Cómo ha levantado polémica en mi peregrina ciudad de Santiago de Querétaro la obra denominada “Barrio de Santiago”, misma que considera gran parte de la población que va a dañar estructuralmente al símbolo por antonomasia de la urbe: Los Arcos, el viejo acueducto terminado en 1735 para surtir de agua a la ciudad virreinal.
Por eso, los cronistas municipales del estado de Querétaro nos dimos a la tarea de solicitar muy respetuosamente a la directora del Centro INAH Querétaro, la académica Rosaa Estela Reyes García, las razones que tuvo el organismo a su cargo para autorizar dicha obra. Sus respuestas fueron científicas y contundentes.
Para Wigberto Jiménez Moreno, el pueblo de Querétaro se trasladó de La Cañada en 1537, pidiendo permiso real Fernando de Tapia por consejo de Juan Sánchez de Alanís, ya que con el crecimiento de habitantes en La Cañada, producto de la inmigración otomí, purépecha y mexica, las cuevas de los originales chichimecas eran insuficientes para seguir poblando el lugar. En 1538 obtienen la licencia de la Corona española para hacer el traslado al cerro de Los Molinos de Carretas, hoy Loma Dorada, pero el terreno resultó cenagoso y decidieron hacer el asentamiento definitivo en 1550 desde lo que hoy es el templo y ex convento de San Francisco.
El nombre original de la hacienda de Carretas fue el de “Nuestra Señora del Rosario de las Carretas”, ya que antes de ser hacienda fue venta y mesón para refaccionar y alimentar a las caravanas de expedicionarios que iban al Norte para explotar las minas de Zacatecas y ya luego las de Guanajuato y San Luis Potosí. Ese sistema de recambio de bestias y de carretas con ruedas fue introducido a la región queretana por el ahora santo Sebastián de Aparicio, cuyos restos yacen en la inmensa Catedral de Puebla de los Ángeles. Aparicio fundó allí la venta y mesón precisamente porque estaba la orilla del Camino Real, y el 3 de enero 1562 se consolidó con la autorización real para construir la Venta y Mesón que daba hacia el real camino en su frente principal, siendo la entrada de la servidumbre la que ahora observamos y que da como fachada hacia los famosos arcos queretanos. También aparte de ser hacienda agrícola y ganadera, “Nuestra Señora del Rosario de las Carretas” fue obraje, tal y como consta en los mapas y archivos conservados por el INAH. Ya en 1867 el lugar sería famoso por pasar revista Maximiliano de Habsburgo a sus tropas en compañía de Miguel Miramón antes del Sitio de Querétaro, como por haber sido cuartel de las tropas mexiquenses mandadas por el joven general Vicente Riva Palacio y el coronel Manuel M. Altamirano, inmensos literatos en guerra durante el famoso sitio de 1867.
Al caer la ciudad en manos republicanas el 15 de mayo de 1867, la hacienda de “Nuestra Señora del Rosario de las Carretas”, fue cárcel donde se encerraba a los caídos imperialistas. Como el famoso médico y cronista de Maximiliano, el alemán Samuel Basch. Ya a mediados del siglo XX, además de surtir la leche a los queretanos, la ex hacienda tuvo entre sus instalaciones el famoso “Balneario Suárez” de la apreciada familia de don Manuel Suárez Muñoz.
Pues bien, en la reunión que sostuvimos los cronistas Rubén Páramo Quero, Jaime Zúñiga Burgos y el que esto escribe con la honesta funcionaria del INAH, Rosa Estela Reyes, puntualizó lo siguiente:
a) El INAH es quien más experiencia y tecnología tiene para cuidar de los monumentos nacionales.
b) Los inversionistas de “Barrio de Santiago” comenzaron el proyecto en 2013 y lo presentaron al INAH en 2014 quien condicionó licencias a una serie de requisitos que paulatinamente fueron cumpliendo en base a observaciones hechas por la autoridad federal.
c) La primera licencia fue la de excavación profunda, donde los inversionistas querían hasta seis sótanos de estacionamiento y solamente se les permitió cuatro en la zona destinada a lo comercial y dos en la zona hotelera.
d) Esta licencia se les negó primero, y se les dio hasta que el Municipio de Querétaro cambió el Plan de Desarrollo Urbano y modificó la densidad de 110 habitantes por hectárea a 400 habitantes por hectárea, permitiendo una altura de construcción de hasta diecinueve metros. ¡El Ayuntamiento de Querétaro en sesión de cabildo modificó estas normas del Pan de Desarrollo Urbano en julio de 2015! Es decir, fue el presidente municipal sustituto, Luis Cevallos Pérez, a quien le tocó entregar dicha autorización y no a Marcos Aguilar Vega quien tomó posesión hasta el 1 de octubre de ese año maldito.
