Me hubiera gustado ir a votar este primero de junio y ser partícipe de la elección de jueces, magistrados y ministros de nuestro Poder Judicial.
Desde que tengo derecho a emitir el voto —hace ya 50 años— nunca he faltado a una cita cívica y política como es el hecho de emitir mi sufragio y elegir libremente a quienes considero nos deben gobernar.
En esta ocasión, sin embargo, he decidido no acudir a votar. No iré a sufragar para la elección de los próximos integrantes del Poder Judicial este primero de junio, por varias razones.
Explicación
Primera razón. No estoy de acuerdo en que los encargados de impartir justicia en el país sean definidos mediante una votación abierta y no, como hasta ahora se ha realizado, con base en su conocimiento, en sus estudios, en su experiencia.
A diferencia de los otros dos poderes (Ejecutivo y Legislativo), en el Judicial los cargos demandan necesariamente que quienes los ocupen tengan experiencia pues no es un ejercicio político el que hacen, sino jurídico.
Al momento en que se aprobó el proceso de elección de jueces, magistrados y ministros, en ese momento se descartó la experiencia y se dio paso a la popularidad como requisito único, sin importar que los aspirantes no tengan profuso conocimiento en la impartición de justicia.
Se apostó por la política y no por el conocimiento.
Segunda razón. El argumento central del por qué se modificó la constitución para permitir la citada elección, fue que se quería combatir la corrupción que según recitó el expresidente Andrés López, se lograría con esta reforma.
No obstante tal planteamiento no está explícito en la reforma judicial aprobada, ni por mención ni por acción. Nada nuevo se contempla para acabar con este mal, sobre todo si miles de ciudadanos tienen claro que la deficiente impartición de la justicia se encuentra radicada, fundamentalmente, en los ministerios públicos y en la estructura que los rodea.
Tercera razón. A pesar de que se afirmó que quienes aspiraran a ser electos como parte de la estructura judicial serían evaluados para garantizar su conocimiento y experiencia, no fue del todo cierto.
La mayoría parlamentaria en el Poder Legislativo al igual que el Poder Ejecutivo, priorizaron “autorizar” mayoritariamente a aspirantes vinculados o cercanos a Morena (el partido en el poder) a quienes pretenden colocar mayoritariamente en el judicial para también controlarlo.
Dicho en otros términos, acudir a votar en nada o en muy poco podrá “alterar” el plan de los autollamados integrantes de la cuarta transformación.

Cuarta razón. Para “amarrar” un resultado favorable, tanto los morenistas en el ejercicio del poder como el Instituto Nacional Electoral han “garantizado” que se imponga su plan y sus candidatos mediante mecanismos que borran todo vestigio de democracia.
Las boletas que no se utilicen no serán canceladas; se enviarán así, en blanco. No habrá representantes de candidatos y, por ende, quienes cuenten los votos serán funcionarios de casilla que tendrán a su disposición las boletas no utilizadas (se corre el riesgo de que sean llenadas por ellos mismos), y como no habrá vigilancia ciudadana…
Quinta razón. La absurda decisión de incluir infinidad de cargos a elegir. Tan sólo en Querétaro se habrá de votar por 35 aspirantes a la misma cantidad de cargos. ¿Alguien tiene calculado cuánto tardará cada elector en emitir su voto? Si llegara a acudir la mitad de ciudadanos que componen la lista nominal de electores ¿Habría tiempo para que todos votaran? ¿Habrá oportunidad real de emitir un voto con conocimiento?
Nueva era
Lamentablemente es una elección amañada que rompe con los principios mínimos de la democracia, que está controlada por el partido político en el poder y que tiene mínimas posibilidades de que “cuelen” juzgadores no vinculados a Morena.
Por eso considero que no tiene sentido acudir a las urnas este 1 de junio, ni siquiera para anular el voto.
Lamentablemente el próximo domingo comenzará una nueva era en México: el retorno a los viejos tiempos del unipartidismo y la antidemocracia.
Juan José Arreola de Dios
Periodista / Comunicación Política
Twitter (X): @juanjosearreola