Autoría de 5:07 pm #Opinión, Columna invitada

Una vida escrita desde el viaje: el origen de “Memorias de tierra adentro” – Samanta Echevarría

Siempre me gustó viajar. Crecí escuchando las historias de los viajes que realizaba mi padre en los años ochenta y noventa. Al ser uno de los primeros árbitros de taekwondo internacionales y uno de los más destacados pioneros de las artes marciales en México, viajaba constantemente por la República y por el mundo. Algo poco común en aquellos tiempos, cuando México tenía una economía cerrada.

Hoy las cosas son distintas: estamos más conectados, viajar es más accesible y el mundo cabe en la palma de la mano gracias a la tecnología. Pero no siempre fue así. En mi juventud, por fin, llegó mi turno: pasé un verano en Quebec con una familia que no hablaba español; recorrí el sur de México y luego Europa, en el clásico mochilazo. Sufrí lejos de casa, pero también aprendí a vivir.

Pasé varios veranos en Italia con familiares políticos. Estudié en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey campus Querétaro, y luego un año en la Universidad de Pisa. Más adelante, cursé un semestre en Estados Unidos. Ese año en Italia, recorriendo la ciudad en bicicleta y conviviendo con estudiantes de toda Europa, fue un parteaguas: me sentí ciudadana del mundo, como alguna vez se sintió mi padre.

De regreso a México conocí a mi esposo, un chico estadounidense enamorado del país. Él estudiaba en la Univeridad Autónoma de Querétaro; yo, en el Tec. Nos reencontramos por casualidad, conectamos de inmediato. Más tarde, cursé una maestría en economía en Western Illinois University y nos establecimos en Estados Unidos, en los Quad Cities, entre Illinois e Iowa, donde los inviernos son crudos y el Mississippi impone.

En 2005 comencé a trabajar como instructora de español en Augustana College. Me contrataron por un año y me quedé quince. Nacieron mis dos hijas y, desde el aula, volví a conectarme con México. Curiosamente, mientras más tiempo pasaba fuera, más presente se volvía mi país en mí. Y cada vez que regresaba a Querétaro, lo encontraba cambiado. Veinte años bastaron para transformar la ciudad: quienes viven allí quizá no lo noten, pero para mí es evidente.

Siempre fui extrovertida, pero descubrí que escribo mejor cuando reflexiono en silencio. Así nació en mí el deseo de escribir. Memorias de tierra adentro (Helvética, 2025) surgió en dos momentos clave: primero, en las discusiones con mis alumnos sobre cultura e historia hispana; después, en la búsqueda de los documentos extraviados de mi bisabuelo paterno, nacido en España, que necesitaba mi padre para tramitar la nacionalidad.

Así comenzó un proceso detectivesco: partí de Ancestry y el Archivo Eclesiástico de Bilbao, y seguí por libros, archivos, motores de búsqueda. Descubrí la historia de mi familia como un rompecabezas. Solo encontré la punta del hilo: la madeja se desenrolló ante mis ojos. Trece relatos, cinco siglos, cuatro abuelos entretejidos con la historia de México.

En el camino encontré personas clave. La maestra María Eugenia Herrera, coordinadora de Filosofía en la UAQ, me ayudó a editar los primeros relatos. Más tarde, la periodista Ana Arias Servín vivió conmigo este proceso y me ayudó a concluirlo. Eduardo Rabell, cronista de Querétaro, leyó el manuscrito y escribió un extraordinario prólogo. Necesitaba un erudito humano y sensible. Su opinión fue favorable.

Finalmente, el doctor Carlos Campos, quien creyó en este proyecto desde el principio, lo hizo realidad con la editorial Helvética. Buscaba una editorial independiente, pues este proyecto es profundamente personal. Deseaba conservar el control creativo, dejar la obra intacta y publicarla en Querétaro, escenario donde convergen todas las historias. En Helvética encontré lo que buscaba, y más: profesionalismo, sensibilidad literaria y compromiso con nuevas voces y estilos.

Memorias de tierra adentro no sólo es un libro sobre mi familia. Es una invitación a mirar atrás, a escarbar en las raíces, a entender que nuestras historias personales son hilos en el gran telar de la historia de México. Escribir este libro fue un acto de amor, de memoria y de reconciliación con el tiempo. En cada página, mi voz dialoga con la de mis antepasados y con la tierra que los sostuvo.

Hoy, lejos de casa, escribo para no olvidar. Porque cuando uno se va, la única forma de volver es con palabras.

Y es precisamente que, con la fuerza de las palabras, regresaré a Querétaro a presentar Memorias de tierra adentro en un evento que promete ser memorable. La cita es el próximo domingo 22 de junio, a las 5:30 pm para comenzar 6 pm, en el Mesón de los Cómicos de la Legua, Guillermo Prieto 7, Centro. Habrá venta de libros, vino de honor, ensamble de cuerdas y firma de libros. Me encantará que me acompañaras. ¡Allá nos vemos!

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Last modified: 14 junio, 2025
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