Autoría de 4:05 pm #Opinión, Víctor Roura - Oficio bonito

Springsteen y Trump – Víctor Roura

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A mediados del mes pasado el compositor norteamericano Bruce Springsteem, que el 23 de septiembre de 2024 cumplió siete décadas y media de vida, comenzó en Manchester una gira mundial que, ahora, ha dado mucho de qué hablar no por su excelencia musical, cuya relevancia siempre es notoria, sino por los asuntos políticos que en este tour  se han filtrado. Jordi Amat, periodista del diario El País, apuntó el 15 de mayo que Springsteen, antes de empezar a cantar, había dejado en claro su visión de las cosas suscitadas en su país: “Mi hogar, el Estados Unidos que amo, el Estados Unidos sobre el que he escrito y que ha sido un faro de esperanza y libertad durante 250 años, está actualmente en manos de una administración corrupta, incompetente y traidora”.

      Tras este “diagnóstico”, expresó su “voluntad de que el concierto tuviera también una significación política”: “Esta noche —dijo Springsteen— pedimos a todos los que creen en la democracia y en lo mejor de nuestra experiencia estadounidense que se levanten con nosotros, alcen sus voces contra el autoritarismo y dejen que suene la libertad”.

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Springsteen interpretó varias piezas que no incorporaba comúnmente en sus conciertos, como su canción “Death to my Hometown”: “Envía a los tiranos sin escrúpulos directos al infierno”.

      Jordi Amat escribió que Springsteen dedicó “a nuestro amado líder” una canción que jamás había tocado en vivo: “Rainmaker”, del álbum Letter to You (2020), “una pieza de imaginario bíblico sobre un pueblo que sufre la sequía y la gente, desesperada, necesita creer en un milagro y el hacedor de lluvia que viene les engaña con falsas promesas”.

      Aunque la había compuesto antes de los atentados del 11 de septiembre de 2001, escribió Amat en El País, “una de las canciones de Springsteen asociadas a ese momento es ‘My city in ruins’. En Manchester la recuperó y, durante la interpretación, sentado en el escenario y con la mano en la frente, dijo que en su país estaban sucediendo cosas raras y peligrosas y lo ejemplificó con estas palabras:

      “—Están persiguiendo a las personas por usar su derecho a la libertad de expresión y expner su disidencia. Esto está sucediendo ahora. En Estados Unidos, los hombres más ricos se complacen en abandonar a los niños más pobres del mundo a la enfermedad y a la muerte”.

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Ante esta postura del célebre compositor, Donald Trump, acostumbrado al cotidiano insulto pueril, respondió a las críticas llamando a Springsteen “sobrevalorado”, “imbécil” y “más tonto que una piedra”.

      De nuevo, El País notificó el pasado 17 de mayo esta alterada contestación del mandatario republicano, quien en su red social Truth Social se apresuró a responder: “Veo que el sobrevalorado Bruce Springsteen va a un país extranjero a hablar mal del presidente de Estados Unidos. Nunca me gustó, nunca me gustó su música ni su política de izquierda radical y, lo que es más importante, no es un tipo con talento. Sólo un imbécil prepotente y desagradable que apoyó fervientemente al corrupto Joe Biden, un idiota mentalmente incompetente y nuestro peor presidente de la historia, que estuvo a punto de destruir nuestro país. Springsteen es tonto como una piedra y no pudo ver lo que estaba pasando, ¿o sí (lo cual es aún peor)? Este roquero reseco como una pasa (tiene la piel toda atrofiada!) debería mantener la boca cerrada hasta que regrese a este país. Eso es lo normal. Entonces veremos qué tal le va”.

      Por supuesto, la amenaza es visceral.

      Y no quiero hablar de las inclinaciones musicales de Trump, las cuales, en buena parte, evidencia en su mensaje, porque en esta clase de asuntos, cmo dicen las abuelas, cada quien es libre de exhibir su propia cultura: “En gustos se rompen géneros, en empedrados tacones y en amores corazones”. 

      Así es.

      Lo indudablemente cierto es que un presidente de cualquier país, si bien lo hacen con  insana frecuencia de manera impune, no pueden, o no deben, amenazar a nadie.

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Después de este altercado político, y sólo después, Trump exigió una “investigación a fondo” de artistas que apoyaron a Kamala Harris, como Beyoncé o el propio Bruce Springsteen, si bien, como apunta el mismo periódico El País en otra breve concisa información, “las acusaciones de Trump a estos artistas llegan tarde”, pues tanto Oprah Winfrey como Beyoncé “ya han negado en el pasado acusaciones sobre financiamiento irregular vertidas contra ellas y otros artistas que participaron en los eventos organizados por la demócrata durante su candidatura. La primera argumentó en noviembre de 2024 que el pago de un millón de dólares por parte de la campaña de Harris fue entregado a su productora para cubrir los costes de una entrevista organizada durante la campaña, negando que le fueran entregados como pago por acudir a un acto de la entonces vicepresidenta estadounidense. La madre de Beyoncé, Tina Knowles, negó también en noviembre del año pasado que la cantante hubiera recibido diez millones de dólares por aparecer en un acto de campaña”.

