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“El coraje es un músculo que hay que ejercitar a diario”: Silvia Vásquez-Lavado

ENTREVISTA: LORENA ALCALÁ/ LALUPA.MX

FOTOS: RICARDO ARELLANO/LALUPA.MX

El tránsito de Querétaro detuvo el transporte de Silvia, nos dijeron integrantes del staff del Hay Festival. “Viene con media hora de retraso” añadieron “¿La quieren esperar?” “Por supuesto”, respondimos. No todos los días tienes la oportunidad de entrevistar a una mujer latinoamericana  —la primera peruana— que ha escalado las siete cumbres del mundo, incluyendo la montaña mas alta del mundo: El Everest.

Silvia Vásquez-Lavado nació en Lima, Perú en 1974. De niña fue victima de abuso sexual por parte de un empleado de confianza de sus padres, quienes además formaban un matrimonio disfuncional donde a veces permeaba la violencia. Estas cicatrices de su infancia la condujeron en su juventud a la depresión y el alcoholismo, en una espiral de autodestrucción que se detuvo en seco gracias al montañismo.

El proceso, dice, no fue fácil y le tomó 11 años de preparación llegar a escalar el Everest; pero por eso, dice, comenzó con algo pequeño, con paseos pequeños. Como lo expresa en su libro: “Miraba los cerros e imaginaba un lugar libre de secretos. Un lugar muy lejos de aquí. Un lugar donde pudiera respirar mi propio aire”.

Durante la conversación, llevada a cabo en el marco del Hay Festival Querétaro, a donde vino a presentar su libro “El abrazo de la montaña” (Planeta 2023),  Silvia va develando las claves de esta travesía de sanación que la ha llevado a escalar en los siete continentes, pero también a enfrentar sus sombras y poder ver el sol detrás de ellas.

Primero, saber que dentro de todos nosotros hay una semilla de valor y que el coraje es un músculo que hay que ejercitar a diario. La humildad, para reconocer nuestra posición en el mundo, en el universo y ver que somos tan pequeños y que desde esta perspectiva es que hay lugar para el asombro. La autoreconciliación, que va de la mano con el perdonarse uno mismo, con entender que hay días malos pero que son pasajeros y que debemos abrazar nuestra tristeza, para llorar y abrir el espacio para que se llene de valor. La fe, en lo que es superior a nosotros; y lo que ella llama su superpoder, la vulnerabilidad, pues al reconocernos vulnerables también somos capaces, dice, de conocer la medida de nuestra fuerza.

¿Consideras que el montañismo fue para ti una tabla de salvación?

Yo consideraría que el montañismo me conectó con el poder de las montañas y la naturaleza. Me da gracia porque yo siendo peruana y mi papá era de la sierra, también mi mamá, mi abuela era de un sitio muy sagrado y nuestra cultura incaica trataba a las montañas como un templo, como una  cosa sagrada.  Fue la naturaleza lo que me abrió la oportunidad para conectarme con mi coraje. Yo había pasado una etapa muy penosa de abuso sexual, esa violación te agarra, te mata, te limita, te entra miedo y lo tenia muy marcado. Pero fue esa reconexión tan fuerte con la naturaleza, especialmente rodeada de estas montañas tan  gigantescas en el Himalaya las que me abrieron la oportunidad  de (conocer) que tenia esa semilla de coraje, que esa semilla todavía estaba con vida, que tenia que entregarme a ella y eso fue lo que me llevo a esas experiencias tan hermosas.

¿Cuando fue el momento en que encontraste esa semilla y dijiste tengo que recuperarla, hacerla crecer?

