Autoría de 2:55 pm Tec de Monterrey: Investigación transformadora

La emocionalidad y las finanzas personales – Alejandra Vilches Murillo

En algún momento de nuestras vidas escuchamos que el cambio es bueno, el cambio enseña, el cambio ayuda a crecer. Sin embargo, la cantidad de cambios que hemos experimentado en los últimos meses ha sido una avalancha constante que no se detiene. Nunca habíamos sido testigos de tal cantidad de eventos que nos ha puesto la vida de cabeza.

Esto ha detonado que nuestra toma de decisiones, nuestras emociones y nuestros planes hayan tenido que ser reconfigurados por completo, o aún estén padeciendo ese proceso. Sobre todo, nuestra emocionalidad ha tenido que ser canalizada por la basta carga de ansiedad y frustración que surgen casi cada día.

La administración de recursos monetarios no solamente recae en la necesidad de adquirir o vender ciertos productos o servicios. También se apalanca de la emocionalidad que invade nuestras vidas. El incremento de compras en línea en primera instancia tiene que ver con la recomendación de no salir de casa, pero también con la necesidad que tenemos de apaciguar nuestra ansiedad con nuevas cosas. ¿Cuántas cosas has adquirido que realmente no necesitas? ¿Cuántas veces has mirado tu presupuesto antes de hacer una compra? ¿Te es más emocionante el escuchar “oferta” ahora en época de pandemia?

Es muy importante tener presente que esto aún no acaba, aún con la vacuna en puerta. Asimismo, la economía no levantará el vuelo de forma inmediata. Debemos buscar el equilibrio, primero, con nuestra salud mental, y luego, con la forma en la cual estamos canalizando las emociones con nuestras decisiones financieras. Aunque para algunos el fin de año significan más ingresos, debemos tener presente el panorama a largo plazo, tanto de nuestra actividad económica como de nuestra situación personal, para no tomar decisiones instantáneas con malas repercusiones a futuro.

Lo fundamental es tener un presupuesto, donde los ingresos, los egresos y las deudas estén presentes. Cuando se tiene un poco de excedente, lo ideal es tratar de finiquitar las deudas, de las más pequeñas a las más grandes, y si queda algún restante, guardar el dinero para las necesidades establecidas en el presupuesto. De esta manera, cuando la palabra oferta se cruce en nuestro camino, tendremos claras nuestras prioridades, minimizando el impacto emocional en nuestro bolsillo lo que traerá un poco de claridad a nuestra vida, la cual realmente necesitamos.

ALEJANDRA VILCHES MURILLO
PROFESORA DEL DEPARTAMENTO DE CONTABILIDAD Y FINANZAS DEL TECNOLÓGICO DE MONTERREY REGIÓN CENTRO-SUR
CONSULTORA INDEPENDIENTE
(Visited 59 times, 1 visits today)
Last modified: 10 octubre, 2021
Cerrar