Si se apareciera un mago ante ustedes, en medio de esta cuarentena, y les dijera que le pueden pedir cualquier cosa, cualquiera, ¿qué le pedirían?
En su libro El hambre, Martín Caparrós le pregunta a varios de sus entrevistados, hombres y mujeres en condiciones de extrema pobreza: ¿ si un día viniera un mago y te dijera que le podés pedir cualquier cosa que quieras, qué le pedirías?
“Comida. Comida todos los días. Eso le pediría”,contesta Hussena.
El hambre recopila testimonios de personas de distintas partes del mundo que padecen hambre. Se mueren de hambre y están dispuestos a vender su riñón, como último recurso, para tener dinero y comer. “El hambre sigue siendo la mayor amenaza para la salud de los habitantes del Otro Mundo: mata todos los días más personas que el SIDA, la malaria y la tuberculosis juntas”, se lee en un apartado del mismo libro.
Al inicio, es a Aisha, una mujer de 30 o 35 años, a quien le pregunta lo del mago.
Ella contesta:
– Quiero una vaca que me dé mucha leche, entonces si vendo un poco de leche puedo comprar las cosas para hacer buñuelos para venderlos en el mercado y con eso más o menos me las arreglaría.
– Pero lo que te digo es que el mago te puede dar cualquier cosa, lo que pidas.
–¿De verdad cualquier cosa?
– Sí, lo que le pidas.
–¿Dos vacas?
Me dijo en un susurro, y me explicó:
– Con dos sí que nunca más voy a tener hambre.
Era tan poco, pensé primero.
Y era tanto.
Más adelante, le pregunta lo mismo a la abuela Mariama, quien acaba de perder a su nieto, murió porque “era tan flaquito, comía tan poco”.
Ella contesta: Yo no creo en magos señor. Yo sólo creo en Dios, el único Dios y Mahoma su profeta. (…) Dios me mandó este destino, así que seguro lo merezco. Para que haya gente feliz, algunos tenemos que ser infelices. Así es la vida, sabe.
Martín Caparrós vino por primera vez a Querétaro en el año 2016, como invitado del Hay Festival. Ahí le pregunté: ¿Y si un día viniera un mago y le dijera que le puede pedir cualquier cosa, qué le pediría?
Él contestó: “Que desaparezca, que haya un mundo sin magos, porque normalmente cuando uno piensa en un mundo con magos es porque se necesitan cosas muy extraordinarias para mejorarlo, entonces preferiría un mundo donde no hubiera necesidad de magos, eso es lo que le pediría”.
Al final de la breve charla, le pedí que firmará mi ejemplar de El hambre, él escribió: “Para Rocío, por un mundo sin magos”.
Hoy los problemas que ha provocado el coronavirus son varios, uno de ellos los despidos masivos. Se ven largas filas de personas que han perdido el empleo y no tienen para comer.
Repito la pregunta: Si se apareciera un mago ante ustedes, en medio de esta cuarentena, y les dijera que le pueden pedir cualquier cosa, cualquiera, ¿qué le pedirían?