Fueron dos momentos. Yo no me metí al montañismo de joven y tanto así, sino que fue como  una curiosidad. Antes de que yo hiciera montañismo estaba pasando momentos muy difíciles con el alcoholismo y mi mamá me hace regresar a Perú a hacer una sesión de meditación muy fuerte y en esa sesión veo a mi niñita interior, la versión mía de niñita que yo quería destruir, que yo tenia cólera, y como que tengo una reconciliación conmigo. Esa reconciliación es muy importante porque a veces nosotros somos como pedazos de rompecabezas, y esta era una pieza tan vital, que yo la odiaba, que no la apreciaba, que quería destruirla, mi vida estaba muy incompleta. Entonces yo al reconectarme con esta pieza, como que ¡algo en mi regresó a su normalidad!. Yo tuve esta visión en que se nos aparece una montaña y esta niñita (que soy yo) me jala a mí a la montaña. Entonces creo que es muy importante el reconectarnos, el perdonar, si hemos pasado por estas circunstancias, no solamente por un abuso, sino quizá por una relación mala o estamos con una pareja que nos ha tratado mal, a veces nosotros nos autocastigamos y nosotros tenemos que reconciliarnos, y esa auto reconciliación es la que nos lleva al coraje, a seguir trabajando para seguir adelante.

El segundo momento fue cuando comencé a hacer una caminata en las montañas y vi lo insignificante que yo era. Digamos, esa humildad también me abrió el asombro.

Para el Everest y en general para todas las montañas que has escalado. ¿Cómo preparaste tu estado mental para enfrentar desafíos tan fuertes?

Cuando yo dije, un día voy a subir al Everest dije, primero tengo que tener la experiencia. Entonces lo que decidí fue convertirme en montañista, y como tampoco nunca había subido montañas pues tengo que empezar despacito a hacerlo. Y comencé con lo mas fácil, con las caminatas. Entonces también creo que vino de un lado humilde; yo siempre vi a las montañas con un ojo de humildad y decía, olvídate que estas montañas han existido por millones de años ¿Quién soy yo para figurar de esa manera? En cualquier momento me llega un avalancha y yo arriba ya termino, o abajo. Entonces en ese aprendizaje fue que poquito a poquito tu vas haciendo experiencias, que es lo que te ayuda a expandirte. El coraje es un músculo, el sentido de sobreponerse al miedo, hay que ejercitarlo. Entonces tienes que pasar por situaciones incómodas. Yo estuve casi 11 años preparándome para llegar al Everest, no fue una cosa de un día al otro. Y también lo que aprendí es que no tienen que ser montañas altas, puede ser una montaña chiquita, ahí es donde yo he tenido problemas grandes. Y su rezito, su rezo para mi es básico, yo cargo con todas mis medallas, ya pude ir con la Virgen de Guadalupe antes de venir acá y ya la tengo en el crew, asi que olvídate, tengo el seguro de garantía de la Virgencita también.

Hay atletas que han intentado subir al Everest y no lo han logrado, pero en este sentido, tú has roto estereotipos de género, porque a veces se piensa que el montañismo, por su alta exigencia es sólo para los hombres. ¿Cuál es tu posición a este respecto?

Romper las barreras. Fíjate en esta analogía. México ha elegido su primera presidenta; hace 20 años hubiéramos imaginado que no se iba aceptar que fuera una mujer, pero mira lo que nuestras generaciones han hecho para cambiar el pensamiento y para ver que tenemos mujeres mucho mejor preparadas que los hombres. La ventaja que tenemos las mujeres es que somos más resistentes que los hombres. Lo único que tenemos que hacer es sobreponernos al miedo interno a nosotras mismas, a nuestros limites.  También eso me encanta de una metáfora para todos los sueños que tenemos. Todos nuestros sueños son lo equivalente a un Montañón. Y al contrario, a mí me parece incluso mas fácil porque no tienes el miedo de que te vaya a botar una avalancha o que te vaya a agarrar una tormenta, pero vamos a pasar esas oportunidades tan difíciles, hay que confiar, no tener el miedo, de que si vamos a tener un mal día, vamos a tener un mal día, si tenemos que llorar vamos a llorar. Lo cuento en mi libro: yo encontré mi super poder en la vulnerabilidad, que es uno de los mensajes que quiero dar a las personas.

Al momento de estar escalando, ¿tuviste estos malos días, y dijiste, a ver, voy a vivirlo, a abrazarlo, a perdonarme, a en este momento querer rendirme pero mañana será otro dia?

