Junípero Serra vigilaba que los indios no faltaran a sus labores agropecuarias, de ganadería y agricultura, teniendo para esto tierras de riego y temporal, siendo la principal siembra la de maíz, plátano, chile y frijol. Antes de irse a sus labores, fray Junípero y sus misioneros repartían las semillas que fueran a necesitar para el sembrado. Contaban con yuntas y otros aperos para la labranza. Los niños y las mujeres también recibieron tareas por parte de los misioneros, de acuerdo a sus fuerzas y capacidades, para “apartarlos de la ociosidad en que se habían criado y envejecido”.
Las misiones juniperianas constituyeron verdaderos sitios de integración comunitaria, de solidaridad social y de un fructífero encuentro intercultural que dejó su huella en esas verdaderas joyas del barroco novohispano del siglo XVIII.
Sobra decir que al terminar el templo misional de Jalpan los indios quedaron más que capacitados y ejercitados en varios oficios como albañiles, escultores, cantereros, pintores, carpinteros, ebanistas, herreros y doradores. A imitación de fray Junípero Serra, los misioneros de las otras cuatro misiones también organizaron sus enclaves de la misma exitosa fórmula además de construir los templos respectivos con la misma receta aplicada por el siervo de Dios en Jalpan. Los utensilios sagrados como los vasos, campanas y ropajes, fueron donados por los representantes del rey en la ciudad de México.
No hay que olvidar que las misiones fueron fundadas en 1744 como una realidad política y jurídica y que antes de que se construyeran los actuales templos de mampostería les antecedieron construcciones de zacate y adobe.
Qué ignorantes los que creen que Junípero Serra salió de La Cruz hacia Jalpan en 1750. Para nada; ya que su ruta fue del convento de San Fernando en la ciudad de México, Zimapán, Jacala, río Moctezuma o del Desagüe, llegada a lo que ahora es Matzacintla y vuelta a la izquierda para Jalpan sin pasar por Landa. Este era el camino de los indios para ir o venir de la capital del virreinato respecto de la Sierra Gorda. ¿Para qué ingaos iba a pasar Junípero por Querétaro si le urgía llegar a Jalpan? Esa mentira de que Juni salió de La Cruz y pasó por Bernal, Cadereyta y Vizarrón para llegar a la Sierra es una jalada de los vendedores de servicios turísticos (y se vale con tal de vender), pero no es una verdad histórica. De qué chingados sirvió que su servidor y Araceli Ardón escribiéramos un libro sobre los caminos de Junípero en Querétaro si estos noveles historiadores no lo leen? A La Cruz llegó Junípero en 1767 cuando pasó rumbo a Guadalajara y San Blas para embarcarse a La Paz en Baja California. En sus ires y venires para contestar demandas de sus enemigos políticos de las Californias en la capital del virreinato volvió a pasar por Querétaro rumbo a México, pero en la memoria de su biógrafo Palou no quedó nada documentado. La vez que en el convento crucífero quisieron envenenar con vino emponzoñado a Junípero fue en el viaje de 1767.
¿Por qué no estoy seguro de que pasó varias veces por Querétaro? Porque si vienes del hoy estado de Nayarit a la ciudad de México es más rápido por Guadalajara, Morelia y Toluca