Autoría de 3:56 pm Qro, Tierra de Artesanos

En cada Caja Queretana se plasma un pedazo de arte, de leyenda, de historia

HISTORIA: PATRICIA LÓPEZ NÚÑEZ/LALUPA.MX

Cada caja de madera cuenta con un símbolo típico de Querétaro, de su historia, sus leyendas y su arte. Ninguna se repite porque para el grupo de artesanas “La Caja Queretana de Amealco”, la producción en serie no es una posibilidad y su motivación es mostrar los diseños iconográficos de los queretanos mediante dibujos que se plasman sobre las cajas que elaboran las mismas mujeres.

La creadora del grupo de artesanas, Silvia Velasco Orozco, originaria de Toluca, explicó que el proyecto inició hace 6 años, cuando recorrió el estado para hacer una investigación de los símbolos iconográficos, los rupestres, los bordados antiguos, los símbolos ñhahhu. El Covid-19 las obligó a cerrar y las colocó en una posición difícil, pero las ayudó a subsistir el apoyo estatal de 4 mil pesos que cada una de las artesanas que ahí labora recibió a mediados del año pasado.

El trabajo que realizan se respalda con la investigación. Después de ganar diversas becas y exponer su trabajo en museos y encuentros artesanales, Silvia y sus compañeras iniciaron un taller artesanal en la comunidad de Visthá, en San Juan del Río, en donde se prepara cada caja, se pinta y se le explica al comprador el significado del símbolo, su historia y por qué es importante para los queretanos.

“Cada símbolo en Querétaro es importante y no todo tiene difusión, tenemos sangre de investigadoras, empezamos a darnos cuenta de la raíz de cada imagen, de las pinturas rupestres en La Magdalena, en San Juan del Río, vimos las misiones franciscanas, vimos en Tolimán las capillas familiares, qué significa cada fruta, cada flor, vimos los bordados, cómo se usaron para comunicarse cuando estaba prohibido hablar otomí, hasta que tuvimos bastante información”, recordó Silvia.

CAJAS ÚNICAS Y SÍMBOLOS CON HISTORIA

Silvia estudió Artes Plásticas en Toluca, pero desde hace 15 años vive en San Juan del Río y ahí estudió carpintería. Se dedicó a hacer investigaciones que presentó ante la Secretaría de Cultura y posteriormente decidió, con otras mujeres, rescatar la iconografía y convertirse en emprendedoras.

“Cuando tienes información de cada símbolo, desde lo rupestre hasta las fachadas de las misiones franciscanas, también surge la necesidad de mostrárselo a la gente para que lo entienda y lo valore. Empezamos a pintarlos en pequeñas cajas y nos invitaban a eventos para exponer y así surgió La Caja Queretana, las fabricamos y las pintamos con iconografía rupestre, prehispánico, de la colonia, actuales, los que van surgiendo, es una caja con un pellizquito de historia de Querétaro”, declaró.

Cada caja es única, porque tienen diseños diferentes y se le da una explicación al comprador sobre qué significa cada símbolo. Por ejemplo, una caja con la imagen del águila bicéfala y el corazón con cinco llagas sangrando, símbolo de los franciscanos, se acompaña de su historia.

“No es cierto que sea la unión de dos mundos, del español y el mexicano, es una deidad de los pames, en la que ellos creían, vieron un águila bicéfala y la tomaron como una deidad, nada que ver con España. Cuando se imprime en las misiones franciscanas pues las coronaron porque los españoles todo coronan”, señaló entre risas.

LAS AVES COMO FORMA DE COMUNICACIÓN

Algunas de las cajas reproducen bordados que forman parte del diseño originales de los manteles y bordados de Tolimán o de Amealco, como la flor de los 4 puntos cardinales o las aves que sobrevuelan unas plantas, que “surgió del Barrio Sexto de Santiago Mexquititlán, donde la gente sembraba, todavía no eran artesanos, en 1700, casi en 1800”.

“En esa época, en la cabecera de Amealco se les dice que nadie debe hablar otomí cuando vayan a esa zona, entonces un señor, que tiene problemas en su siembra, porque las aves se comen las semillas y crece hiedra en su plantío, va a pedir el apoyo del gobierno pero hace un dibujo y le pide a su esposa que lo borde, ese bordado está custodiado en el Museo de Culturas Populares de la Ciudad de México, bordado con lana y tinta azul, de que molieron los caracoles”, detalló.

Otras cajas cuentan con imágenes de pollos y gallinas, gaviotas y palomas, frutillos de las misiones como piñas, piñones o dátiles, pero todas cuentan historias y comprarlas es recibir también una pedacito de Querétaro.

Aunque las historias se le cuentan a cada comprador, también se integra una ficha técnica en cada caja, pero estos años de arranque son difíciles para las artesanas, porque deben buscar apoyos y brindan talleres gratuitos en busca de abrirse puertas que les permitan subsistir.

ENTRE LOS APOYOS Y LA INDIFERENCIA

La contingencia del Covid-19 puso en una situación complicada a las integrantes de “La Caja Queretana de Amealco”, pero lograron recibir el apoyo del Gobierno del Estado de 4 mil pesos para los comerciantes.

Aunque la agrupación tiene 5 artesanas de planta, se beneficiaron 12 mujeres que a mediados del año pasado colaboraban con el proyecto y cada una recibió los 4 mil pesos, lo que les permitió subsistir una temporada. Sin embargo, las artesanas, que ya suman 25, no buscan apoyo económico, sino que la gente les abra la puerta para que ellas puedan colocar sus artesanías.

Las artesanas colaboraron un tiempo con la presidencia municipal de San Juan del Río, donde realizaron talleres gratuitos y ellas costeaban el material con programas estatales y federales. Sin embargo, no recibieron ayuda para continuar con el proyecto y se les cerraron las puertas, así que decidieron buscar en otras zonas, como Tequisquiapan.

“Ahora tenemos 7 municipios en los que hemos dado cursos de iconografía y hemos enseñado qué es La Caja Queretana, traemos una marea como de 30 familias que hacen estas cajas en todo el estado. Ya exponemos en algunos museos, en casas de artesanía, pero queremos que esto crezca, que se conozca en todo el estado y fuera del estado”, reiteró.

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Last modified: 3 octubre, 2021
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