Mañana sale el sol y mañana será otro día. Una vez hasta termine haciéndome “del dos” en mis pantalones porque no tenía dónde ir al baño, pero en los momentos más difíciles, cuando estamos por rendirnos,  es ahí donde no tenemos que tirar la toalla. Si te has caído vas a volver a levantarte. Las caídas van a ser lo más traicioneras, pero si ese sueño está de corazón se va a hacer realidad.

El Everest siempre se ha usado como metáfora de estos viajes personales que todos enfrentamos a lo largo de la vida. ¿Cual seria tu mensaje respecto a enfrentar estas montañas?

Tenemos que reactivar  esa semilla del coraje y ser muy pacientes. Hay tantas influencias externas que a veces nos asusta esa semilla, pero la semilla siempre esta ahí, a veces esta muy escondida o enterrada y tenemos que sacarla y eso toma el autotrabajo, eso es un proceso interno, que nadie externo te va a dar. La frase que yo vivo es “querer es poder” siempre hay maneras de inspirarnos y hay que tener fe. La fe mueve montañas y en mi caso, la fe trepa montañas. Hay que reactivar el coraje interno y ver como puedo sacarlo. Y saber que tampoco lo estamos haciendo solos. El tener ayuda no quita lo valiente. ¿Quién  va a criticar por hacerlo con ayuda? Y aparte, el poder de la vulnerabilidad; si sientes que tienes que sacar las emociones, sentir ese momento de tristeza, es de lo mejor, porque dejar salir esa vulnerabilidad y llorar, es lo que va a crear es ese espacio para que regrese el coraje. A veces tenemos que sacar esas emociones que están tan metidas para abrir ese espacio de fortaleza.

¿Qué tan difícil ha sido el proceso de sanación para ti?

Muy difícil, muy complicado. Pero ya tengo seis años de sobriedad, que ha sido el regalo mas grande que me pude dar en la vida y no cambiaria esta experiencia por nada, porque me levanto todos los días con un agradecimiento, que estoy cumpliendo el sueño, el sueño de estar acá, de que estemos conversando, compartiendo. Han sido momentos de mucha soledad, tengo mi diario en el que hablo, en el que cuento, pero ahorita me veo en la oportunidad de seguir inspirando a tantas personas, sobre todo a gente joven para que vean las oportunidades que tenemos abiertas.

Silvia, ¿cuando estabas en la montañas no había momentos en que tu pasado te golpeara y te detuviera e hiciera que te preguntaras qué estoy haciendo aquí?

Posiblemente mas de los que quisiera aceptar, pero son momentos pasajeros. Si te pones a pensar hay que mirar al miedo como una nube que pasa. O como una cortinilla, y a veces pienso tus sueños están ahí  delante de ti, pero está esa cortinita que es suave, pero a veces nosotros la hacemos como de hierro. Esos momentos de inseguridad son naturales pero hay que tener ese coraje de saber que estamos preparados y tenemos toda la capacidad.

¿Ahora qué sigue, que pasa después de que llegas a la cima del mundo?

Ahorita, por ejemplo, compartir esta historia, llevar mi libro que ya lo tenemos en 11 idiomas, que lo estamos haciendo una película con Selena Gómez interpretándome. Estoy haciendo unos documentales, estoy comenzando escuelas en mi país, son más sueños. A pesar de haber llegado a la montaña mas alta del mundo, ahorita tengo sueños tan grandes que me dan miedo. Estoy lidiando ahorita con mis propios Everest que quizá no sean de altura pero tienen otros tipo de impacto. Cada día es una bendición y doy muchas gracias  de poder seguir ayudando porque sé que el mundo se puede cambiar.

¿Qué mensajes quisieras dar a través de tu libro y tu voz, para estas mujeres que están enfrentando violencia, que están viviendo situaciones de miedo y que no saben cómo enfrentarlas?

Para todas mis hermanas que estén pasando por un momento muy difícil, quiero decir que esto que estás pasando no ha sido tu culpa, que tu fuerza esta intacta, que quizá ahorita esté menospreciada pero está intacta, que vas a salir adelante, que la vulnerabilidad que estás sintiendo ahora va a ser tu súper poder y que nunca es tarde para empezar.

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Last modified: 10 septiembre, 2024
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