Autoría de 1:03 am #Opinión, Víctor Roura - Oficio bonito

14 de febrero – Víctor Roura

1

¿Puedes sentir del amor su certeza,

que el pálpito del corazón no cesa,

que habitan en tu pecho mariposas,

que en el arrebato pasional osas,

con libertad, darme tu cuerpo entero

quebrantando las costumbres de acero

por años resguardadas en tus manos

antiguamente esposadas en vanos

prejuicios corpóreos, encadenados

a placeres y gozos, ¡ay!, vetados

en prácticas de previsión y ornato,

de lo que tú quieras que yo lo acato?

¿Puedes sentir del amor su certeza,

cuánto gozo produce tu belleza,

puedes medir el amor que yo siento,

puedes confesarle al súbito viento

los secretos que para mí guardabas,

despojarte de todo lo que amabas

para nacer de nuevo rozagante,

ser sólo para mí mi eterna amante?

2

No voy a creer en mis palabras

en el justo  momento en que abras

la puerta para alojar dudas

—antes jardineras sin rudas

floraciones enmarañadas—

e innecesarias puñaladas

contra nuestro amor ardoroso

precipitando al negro pozo

las caricias y los decires

provocados por los venires

de nuestro arrebato inundado

de placeres con anudado

corporal corazonamiento.

Que los entramados del viento

asfixien mis palabras rotas

—¿endebles por perjurias gotas?—

debido al infundado celo

cubierto en vaporoso velo.

¿Por qué el amor nos causa angustia,

nos eclipsa en negrura mustia?

Pero sólo el enamorado

lo padece, no el simulado

goce del apasionamiento,

que son, ¡ay!, miles en un ciento.

Entonces, si yo no hablo en vano,

¿por qué este padecer insano?

¿Acaso retirarme debo,

tal descorazonado efebo,

para que la amada cavile?

Entra, pernocta en ella y dile

cuánto la amas, que es verdad tuya

—sin rebuscamientos ni bulla—,

y deja que su amor les hable

—ya tú sabrás si con un sable

te hieres a solas o con ella

sigues de la mano sin mella.

3

¿Por qué se promete lo imposible

cuando se dice uno enamorado?

Lo amado nos parece infalible,

un beso sin tiempo ni pasado.

Una quimera por fin tangible,

mil caricias que no son pecado.

Tormenta apasionada invisible,

cuerpo ofrecido de lado a lado.

¿Un sentimiento puede jurarse,

el deseo puede ser permanente?

¿Una promesa puede abjurarse,

ojo por ojo, diente por diente?

¿Dos encantados pueden amarse

eternamente, perpetuamente?

4

Si todo esto es un simulacro,

yo quiero amar en la apariencia

de las certezas en la ciencia:

¿me dices que no es arte el sacro?

Si los besos fueron fingidos,

quiero amar en la oscuridad

que desarme la intimidad:

¿no vuelven, ¡ay!, los tiempos idos?

Si cada acto de amor fue incierto,

quiero amar en la incertidumbre

que produce la baja lumbre:

¿dices que no hay vida en lo muerto?

Si con fantasmas te desnudas,

quiero amar en los cementerios

donde hay confesados muy serios:

¿no que en ayeres no te anudas?

Si te entregas con reticencia,

aunque no me ames quiero amarte

(sin un solo daño causarte):

¿no has amado con inocencia?

Pero si me amas con engaños,

me voy de ti sin tú saberlo:

¿o mi corazón sabrás leerlo

por tu experiencia de los años?

5

No sé si algún día serás mía,

no sé tu vida, no sé quién eres,

no sé tus amores o si quieres

a alguien en lejana serranía.

No sé si con los dedos se cuentan

tus furtivos o aireados amantes,

no sé si en ti hay un después o un antes

en conflictos de amor que se asientan

en tu cintura o en tus labios rojos,

que con estas señales a veces

viven ciertas mujeres dando eses

con sus risas y sus bellos ojos.

Pero algo me dice que tú no eres

igual: aun  sin saber de ti nada

me niego a saberte la fachada

de ornato que presumen los seres

apócrifos y superficiales,

vacíos de espíritu, arrogantes:

no sé si en ti hay un después o un antes

que divida en días especiales

los días anodinos o frágiles.

No sé si algún día serás mía,

pero, ¿sabes?, no ando en cacería

ni atrapando sueños entre miles

de posibilidades cercanas.

No sé si un día te daré un beso

o miraré la miel de un cerezo

como promesa en viejas arcanas

cartas que no cumplen su palabra:

¿cuántas veces se ama sin amar,

sin pensamientos mirar el mar,

sin miedo esperar la hora macabra?

¿Por qué me siento por ti atrapado

si es evidente tu reticencia

hacia mi, ¡ay!, amorosa demencia

por armar entre tú y yo un pasado

donde nos veamos enloquecidos

de deseo y amor siempre amanecidos?

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Last modified: 10 febrero, 2025
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