Esa madrugada miró por la ventana, pero en lugar de sonreír a la luna tan alta, rugió. Ella juraría haberlo hecho contra su voluntad, y quedó tan asustada que el sonido de su corazón logró alterar el silencio, como si de una matraca de comenzar la fiesta se tratara.
La azuzaban un olor y una voz: esa, y la llamaban precisamente a ella, que tan mesurada y sensata había sido siempre. Tuvo miedo, un miedo feroz de jaguar hembra en celo, acorralada.
Violenta, destrozó su cuarto a dentelladas y se puso lírica, como se pone el viento cuando desordena todo.
Saltó por la ventana con sus nuevas cuatro patas de almohada, comenzó a subir la cuesta hacia las afueras, y aluzó las partes oscuras de la avenida con mirada amarilla y piel moteada. La ciudad aún se defendía de la claridad rosa de la aurora.
Cruzó los carriles de alta velocidad –vacíos– con su matraca y su rugido, sorprendiendo a algunos inocentes que, al mirarla, pensaron: “Suficiente por hoy”, y guardaron su bebida.
Ganó los cerros que rodean el valle. La voz seguía llamándola, ronca, urgente.
Ella, avanzando con elegancia, hacía jirones sus herrumbrosas costumbres de mujer educada.
Presintió la vida, el verdor, las estrellas, el principio… el final.
Jaguar esperaba para montarla. Pésame, distribúyete, cúbreme…
Ronronearon, corrieron… corrieron… Se inventaron una selva espesa que los alojó feliz, hasta el aciago día en que se torció el amor… su hermoso amor como todos: Eterno mientras duró.
Marzo, 2020
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Balam… amor, valentía!
Hermoso
Adoro las hermosas metáforas que describen esa sutil forma de encadenamiento “mesurada y sensata”. Estoy segura que cada una llevamos esa leopardo silenciado, ahogado. Maravilloso despertar que aún con el dolor del fin vale la pena sentir y sobrevivir para recordarlo: “…eterno amor, mientras duró”.
Era una jaguar muy intrépida, por cruzar la ciudad en busca de su amor.
Te inspiraste en el gato de tu calle?
Lo leí y me pareció sentir y escuchar música. Gracias¡
Metáfora? sueño? Fantasía secretamente acariciada? todo, tal vez?
Genial la descripción de la animalidad del amor y la humanidad de ese sentimiento que concebimos, sin ninguna base, como exclusiva de nuestra especie.
Intrepida.Atrevida
La vida es extraña. Venimos sin nada y luchamos por todo, y al final, lo dejamos todo y nos vamos sin nada. La vida es un viaje fugaz, un ciclo de ganar y soltar. Llegamos con las manos vacías, pero pasamos nuestros días persiguiendo, construyendo y aferrándonos, como si pudiéramos escapar del tiempo mismo. Nos aferramos al amor, al éxito, al significado, desesperados por hacer algo con los breves momentos que se nos dan. Y, sin embargo, no importa cuánto acumulemos, llega un día en que debemos soltarlo todo. Pero quizás la belleza de la vida no esté en lo que guardamos, sino en lo que damos, en el amor que compartimos, la bondad que dejamos atrás, las vidas que tocamos en el camino…