Las ondas de calor son fenómenos hidrometeorológicos muy peligrosos que anualmente se cobran miles de vidas por todo el globo. Nunca olvidemos que la onda de calor que azotó Europa en el 2003 mató a más de 70 mil personas, 6 mil de ellas solamente en París[1].
El domingo 23 de febrero de este año la ciudad de Río de Janeiro alcanzó un récord de temperatura: 44 grados centígrados[2]… pero ¡con una sensación térmica de 62.3 grados centígrados![3].
Tan devastadora onda de calor se presentó también en Argentina, Chile, Uruguay y Paraguay. Las autoridades de tales naciones tuvieron que establecer dispositivos especiales para atender a las personas que sufrieron de insolación y deshidratación.
Este fenómeno se agravó a causa de la ola de incendios forestales que se presentó a fines de enero en Colombia[4].
Dado que muy pronto México entrará en el periodo más cálido del año, consideramos que nuestras autoridades deberían preparar una norma para la Prevención de lesiones y enfermedades por calor en entornos de trabajo al aire libre y en interiores.
Sabemos bien que el calentamiento global antropogénico conduce a que las temperaturas extremadamente altas sean más frecuentes e intensas. Enero del 2025 fue el mes de enero más caluroso jamás registrado y las olas de calor, a causa del calentamiento global antropogénico, en los últimos 60 años se han vuelto cada vez más frecuentes. Este fenómeno aumenta los riesgos para la salud de cualquier persona que trabaje al aire libre o en edificios sin sistemas de refrigeración.
El cuerpo humano es capaz de adaptarse al calor… pero hay límites. Según afirmó la Dra. Elizabeth Royte –la reconocida autora del libro Garbage Land (Little Brown, 2005):
Incluso la persona más en forma y aclimatada al calor morirá tras unas horas de exposición a una lectura de “bulbo húmedo” de 35 °C, una medida combinada de temperatura y humedad que tiene en cuenta el efecto enfriador de la evaporación […] En este punto, el aire está tan caliente y húmedo que ya no puede absorber el sudor humano[5].
En muchos países del globo, el calor extremo es el tipo de clima más mortal. En la última década, sólo en los EE. UU. ocurrieron, en promedio, más de 40 muertes anuales de trabajadores por exposición al calor. Y esta cifra no incluye a las personas que mueren de ataques al corazón, asma y enfermedades renales debidos a los eventos de calor extremo. Sus certificados de defunción no indican que fue el exceso de calor lo que exacerbó su condición. También las embarazadas, las cuales tienen una temperatura basal ligeramente superior al promedio, corren un riesgo mayor de sufrir abortos y partos prematuros[6].
Trabajar a altas temperaturas puede, además, complicar las enfermedades preexistentes y causar otras enfermedades y lesiones: quemaduras, agotamiento por calor e insolación. Se estima que, a medida que el planeta continúa calentándose, se tripliquen para 2050 las muertes por accidentes cerebrovasculares y ataques cardiacos relacionados con el calor.
Los trabajadores que se exponen con mayor frecuencia al calor extremo en sus trabajos son aquellos de más bajos ingresos y que, por tanto, tienen acceso a menores recursos para protegerse de los peligros de las condiciones de trabajo calurosas. En particular, a medida que el calentamiento global empeora las olas de calor, y hace que las temperaturas altas sean más comunes, el gobierno debe obligar a los empleadores a tomar medidas para proteger a sus trabajadores de la exposición al calor extremo.
Actualmente, las administraciones de los diferentes estados de la República Mexicana parecen desconocer el problema y ni uno sólo apoya a sus trabajadores con protecciones contra el calor. Es por todo ello que consideramos que las secretarías del trabajo y de salud deberían preparar y publicar una norma que establezca las regulaciones federales pertinentes, para que los empleadores de todo el país no sólo conozcan los riesgos de la exposición al calor extremo en sus regiones, sino para que las empresas establezcan las medidas de seguridad necesarias para cuidar la salud de sus trabajadores.
Cuernavaca, Morelos, 2 de marzo de 2025.
*Antonio Sarmiento es investigador en el Instituto de Matemáticas de la UNAM, y Luis Tamayo es catedrático en la Facultad de Psicología de la UAEM.
[1] https://www.eleconomista.com.mx/internacionales/Ola-de-calor-en-Europa-pudo-causar-mas-de-20000-muertes-en-exceso-20221124-0078.html#:~:text=Una%20ola%20de%20calor%20en,abrir%20escuelas%20con%20aire%20acondicionado
[2] https://elpais.com/america/2025-02-19/rio-de-janeiro-bate-el-record-de-calor-en-una-decada-44-grados-y-sin-tregua-a-la-vista.html
[3] https://www.dw.com/es/calor-extremo-en-brasil-sensaci%C3%B3n-t%C3%A9rmica-de-623-%C2%BAc-en-r%C3%ADo-de-janeiro/a-68617308
[4] https://www.dw.com/es/alerta-en-colombia-por-31-incendios-forestales-activos/a-68086284
[5] https://www.nationalgeographicla.com/medio-ambiente/2025/02/el-calor-extremo-es-el-futuro-10-maneras-en-que-las-temperaturas-elevadas-afectan-la-salud-y-como-gestionarlo
[6] https://www.nationalgeographicla.com/medio-ambiente/2025/02/el-calor-extremo-es-el-futuro-10-maneras-en-que-las-temperaturas-elevadas-afectan-la-salud-y-como-gestionarlo
AQUÍ PUEDES LEER TODAS LAS ENTREGAS DE “ECOSOFÍA”, LA COLUMNA DE LUIS TAMAYO PARA LALUPA.MX
https://lalupa.mx/category/las-plumas-de-la-lupa/luis-tamayo-perez-ecosofia
