comenta, este tipo de actividades son especialmente importantes para este sector pues ayuda a que se motiven, compartan sus conocimientos e, incluso, emprendan.

“En el grupo de adultos mayores tenemos personas desde los 60 años hasta uno que acaba de cumplir 90. Son de verdad personas de las que se puede aprender mucho y que lo único que necesitan es motivación y apapachos. A ese CDC le ha ido muy bien por eso, empezamos con 4 y ahora nuestro grupo es de 40 y quisiéramos llegar hasta 90 integrantes”, cuenta con una sonrisa.


De pronto, el taller se había convertido en taquiza, pues tortilla que salía del comal, se llenaba de frijoles y salsa, e iba directo a la boca. Eunice Durán, una de las asistentes, contó su experiencia mientras disfrutaba de su taco:

“Este es el segundo taller al que asisto. El otro fue de velas y pienso que tocó en una temporada que se iban a vender mucho, así que quienes aprovechamos las fechas, logramos vender bastante. En la cuestión del emprendimiento he aprendido un montón. A veces vendo tacos de guisado, tamales y esto de las tortillas me aporta mucho para que mi negocio siga creciendo. Estoy muy contenta, creo que todas.

“En ocasiones, de aquí nos invitan a dar los cursos en otros lados, para seguir compartiendo lo que sabemos. Se ha formado una buena comunidad, especialmente a través del grupo de Whatsapp ahí mismo nos vendemos lo que vamos aprendiendo y emprendiendo.”
Eunice tiene cuatro hijos y una de ellas asistió al taller de huertos de traspatio, donde aprendió a cultivar vegetales: “A mi hija le gustan mucho las plantas, y la traje para que tomara el curso de huertos. Al rato se puso a cultivar lechugas, jitomates, cebolla, calabaza y otras cosas. Aprendió bien y tiene buena mano para las plantas.”

“Estoy muy agradecida con la licenciada Laura y todos los voluntarios que se han sumado al proyecto, porque estos talleres nos ayudan a crecer, nos empoderan como mujeres. De esto podemos emprender un negocio y enseñarles a nuestros hijos cómo trabajar para que se valgan por sí mismos. Pienso que cuando una mujer sabe hacer muchas cosas, puede sacar adelanta a su familia, es cuando realmente está empoderada”, añade.

En un abrir y cerrar de ojos, las asistentes del taller comenzaban a despedirse y a guardar sus sillas. Pero alguna otra aprovechó para hacerse un segundo taco y seguir platicando.

“Yo no sabía hacer tortillas, por eso vine. Ahora no sólo sé hacerlas, sino más nutritivas y sabrosas. Algo que me sorprendió de verdad fue el sabor, porque realmente no afecta al guisado. A mis hijos les gusta mucho que tome los talleres me ven más activa, que he hecho amigas, convivo y se me baja el estrés. Sin embargo, a ellos también les gusta aprender, ahora les voy a enseñar a hacer tortillas”, cuenta Liliana Gómez.
“Ya he tomado el taller de velas aromáticas, de emprendimiento y el de piñatas; ese me gustó mucho, es muy buen negocio especialmente porque lo enseñaron en diciembre y es buena época. Es un ingreso extra que no implica descuidar a la familia…”

“Además, para esas fechas organizamos una posada con los vecinos, y rompimos las mismas piñatas que habíamos hecho. Pienso que con este proyecto estamos trabajando muy bien, hemos visto mucho avance y, sobre todo, se ha creado comunidad, que ayuda en otros aspectos como la seguridad”, concluye.

Dos horas después de comenzada la actividad el carbón en el anafre ya era brazas y casi todo mundo se había ido. Sin embargo, la chispa se la llevan las asistentes que, de un modo u otro, aprovecharán.

Hoy fue el taller de preparación de tortillas en San Pedrito Peñuelas, pero también se han impartido de elaboración de composta y biofertilizante, de hidroponía, construcción de huertos de traspatio; fabricación de piñatas, de velas aromáticas, de flores de listón; capacitación en herramientas de marketing para emprendedoras, incluso clases de zumba. Con mínimo dos talleres a la semana desde noviembre de 2024, se ha podido beneficiar a —al menos— 720 personas: María Helena, Eunice, Liliana, María de la Luz, son prueba del éxito de este esfuerzo ciudadano pero el impacto real, especialmente el que ellas tendrán en sus familias y sus comunidades, es inconmensurable.
