*Imagen generada con IA
Al final del 2024, la expresión “brain rot” (o “podredumbre cerebral”) fue elegida como la palabra del año por el Oxford English Dictionary. Hace referencia a un estado que podemos experimentar, una fatiga cognitiva asociada a la sobreexposición digital del contenido de baja calidad al que se tiene continuo acceso desde cualquier dispositivo móvil.
Hoy en día, los jóvenes pasan en promedio 6.5 horas al día frente a pantallas, deslizándose sin dirección entre videos cortos, publicaciones en redes sociales y “fake news”. Este fenómeno, denominado doomscrolling, afecta varias capacidades cognitivas, como la concentración, la memoria, la toma de decisiones y hasta el lenguaje, debido a que la comunicación se reduce a “memes”.
La cantidad y, más aún, la calidad de la información, son el verdadero problema. El contenido fácilmente digerible y superficial reduce la habilidad de pensar críticamente, al disminuir nuestra capacidad de prestar atención y procesar datos complejos.
Los mecanismos de recompensa de nuestro cerebro pueden ser alterados por la exposición prolongada a plataformas como TikTok, Instagram o YouTube, pues el contenido pobre y de poca longitud reduce en gran medida la atención. Estar sometidos al círculo vicioso de gratificación inmediata e interminable, por el curso de las notificaciones constantes y la sobrecarga de contenido “novedoso”, genera una gran liberación de dopamina en el cerebro, que ocasiona un ambiente similar al que se observa en cerebros de personas que cursan con adicciones.
Este abuso en el consumo de contenido digital también trae consigo preocupantes efectos sobre la psique humana, como ansiedad y depresión. En la actualidad, es muy común estar sometidos a la comparación constante con estándares irreales de belleza, salud, éxito y bienestar, ya que estos son los más difundidos en redes sociales. Los momentos “perfectos” que muestran altos estándares de satisfacción se han vuelto la plataforma ideal para negocios de todo tipo, lo que perpetúa los estados de ansiedad, la insatisfacción personal y aumenta el riesgo de desarrollar trastornos como depresión y fatiga mental crónica.
Sin embargo, hay buenas noticias sobre las malas noticias, podemos evitar el “brain rot” con estrategias para combatir sus efectos: 1) Disminuyendo el tiempo frente a las pantallas, con límites en el uso de dispositivos móviles. 2) Consumiendo contenido de calidad, como lecturas extensas, documentales y contenido que enriquezca nuestro acervo cultural. 3) Realizando actividades de atención plena, como la meditación o el ejercicio al aire libre; mejoran la atención y reducen el riesgo de padecer depresión. 4) Interactuando uno a uno y saliendo de nuestra esfera digital, con reuniones sociales, deportes o proyectos creativos en equipo; estos fortalecen las conexiones neuronales y nos brindan bienestar emocional, porque ganamos sentido de pertenencia y buscamos contribuir a la sociedad.
La clave está en ser conscientes de cómo y para qué usamos la tecnología. Si retomamos el control sobre nuestra atención y somos más selectivos con lo que consumimos en el mundo digital, podemos mejorar nuestra experiencia en el mundo real y alcanzar nuestro bienestar mental y social.
Fuente: Yousef, A. M. F., Alshamy, A., Tlili, A., & Metwally, A. H. S. (2025). Demystifying the New Dilemma of Brain Rot in the Digital Era: A Review. Brain Sciences, 15(3), 283.
La doctora Nelly Jovana Pastén Castrejón es investigadora y profesora de cátedra en la Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud en el Tecnológico de Monterrey Campus Querétaro. Ha desarrollado proyectos de divulgación y enseñanza innovadora en salud.
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