REPORTAJE: ELISA CARRILLO TENIENTE, COLABORACIÓN ESPECIAL PARA EL CENTRO UNIVERSITARIO DE PERIODISMO DE INVESTIGACIÓN (CUPI)
FOTOS: CORTESÍA CARINA THIEL, ELISA CARRILLO Y BRYANT RAMÍREZ
Catorce años después del asesinato de Ernestina Ascencio, ocurrida a finales de febrero de 2007, 14 mujeres indígenas de la Sierra de Zongolica, Veracruz, luchan para prevenir la violencia de género en los municipios de la Sierra, así como para promover acciones y herramientas de defensa con base en los derechos humanos.
Zongolica, ubicado dentro del corazón de las altas montañas de Veracruz, es un lugar que se caracteriza por sus paisajes perdidos, el café y sus grandes artesanías. Su población indígena náhuatl es del 83.5 %, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi).
Dentro de este territorio, existe una lucha por parte de las mujeres indígenas para disminuir la violencia física, psicológica y sexual hacia la mujer.
En este panorama, mujeres están luchando día con día para modificar su entorno. Se hacen llamar “Camis” y pertenecen a la casa de la mujer indígena de Zongolica “Ichikahualistli Sihuame” (La fortaleza de las mujeres) A. C.; son 14 promotoras que dedican sus días en el empoderamiento de las indígenas y concientizar sobre los diferentes tipos de violencia que acosan a las mujeres, para poder cambiar su entorno social.
Carina Thiel, actual coordinadora de la casa, destacó la labor y los esfuerzos de las integrantes: cada una de las 14 promotoras tiene una función específica que les permite abarcar diversas áreas, sobre todo psicológicas y jurídicas.
Ellas trabajan en 8 municipios de la sierra de Zongolica, donde imparten talleres hacia su comunidad y sus autoridades sobre la prevención hacia la violencia de género, tipos de violencia, derechos humanos de las mujeres indígenas, marco jurídico y políticas públicas. También visitan escuelas donde imparten talleres sobre el conocimiento del cuerpo, autoestima y proyecto de vida.
Las “Camis” pertenecen a una red internacional de casas de mujeres indígenas (CAMI), esto las ha ayudado a poder luchar contra la violencia hacia la mujer dentro de la sierra, su trabajo ha sido arduo y no ha sido nada sencillo, ya que en muchas ocasiones se toman con el machismo, las pocas políticas públicas hacia la mujer indígena y el rechazo de miembros de su sociedad.
DOÑA ERNESTINA SEÑALÓ A “LOS VESTIDOS DE VERDE”, ANTES DE MORIR
Parte de la historia de la casa de las mujeres indígenas de Zongolica se da cuando las diferentes asociaciones civiles voltean a mirar los hechos ocurridos en el 2007 con el asesinato de Ernestina Ascencio, ya que a través de foros de capacitación se puedo ir gestionando la participación de las mujeres zongoliquenses en pro de sus derechos humanos.
Una de las historias que duele e indigna en la memoria zongoliquense, fue el caso de Ernestina Ascencio, mujer indígena de la tercera edad que falleció a finales de febrero del 2007. Ella fue encontrada por sus familiares, tirada y herida a 300 metros de un campamento militar, con lesiones de gravedad.
Antes de quedar inconsciente y morir, pudo pronunciar las palabras “pinome xoxome”, que significan “los vestidos de verde”. Su cuerpo había sido violentado y tenía lesiones. En la madrugada del 27 de febrero, Ernestina perdió la vida.
Al realizarle una necropsia, que en un inicio se negó a sus familiares, habitantes señalaron que Ernestina había sido violada por 3 personas tras encontrarse rastros de líquido seminal. La indignación de sus familiares y la impunidad llevaron a que este caso se volviera el centro de atención de medios de comunicación.
El 13 de marzo del 2007, el expresidente Felipe Calderón Hinojosa dijo que Ernestina murió por una úlcera y enfatizó que no existían rastros de que la señora haya sido violentada sexualmente, la CNDH ratificó la versión de este caso. A 14 años de este delito, no existe ningún detenido y el caso fue cerrado. Este hecho visualizó la impunidad y la injusticia que viven mujeres indígenas de la zona.
ESTUDIANTES DE LA UAQ APOYARON A MUJERES INDÍGENAS EN 2015
La violencia hacia las mujeres se manifiesta en varias modalidades, sin embargo la mujer indígena mexicana se encuentra en un estado de vulnerabilidad, esta es cada vez más visible, ya que las instituciones no garantizan la seguridad e integridad de cada una de estas.
El 28 de octubre del 2015, estudiantes de la Unidad de Aprendizaje de América Latina, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS), realizaron una de las prácticas con más anhelo en la unidad, donde el enfoque principal es tener un acercamiento a la realidad social de grupos vulnerables. Cinco jóvenes fueron enviados a la casa de Mujeres Indígenas de Zongolica, Veracruz “Ichikahualistli Sihuame” (La fortaleza de las mujeres) A. C.
Algunas de las tareas que pudieron desarrollar las y los estudiantes en 2015, fueron el acompañamiento a talleres de autoprotección y cuidado, talleres sobre la violencia de género y así mismo la convivencia con cada una de las mujeres por las que fueron acogidos, se compartió en esta experiencia conocimientos mutuos, culturales y culinarios.
Carina Thiel sigue ejerciendo como coordinadora de la casa de la mujer indígena, como en 2015, donde la labor de “las Camis” no se detiene, aun con la pandemia, ya que la violencia no espera y no entiende de tiempo, entendiendo las realidades a las que se enfrentan.
Zongolica es un pueblo militarizado hasta la fecha, ellas han logrado mantener una relación no violenta: trabajan hacia el futuro sin olvidar su pasado.