¿Quién no ha enviado un mensaje de WhatsApp, Facebook o Twitter con un emoticón (emoji)? Carita feliz. Carita triste. Carita de enojo. Corazón rojo. Según el caso y la intención. Estos iconos, en las aplicaciones de mensajería son de uso frecuentes, porque con una imagen pueden enfatizar una emoción o sintetizar una idea.
Y los programadores siguen generando nuevas emoji. Esta forma de comunicación comenzó de forma rudimentaria. Un signo de igual con un paréntesis derecho resulta en una carita feliz= ). Las mismas teclas, pero en lugar del paréntesis derecho se añade un número nueve, resulta en una carita de curiosa mueca= 9 .
Y con la letra “o”, se ve una carita de asombro = o.
En tiempos remotos, al detectar la combinación de signos, el sistema los convertía en automático en caritas. Ahora las aplicaciones brindan la opción de abrir una ventanilla con todo tipo de emoticones disponibles, de buen diseño, diversos colores y algunos con animación, como el corazón con un latido; y además de involucrar la figura humana, incluye imágenes sobre el clima, flora, fauna, etcétera.
Y es curioso que al escribir un mensaje con ciertas palabras, el mismo sistema te da la opción de una imagen, por ejemplo, en el caso de “por favor”, te muestra un par de palmas unidas, rodeada de destellos, que dan la idea de plegaria.
En la Antología de Jóvenes Creadores del Fonca, generación 2015/2016, primer periodo, está el trabajo de poesía con emoticones de Dante Tercero. En su momento el proyecto causó mucha polémica, ¿en quién? En los mismos usuarios de las redes, donde reina el emoticón.
José Homero, tutor de poesía de esta generación, escribió sobre los Poemojis, que al final terminaron en un libro con el mismo nombre: “La propuesta más arriesgada corresponde al poeta Dante Tercero, cuyos ‘Poemojis’ son cien poemas breves escritos mediante el teclado del teléfono móvil y cuya lectura idónea exige la pantalla de artilugios igualmente portátiles, teléfonos o tabletas. Ejemplo de una escritura transmediática, retoma los temas de la tradición; pero el sol, las estrellas, la lluvia, el viento, las flores, la noche o la mañana son cifrados mediante los iconitos denominados emoticones, que suelen brindar al internauta la posibilidad de enfrentar gráficamente sus emociones. Dante recurre a esos iconos, y de la brevedad se parte hacia el reino pleno de la poesía visual”.
Desde el 2014 se celebra el 17 de julio el Día Mundial del Emoji, y la Real Academia Española (RAE) ya los reconoce, además de incluirlos en su libro de estilo. La definición que brinda la RAE de Emoticono (del inglés emoticon, emotion “emoción”) es: “Representación de una expresión facial que se utiliza en mensajes electrónicos para aludir al estado de ánimo del remitente”.
Incluso el año pasado, en la celebración de los emoticones, lanzó un juego en Twitter con sus internautas; publicó un listado de obras literarias, escritos con emoticones. Y vaya que no es fácil hacer la trascripción. En un primer vistazo, el primero que logré descifrar es el número 2, Fuente Ovejuna. Aquí comparto la captura de este listado y unas capturas de los poemas de Dante. Si les gustan pongan manita arriba o carita sonriente.
Resolución del listado:
1. «La Colmena», Cela.
2. «Fuenteovejuna», Lope de Vega.
3. «A una nariz», Quevedo.
4. «El sí de las niñas», Moratín.
5. «Tres sombreros de copa», Mihura.
6. «Canción del pirata», Espronceda.
7. «El amor en los tiempos del cólera», García Márquez.
8. «La casa de los espíritus», Allende.
9. «La fiesta del Chivo», Vargas Llosa.
10. «El tiempo entre costuras», Dueñas.