      Para subrayar involuntariamente sus propios colmos, Trump había ya atacado con anterioridad a Taylor Swift en una publicación en Truth, pero luego apuntó en su red social: “¿Alguien se ha dado cuenta de que desde que dije ODIO a Taylor Swift [en septiembre de 2024], ella ya no es popular?”. lo cual es una absoluta falsedad. El País apuntaba que

“la rivalidad de la cantante con el mandatario viene de lejos y se acrecentó cuando la de Pensilvania apoyó públicamente a Harris para la presidencia estadounidense”.

      Sin embargo, la Federación de Músicos de Estados Unidos, actuando con correcta institucionalidad, ha “defendido” a Swift y a Springsteen de los insultos proferidos por el presidente estadounidense: “Bruce Springsteen y Taylor Swift no solo son músicos brillantes, sino también modelos a seguir e inspiración para millones de personas en Estados Unidos y en todo el mundo”, aseguró su presidente, Tino Gagliard, en un comunicado recogido por la agencia Efe, hizo saber El País.

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Bruce Springsteen, para confirmar su postura, ha dado a conocer un disco que incluye las críticas que enardecieron a Trump, reveló el diario El País el pasado 22 de mayo: el nuevo álbum recoge las palabras que lanzara en su gira europea referidas a Donald Trump, “y las acompaña con cuatro canciones, lo destacado de esa primera noche, según la web del artista. Se trata de un claro acto de protesta política, como el concierto mismo, poblado de principio a fin de críticas explícitas al presidente norteamericano y a la deriva autoritaria de su política”.

      El corto álbum, “que ya puede escucharse en plataformas digitales, empieza como empezó el concierto en el Reino Unido, con las palabras del cantante:

      “—La E Street Band está aquí para invocar el poder del arte, la música y el rock and roll, en tiempos peligrosos.

      “Más allá de los temas musicales, las introducciones a las canciones —dos de ellas ocupan un track de sonido completo en el disco— centran la atención.

      —Esta es una plegaria para mi país —dice Springsteen al introducir la pieza “Long walk home” —. Hay una mierda muy rara y peligrosa ocurriendo ahora mismo. En Estados Unidos están persiguiendo gente por usar su derecho a la libertad de expresión. Está pasando ahora. En Estados Unidos los más ricos obtienen satisfacción en abandonar a los niños más pobres del mundo a la enfermedad y muerte. Esto está pasando ahora. Están retrocediendo legislaciones históricas de derechos civiles, están abandonando a nuestros grandes aliados y se han alineado con dictadores… —dicho lo cual se oye la canción “My city of ruins”.

      El apunte de El País finaliza de esta forma: “El disco publicado es un golpe más en el intercambio continuo entre artista y magnate”.

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La gira europea de Bruce Springsteen, intitulada sarcásticamente The Land of Hope and Dreams Tour, que diera inicio en Inglaterra el 14 de mayo, finaliza el 3 de julio de 2025 en Milán, Italia, en el Estadio San Siro. 

      Rebatiendo con facilidad a Trump, cuyos gustos musicales, por lo mirado en sus redes sociales, se airean entre el artificio, la insustancialidad y lo transitorio, se puede asegurar que no hay, a la fecha, ninguna grabación mediocre de Bruce Springsteen, sino todas son memorables. una circunstancia creativa que no se quebranta sólo con no escucharla o disuadirla ásperamente: con los años, el guitarrista ha exhibido un talento incuestionable, no es, en lo absoluto, como dijera Trump, ningún “tonto” como “una piedra”-

      A Trump no le gusta Springsteen sencillamente porque no piensa el músico como él, porque aprecia las situaciones políticas de una manera antagónica a la suya —a la de Trump—, porque su alma humanitaria —la de Springsteen—  no coincide con la suya —la de Trump.

      Por lo pronto, a diferencia de las opiniones de un artista, las decisiones de un político se asientan en otro contexto: “Este roquero reseco como una pasa (¡tiene la piel toda atrofiada!) —ha sentenciado Trump— debería mantener la boca cerrada hasta que regrese a este país. Eso es lo normal. Entonces veremos qué tal le va”.

      En ese “veremos qué tal le va” hay, ciertamente, una sinuosidad atemorizante, una latente iracundia, una, sí, impropia amenaza política.

AQUÍ PUEDES LEER TODAS LAS ENTREGAS DE “OFICIO BONITO”, DE VÍCTOR ROURA, PUBLICADAS EN LALUPA.MX

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Last modified: 17 junio, 2025
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