Gracias al cielo, magna obra de la autoría de la muy espiritual queretana Elin Luque Agraz, es una de las obras impresas más bellas que he visto en mi peregrina vida. Aparte de la calidad de los textos está ilustrada con bellas fotografías que hacen que uno comprenda y aprecie este arte de los ex votos.
Para acabar pronto, la obra póstuma y más importante de la doctora, maestra, catedrática e investigadora Elin está firmada por la editorial más importante del mundo: la Franco MariaRicci, misma que no da su firma más que a los grandes creadores.
Los textos de Gracias al cielo son profundos pero didácticos, formados por el Prólogo de Germaine Gómez Haro, la Introducción de Giorgio Antei, al igual que el apartado llamado Ave María, La estación de los milagros, para finalizar con el Repertorio de ex votos mexicanos de la propia autora, que van desde los precursores prehispánicos hasta llegar al siglo XX.
La palabra ex voto significa “según la promesa hecha” y Elin nos hace apreciar un arte bellísimo pero ingenuo a la vez, lo mismo para agradecer la liberación de una posesión demoníaca que la resurrección de un niño, la obtención de la libertad, la salvación de una injusta condena, la sanación corporal y la recuperación de la salud o el salir salvo de un atentado criminal.
Las efigies votivas apuntan a tres cosas: a proclamar amor; a solicitar favores; y a expresar gratitud. Después de las peregrinaciones los ex votos representan una de las más difusas manifestaciones privadas de conexión con el Ser Superior. Son auténticamente una forma de piedad popular.
Los ex votos son auténticas representaciones de desventuras personales con la correspondiente solución del entuerto; son conmovedores episodios de la vida cotidiana del pueblo mexicano que ilustran las actitudes y formas de vida de los diversos estratos y clases sociales. Los ex votos son también “crónicas privadas de sufrimiento”, pintadas y ofrendadas en señal de alivio y gratitud. Son el resultado de un pacto entre el peticionario y la Divinidad.
Los ex votos tienen siempre dos autores: el donante y el retablero. Se les llama “retableros” a esos artistas –casi siempre anónimos- porque plasmaban su arte en tablas de madera. El peticionario relataba el milagro y el retablero ponía manos a la obra intentando reproducir en su pintura lo más cercano a la realidad un hecho del cual no fue testigo.
Este arte pictórico es una tradición popular centenaria que ayuda al cronista y al historiador a comprender los usos y costumbres de una época determinada: son un valiosísimo instrumento para la Micro Historia por su contenido de verdad. En el terreno estético, el arte de los ex votos influyó en los trabajos de pintores famosos como Frida Khalo y Diego Rivera.
También consideramos a los ex votos instrumentos de evangelización porque en ellos aprenden los que no saben leer: las imágenes votivas son los libros de los laicos.
Del Repertorio de Elin destaco los ex votos hechos en Querétaro o dedicados a personajes e imágenes de Querétaro pero realizados o resguardados en otros lugares del país:
Primeramente el del potentado y benefactor del templo de San Francisquito Franco Tadeo Billa (sic) y el de su pariente la niña Alday Echeverría en La Cruz. Después recuerdo uno de los más famosos en la Historiografía queretana, mencionado por don Valentín Frías y el maestro José Guadalupe Ramírez Álvarez: el del joven religioso de La Congregación de Guadalupe, de nombre Ygnacio (sic) Frías, que cayó de un alto balcón con barandales de madera en la hoy calle de Guillermo Prieto y que a pesar de lo inmenso de las peñas de esa callejuela salvó la vida.
Resalta la autora el ex voto de sor Lugarda de Jesús en el beaterio y colegio real de Santa Rosa de Viterbo y llama a la famosísima sor Ana María de San Francisco y Neve como “la Mona Lisa de América”. El ex voto que se repite hasta tres veces en diferentes templos de ciudades diferentes es el del fraile Andrés Picazo, franciscano del convento grande de San Francisco, Querétaro, al que un relojero conventual de nombre Manuel Carrera apuñaló además de pegarle con un trabuco. El religioso salvó la vida en estos hechos ocurridos en la celda queretana en 1769.
Uno de los ex votos más significativos es el realizado a la Virgen de El Pueblito por petición del soldado juarista queretano que participó en la batalla de Puebla del 5 de mayo de 1863 y que relata en el retablo hecho ex profeso toda la epopeya de la Intervención francesa y hasta la muerte de Maximiliano y su fallido imperio. Quiere decir que el peticionario y el artista no se concentraron solamente en la tragedia personal del combatiente sino en el dolor de toda la nación mexicana.
Elin nos lleva a este recorrido histórico concluyendo que mientras más doloroso o complejos fueron los tiempos de la patria sangrada, más proliferación de ex votos hubo.
Termino esta relatoría agradeciendo a la familia García Jimeno Alcocer y García Luque el que hayan hecho realidad el sueño de Elin consistente en que su mejor obra se publique por la mejor editorial del mundo y se presente ante el mejor público: el de la familia hermosa y con valores que formó y que sin duda es un ejemplo para México y el mundo en esta época de Cambalache, donde cualquiera es un señor y cualquier burro es un gran profesor.