REPORTAJE: PATRICIA LÓPEZ NÚÑEZ/LALUPA.MX
A menos de dos horas del centro de la ciudad de Querétaro, se ubica el Cañón de El Paraíso, un espacio al cuidado del Ejido Peña Blanca, en el municipio de Peñamiller. Los taludes de mármol, entre los que pasa el río Extóraz, son uno de los sitios favoritos para el turismo de aventura. Sin embargo, este lugar vive un proceso de degradación ambiental debido al turismo depredador y a la inacción de los encargados de proteger este oasis: perros sin correa que llegan a ocasionar problemas como matar gallinas, excremento de las mascotas y de vacas, las rocas del cañón con grafitis, basura y latas de cerveza al lado del río…

La Reserva de la Biósfera ocupa una gran parte de la Sierra Gorda de Querétaro, con 683 comunidades de los municipios de Arroyo Seco, Jalpan de Serra, Landa de Matamoros, Pinal de Amoles y casi el 70 por ciento del territorio de Peñamiller. Integrantes del ejido identifican que el Cañón forma parte de la reserva, por lo que debería sujetarse a los lineamientos del decreto de creación de la Reserva, que se publicó el 19 de mayo de 1997 en el Diario Oficial de la Federación.

En el Programa de Manejo de la Reserva de la Biósfera Sierra Gorda, de la Secretaría del Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca de 1999, se reconoció que en el río Extóraz se presenta el problema de que se vierten algunos drenajes desde Guanajuato y a lo largo de su paso por Peñamiller, lo que afecta la calidad del agua y se estableció una política de conservación por tratarse de un área clave y prioritaria.

Entre los lineamientos se establece el turismo ecológico o ecoturismo que debe realizarse de manera responsable y con bajo impacto ambiental, sin alterar el entorno natural, a través de un proceso en favor de la conservación y desarrollo sustentable. Además, se puntualiza que los prestadores de servicios recreativos y los visitantes deberán llevar consigo la basura que generen y depositarla en los sitios destinados para eso.

En el Cañón, la basura se encuentra a un lado del río, lo mismo latas de cerveza que botellas de vidrio y plástico, incluso personas que se lavan la cabeza con shampoo y los perros nadan sin correa entre la gente, a pesar de que pueden ser una amenaza para la fauna local no solamente por la posibilidad de algún ataque, sino por la transmisión de enfermedades a los animales silvestres. Además, se encuentran diferentes mangueras desde el río que llevan agua hasta algunos tanques y cisternas que están tan llenas que se derraman.


Al ingreso al sitio, las únicas prohibiciones son llevarse plantas aromáticas y silvestres, o a los animales acuáticos, así como no ingresar con “sustancias” (sic) y drogas, además de “no introducir mascotas, excepto perros utilitarios”, una disposición que no se respeta, al igual que no se pueden realizar actos de vandalismo.

Retén de jóvenes y cervezas
Antes de ingresar al Cañón, un retén de jóvenes que dicen pertenecer a la comunidad “solicitan” una “cuota voluntaria” con el argumento de que ese recurso es para “arreglar” el camino de acceso que es de terracería.

Uno de los prestadores de servicio del Cañón de El Paraíso, integrante del Ejido Peña Blanca, en la comunidad El Paraíso, aseguró que el sitio se encuentra muy limpio, incluso hay baños. Además, sí se puede ingresar con cervezas o consumir las que se venden en el sitio. Las gorditas, tacos o bebidas, como aguas y refrescos, cuestan a 25 pesos, la caguama 60 pesos y la michelada de litro 95 pesos.

El integrante del ejido sostuvo que esta zona forma parte de la Reserva de la Biósfera de la Sierra Gorda y que mayo es el mejor mes para conocer el río, porque a partir de junio son tiempos de agua y va muy revuelta o sucia.

Aunque no hay cabañas, se cobran entre 150 y 200 pesos por casa de campaña para pasar la noche. Tampoco hay restricciones para que ingresen los perros, “aunque deben traer correa”. Por día, cada visitante debe pagar 100 pesos por ingresar, más 50 pesos para estacionar un vehículo.

“La información la tienen los guías locales”
La directora de Turismo del municipio de Peñamiller, Esmeralda Chávez Mendoza, señaló que “la información más precisa la tienen los guías locales”, a quienes se les suele capacitar y actualizar sobre los reglamentos en los que deben operar, aunque esos lineamientos se “manejan internos, como de comunidad”, pero “no tienen validez”, porque en este momento se trabaja en un reglamento de turismo municipal.

Explicó que en la zona trabajan el ejido de Peña Blanca y la comunidad de El Paraíso, que “comparten territorio de esa zona, por eso trabajan en conjunto, para poder operar, porque pertenece al área natural protegida de la Reserva de la Biósfera y hay mucho apoyo de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conap) y asesoría”.


Chávez Mendoza afirmó que entre semana casi no hay actividad en el Cañón, pero los viernes, sábados y domingos se eleva la cantidad de visitantes, así que la comunidad se esforzó para ofrecer servicio de baño, puestos de comida y bebidas, entre otros.

“En Semana Santa que fui a dar el recorrido tienen un módulo donde te reciben. Si llevas tu carro anotan tu placa, te dicen que te toca el estacionamiento 1 o 2 dependiendo de si se llenaron. El costo de estacionamiento es de 50 pesos y por persona son 100 pesos. Acampar tiene un costo y hay como tres o cuatro huertas donde pueden elegir para acampar. A cada persona que le preguntamos les gusta mucho pues es muy limpio porque las mismas personas se encargan de darle mantenimiento”, declaró la directora.

Durante la pasada temporada vacacional, aseguró que se hicieron encuestas en los que la gente aseguró que les gustó el lugar, que hay mucha amabilidad y que era muy limpio. No obstante, subrayó que en el sitio no se puede ingresar con mascotas y si bien, “llegan personas que no tenían bien la información, se les sugiere que los dejen en las huertas donde pueden acampar, que los dejen con agua y comida y se vayan a dar el recorrido, porque no permiten el acceso, pero también hay personas que no quieren dejar a sus mascotas”.

Reconoció que ante la negativa de dejar a las mascotas “ha habido percances, porque hay personas que se han quejado que: “oye mira el perro vino y mató a las gallinas o se metió a la huerta y me hizo el daño de tal cosa”.