HISTORIA Y FOTOS SANTOS MENDIETA/LALUPA.MX
Después de quince días sin alimento el estómago duele, pero el hambre por salir adelante lo mantiene en pie. Desde su natal Saltillo, Coahuila, hasta Sonora y Nayarit, Guillermo mantuvo una vida errante que lo ha llevado por diversos lugares del país buscando una oportunidad para salir adelante.
“Dios, dame fuerzas para vivir”, recuerda las súplicas que realizaba en algún lugar donde solo, sin dinero y sin papeles, sobrevivía cuando supo la llegada del coronavirus a México. “Me quedé solo, sin dinero y no tenía tapabocas. Un día encontré unos en la calle, los lavé, les eché cloro y así me los puse. Yo sólo decía ‘Ayúdame, Diosito’”.
Esclavo de la dura realidad de México, Guillermo, de 35 años de edad, acogía como refugio cualquier muro, banca o cualquier sitio al aire libre que le permitiera tener horas de reposo en este periplo sin fin, hasta que llegó a Querétaro donde encontró personas generosas que le han brindado herramientas y respaldo para dejar atrás la indigencia.
Después de varios días sin comer, Guillermo recuerda haber vivido penurias en las calles de León, Guanajuato, y pidiendo limosna y ‘rides’ llegó a Querétaro, específicamente a la parroquia de San Pedro Apóstol, en San Pedrito Peñuelas, donde el párroco del lugar, Aristeo Olvera, brinda apoyo humanitario a migrantes que cruzan por esta ciudad.
“Llegué y estaba abierta la iglesia. Me recibieron y me quedé orando por mí y dándole gracias a Dios. Una señora me dio una torta y un pantalón. Se portaron chido”.
Desde el albergue de migrantes fue canalizado al Centro de Servicio Temporal para Personas en Situación de Calle, ubicado en el Parque Alcanfores, lugar en el que ofrecen un espacio seguro y saludable a personas en situación de vulnerabilidad para que puedan dormir y recibir alimento durante la contingencia derivada de la pandemia de Covid-19.
Guillermo permaneció varios días en el Albergue de “Los Alcanfores”, aquí ayudaba a sus compañeros, así como al personal del staff, además de que asistía a las pláticas y dinámicas de convivencia que las asociaciones involucradas organizaban en este lugar.
En una de estas dinámicas participaron benefactores del Albergue “Alcanfores”, entre ellos la señora Nicol Reyes, fundadora del Pozole “La Querencia”, quien compartió su historia a los usuarios del albergue, una historia de superación, de crecer desde abajo y salir adelante a pesar de las adversidades.
“CUANTO MÁS DAS, MÁS RECIBES”
Cuando inició el proyecto del Albergue “Los Alcanfores”, Alberto Sánchez Reyes, propietario del Pozole “La Querencia”, quiso sumarse a las redes de apoyo humanitario para este lugar, por lo que se puso en contacto con el licenciado Arturo Almaguer, secretario particular del alcalde Luis Nava, a quien le manifestaron la inquietud de sumarse a este proyecto para apoyar a la gente en situación de vulnerabilidad.
Tras ponerse en contacto con Adriana Bouchot, coordinadora del proyecto, decidieron preparar “comidas especiales” los domingos, donde los usuarios del Albergue Los Alcanfores pudieran disfrutar de un rico pozole, algo distinto a lo que los beneficiarios disfrutaban durante la semana.
“Estuvo muy padre porque así fue conocimos a Guillermo y a muchos más. Uno de esos días a mi mamá le dieron el micrófono y compartió su historia. Ella viene de un pueblito muy humilde que se llama Luviano, que está al sur del Estado de México, casi colinda con Michoacán, y se hacen siete horas de aquí para allá”.
De origen muy humilde, Doña Nicol Reyes, siempre destacó por sus habilidades culinarias y desde su natal Luviano se trajo una receta para hacer pozole, platillo del cual surgió la idea de abrir un restaurante.
“La historia de mi mamá fue muy conmovedora. Guillermo se sintió conmovido e identificado y se acercó a ella a pedirle una oportunidad de trabajo”.
Alberto recuerda que, a pesar de las dificultades por la contingencia derivada por la pandemia de Covid-19 y una vez que se reactivaron las actividades, doña Nicol invitó a Guillermo a trabajar en Pozole “La Querencia” y no sólo eso, sino que le ayudó a encontrar un lugar dónde vivir.
“La historia de Guillermo es un tema que en la familia fue algo muy bonito. Creemos mucho en estas actividades que nutren mucho el alma. Mi mamá siempre ha dicho que entre más oportunidades propiciemos, más oportunidades vamos a tener nosotros”.
Así como ocurre con Guillermo, Doña Nicol ha respaldado a muchos de sus empleados, a quienes ha motivado e impulsado para que salgan adelante y poco a poco encuentren su camino.
Fue hace seis años que doña Nicol Reyes abrió el primer restaurante “La Querencia”, ubicado en Av. Constituyentes. Desde entonces, con mucho trabajo, esfuerzo y determinación, se logró conformar un gran equipo que ahora mantiene seis sucursales.
“La clave del gran éxito es el corazón de mi mamá tiene, en el sentido de proteger los empleados, le encanta mucho el tema de recursos humanos”, señala Alberto Sánchez, quien reconoce en la empresa un gran ambiente de trabajo, donde se propicia el aprendizaje, el apoyo mutuo, así como el reconocimiento de talentos y el recompensar los méritos.
“QUIERO ESTUDIAR Y FORMAR UNA FAMILIA”
Guillermo se integró al equipo de Pozole “La Querencia”, en Boulevard de Las Américas, donde por el momento se desempeña lavando loza en lo que aprende otras labores dentro del restaurante.
“Gracias a Dios me echaron la mano y ahorita me siento muy bien”, comparte Guillermo, quien con lágrimas en los ojos agradece el apoyo a doña Nicol y su familia, además de que platica sobre sus planes a futuro. “Me gusta pintar, me gusta la mecánica, lo que me pongan. Quiero estudiar algo que me guste y quiero formar una familia”.
UN MODELO ÚNICO
En coordinación con las asociaciones Raíces que Inspiran, Frente Queretano para la No Discriminación y el Derecho al Estado Laico, y el Centro de Atención Integral a Familias de Adolescentes y Jóvenes LGBT en Querétaro, el municipio de Querétaro puso en operación en mayo pasado el Centro de Servicio Temporal para Personas en Situación de Calle cuyo objetivo es brindar un espacio seguro y saludable para este sector mientras en tanto transcurre la pandemia ocasionada por el Covid-19.
En este centro de servicios hay instaladas 30 casas de campaña, divididas en 4 zonas: de hombres solos, mujeres solas, familias, y personas con problemas de adicciones; y toda la instalación cuenta con servicio de vigilancia y seguridad las 24 horas del día.