1
¿Puedes sentir del amor su certeza,
que el pálpito del corazón no cesa,
que habitan en tu pecho mariposas,
que en el arrebato pasional osas,
con libertad, darme tu cuerpo entero
quebrantando las costumbres de acero
por años resguardadas en tus manos
antiguamente esposadas en vanos
prejuicios corpóreos, encadenados
a placeres y gozos, ¡ay!, vetados
en prácticas de previsión y ornato,
de lo que tú quieras que yo lo acato?
¿Puedes sentir del amor su certeza,
cuánto gozo produce tu belleza,
puedes medir el amor que yo siento,
puedes confesarle al súbito viento
los secretos que para mí guardabas,
despojarte de todo lo que amabas
para nacer de nuevo rozagante,
ser sólo para mí mi eterna amante?
2
No voy a creer en mis palabras
en el justo momento en que abras
la puerta para alojar dudas
—antes jardineras sin rudas
floraciones enmarañadas—
e innecesarias puñaladas
contra nuestro amor ardoroso
precipitando al negro pozo
las caricias y los decires
provocados por los venires
de nuestro arrebato inundado
de placeres con anudado
corporal corazonamiento.
Que los entramados del viento
asfixien mis palabras rotas
—¿endebles por perjurias gotas?—
debido al infundado celo
cubierto en vaporoso velo.
¿Por qué el amor nos causa angustia,
nos eclipsa en negrura mustia?
Pero sólo el enamorado
lo padece, no el simulado
goce del apasionamiento,
que son, ¡ay!, miles en un ciento.
Entonces, si yo no hablo en vano,
¿por qué este padecer insano?
¿Acaso retirarme debo,
tal descorazonado efebo,
para que la amada cavile?
Entra, pernocta en ella y dile
cuánto la amas, que es verdad tuya
—sin rebuscamientos ni bulla—,
y deja que su amor les hable
—ya tú sabrás si con un sable
te hieres a solas o con ella
sigues de la mano sin mella.
3
¿Por qué se promete lo imposible
cuando se dice uno enamorado?
Lo amado nos parece infalible,
un beso sin tiempo ni pasado.
Una quimera por fin tangible,
mil caricias que no son pecado.
Tormenta apasionada invisible,
cuerpo ofrecido de lado a lado.
¿Un sentimiento puede jurarse,
el deseo puede ser permanente?
¿Una promesa puede abjurarse,
ojo por ojo, diente por diente?
¿Dos encantados pueden amarse
eternamente, perpetuamente?
4
Si todo esto es un simulacro,
yo quiero amar en la apariencia
de las certezas en la ciencia:
¿me dices que no es arte el sacro?
Si los besos fueron fingidos,
quiero amar en la oscuridad
que desarme la intimidad:
¿no vuelven, ¡ay!, los tiempos idos?
Si cada acto de amor fue incierto,
quiero amar en la incertidumbre
que produce la baja lumbre:
¿dices que no hay vida en lo muerto?
Si con fantasmas te desnudas,
quiero amar en los cementerios
donde hay confesados muy serios:
¿no que en ayeres no te anudas?
Si te entregas con reticencia,
aunque no me ames quiero amarte
(sin un solo daño causarte):
¿no has amado con inocencia?
Pero si me amas con engaños,
me voy de ti sin tú saberlo:
¿o mi corazón sabrás leerlo
por tu experiencia de los años?
5
No sé si algún día serás mía,
no sé tu vida, no sé quién eres,
no sé tus amores o si quieres
a alguien en lejana serranía.
No sé si con los dedos se cuentan
tus furtivos o aireados amantes,
no sé si en ti hay un después o un antes
en conflictos de amor que se asientan
en tu cintura o en tus labios rojos,
que con estas señales a veces
viven ciertas mujeres dando eses
con sus risas y sus bellos ojos.
Pero algo me dice que tú no eres
igual: aun sin saber de ti nada
me niego a saberte la fachada
de ornato que presumen los seres
apócrifos y superficiales,
vacíos de espíritu, arrogantes:
no sé si en ti hay un después o un antes
que divida en días especiales
los días anodinos o frágiles.
No sé si algún día serás mía,
pero, ¿sabes?, no ando en cacería
ni atrapando sueños entre miles
de posibilidades cercanas.
No sé si un día te daré un beso
o miraré la miel de un cerezo
como promesa en viejas arcanas
cartas que no cumplen su palabra:
¿cuántas veces se ama sin amar,
sin pensamientos mirar el mar,
sin miedo esperar la hora macabra?
¿Por qué me siento por ti atrapado
si es evidente tu reticencia
hacia mi, ¡ay!, amorosa demencia
por armar entre tú y yo un pasado
donde nos veamos enloquecidos
de deseo y amor siempre amanecidos?
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