e) La segunda etapa fue la construcción hacia arriba, pasando por el asesoramiento de muchos especialistas pertenecientes al INAH y de la sociedad civil, incluyendo a “los cabecitas blancas” del Consejo Nacional de Monumentos Nacionales y de la misma UNESCO, en una acción transparente y responsable que no da lugar a sospechas de corrupción, ya que el mismo Director General del INAH, Diego Prieto, supervisó todas las etapas de autorizaciones porque ama mucho al Patrimonio Histórico de Querétaro.
f) El INAH tuvo que luchar contra ignorantes inversionistas e historiadores foráneos que llegaron con la idea de que Carretas no fue una hacienda sino un rancho de la hacienda de Callejas, importándoles un bledo los archivos del INAH con plano de 1770 en que ya estaba la hacienda de “Nuestra Señora del Rosario de las Carretas”en todo su esplendor económico, llamándose a la urbe “La muy noble, muy real (sic) y florida ciudad de Santiago de Querétaro”. Llama mi atención este nombre porque oficialmente nunca fuimos “florida ciudad” que es un aspecto romántico, pero sí fuimos “muy noble” pero nunca “muy leal”, ya que esa categoría la Corona la reservó a grandes ciudades como la hoy Ciudad de México.
g) El INAH les bajó las pretensiones a estos desarrolladores de querer rebasar hasta por seis metros la altura del acueducto, quedando a menos dos respecto de la altura de ellos. Si los vecinos de las cercanías se quejan de que ya no verán el acueducto no es responsabilidad del INAH sino de quien autorizó reformar la norma del Plan de Desarrollo Urbano.
h) Una vez concientizados los inversionistas el INAH vio con simpatía el proyecto porque dicha inversión representa el recuperar parte del casco de la hacienda de “Nuestra Señora del Rosario de las Carretas”, incluyendo patio de maniobras y remudas además de los corales, ya que incluyendo eso y las arcadas todo estaba a punto de caerse por el descuido y el paso de los años. Lo que sí había desparecido por el crecimiento de la mancha urbana eran las casas de “los acasillados”, es decir, peones o gañanes a los que se les daba vivienda al pie de los arcos. También se intenta recuperar la barda y fachada del segundo patio donde estaban las ventanitas a través de las cuales se vendía la famosa leche de Carretas para los que no la compraban a los carretones jalados por caballos percherones y que iban de casa en casa.
i) El terreno de la ex hacienda estaba subdividido en nueve fracciones y ahora volvieron a fusionarse algunas de ellas -en casi dos hectáreas- en una sola propiedad. Dice el cronista marquesino, Jaime Zúñiga Burgos, que los terrenos de Carretas llegaban hasta lo que hoy es el fraccionamiento Milenio III.
j) El INAH obligó a los inversionistas a dejar libre el espacio de lo que fue el Camino Real y a manejar cinco metros de áreas verdes frente a los arcos, además de construir una banqueta de cinco metros de ancho, quedando la vialidad como hasta ahora en el espacio para vehículos. Ganó el viandante, la gente de a pie.
k) El Acueducto queretano no es estático, se mueve siempre, pero es vigilado permanentemente a través de sensores y de levantamientos topográficos. No corre peligro con esta obra de “Barrio de Santiago” una vez que las autoridades marcaron normas a seguir. La mejor obra de mantenimiento al acueducto de 1735 fue la hecha por el gobierno de Pepe Calzada Rovirosa al crear dos carriles en el Libramiento Bernardo Quintana, bajo la supervisión técnica del ingeniero Sergio Chufani Abarca. Recuerden amigos lectores las estructuras metálicas que protegieron durante toda esa obra las arcadas.
l) Si Los Arcos se movieran o desplazaran más de cinco milímetros, la obra de “Barrio de Santiago” se pararía inmediatamente. Lo que sí ayudaría mucho a proteger el famoso acueducto sería por parte de la autoridad municipal a impedir el tránsito de camiones con material pesado, como el de construcción; no el de pasajeros pero sí de materiales pesados.
m) Las columnas de Los Arcos no son huecas por dentro, son de cal y canto con adobe por dentro.
n) Nunca hubo un socavón por culpa de la obra “Barrio de Santiago”, lo que pasó es que los maquinistas del subterráneo perforaron una tubería de la CEA y al derramarse el líquido ablandó una de las paredes del gran hoyanco y se desplomó ésta, pero a un hueco tan pequeño no se le puede llamar socavón y además quedaba muy lejos de la arcada monumental.
o) La académica Rosa Estela Reyes no dormía pensando en Los Arcos, pero sabía que no podía impedir el desarrollo de Querétaro y bajo la asesoría y aceptación de miradas expertas y diferentes se dio la autorización de la segunda etapa de construcción hasta este año de 2019.
p) El Museo del Agua previsto desde el gobierno de Pepe Calzada Rovirosa sigue en pie: El Estado tiene el usufructo de la capilla de la ex hacienda, donde será instalado dicho museo temático y el Maestro Manuel Oropeza tiene los materiales museográficos en custodia.
Les vendo un puerco ignorante y otro puerco avaricioso y capitalista.