Dolor y gloria, de Pedro Almodóvar, está nominada en la categoría de Mejor Película de habla no inglesa en los Oscar 2020, premiación que será este 9 de febrero. Y aunque la terna es complicada, porque compite con la gran favorita: Parásitos. La gloria ya es de Almodóvar, al crear un universo inolvidable.
En su nuevo filme, el director español no se quería comprometer y señalar con el dedo las revelaciones personales que abrazan la trama, así que habló desde intimidad de un personaje, cubierto con el velode la ficción.
A cuenta de esto, retomo las palabras que el mismo Almodóvar escribió al morir su madre, Paquita (Francisca Caballero), para relatar el instante lumínico en que descubrió la importancia entre realidad y ficción.
Cuando era niño,Pedro escribía las cartas a los vecinos que en su mayoría eran analfabetos (una imagen de esto se ve en Dolor y gloria), mientras su madre leía las respuestas.
“Yo tenía ocho años; normalmente era yo quien escribía las cartas y ella quien leía las que nuestros vecinos recibían. En más de una ocasión yo me fijaba en el texto que mi madre leía y descubría con estupor que no correspondía exactamente con lo escrito en el papel: mi madre inventaba partes. Las vecinas no lo sabían, porque lo inventado siempre era una prolongación de sus vidas, y quedaban encantadas después de la lectura.
Después de comprobar que mi madre nunca se atenía al texto original, un día se lo reproché de camino a casa: ‘¿Por qué le has leído que se acuerda tanto de la abuela, y que echa de menos cuando la peinaba en la puerta de la calle, con la palangana llena de agua? La carta ni siquiera nombra a la abuela’, le dije yo. ‘¡Pero has visto lo contenta que se ha puesto!’, me dijo ella.
(…) Estas improvisaciones entrañaban una gran lección para mí. Establecían la diferencia entre ficción y realidad, y cómo la realidad necesita de la ficción para ser completa, más agradable, más vivible”.
La filmografía de Almodóvar está cimentada en una poética de ficción y realidad, y gran parte de ese universo es femenino y tiene como origen a la misma madre del cineasta. En Dolor y gloria, se ve de nueva cuenta esa esencia femenina aunque el protagonista es un hombre (Salvador Mallo), un cineasta minado por el dolor y sus recuerdos; la historia tiene como línea transversal la evocación de la madre joven, esa mujer que frente a su realidadobserva con extrañeza al hijo que parece encontrar belleza en todo, la cueva convertida en casa o la soledad de una estación.
“Tú eres muy novelero. No sé a quién habrás salido”, le dice la madre al niño.
Yla madre anciana que le cuenta sus sueños al ahora cineasta; y cuando él pregunta: “¿Qué más?”, queriendo indagar detalles del relato. Ella contesta:“No pongas esa cara de narrador. No quiero que pongas nada de esto en tus películas. No me gusta la auto ficción”.
“¿Y qué sabes tú de la auto ficción?”, le cuestiona Salvador, interpretado por Antonio Banderas, también nominado al Oscar como Mejor Actor, con este dolor, con esta gloria.
Un reclamo real que le hizo Paquita a su hijo Pedro, fue que sólo utilizaba el apellido paterno en sus películas. “Te llamas Pedro Almodóvar Caballero”, le dijo.
Con el pretexto de la nominación, es bueno mirar atrás y revisar la filmografía de Almodóvar Caballero, redescubrir esas historias de mujeres llenas de ficción y realidad. Es decir de poesía.