―¡Abuelito! Tú siempre me has dicho que la Iglesia tiene prohibido meterse en cuestiones políticas, ¿verdad?
―Bueno, en realidad no lo digo yo, lo dice la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público que se decretó en 1992. ¿Por qué? ¿Ahora qué te traes entre manos?
―Mira esta hoja. Los padres de las iglesias están pidiendo a sus fieles que pongan sus nombres en ellas y que las firmen, para exigirle al nuevo Gobernador que no publique la Ley que aprueba los matrimonios igualitarios, metiéndoles miedo de que si el gobernador lo acepta, al ratito también va a aprobar la ley a favor del aborto y de la eutanasia.
―Pero, ¿qué harían los curas con estas firmas?
―Las tienen que llevar a la oficina de los laicos, en la Escuela Pastoral, para juntarlas todas y presentárselas a Kuri, al final de la Marcha contra el Matrimonio Igualitario, que están convocando para estos días.
―¿Y cómo sabes todo eso?
―La mamá de una de mis amigas, le dijo a ella que la ayudara a juntar firmas a la salida de las misas, y mi amiga le tomó una foto y me la mandó a mi Whats para que viera como la gente del Obispo y del Decanato están manipulando a la gente con mentiras, para que firme.
―¿Tu amiga es lesbiana?
―No. Ya sabes que yo casi no tengo amigas o amigos de ambiente. Ella es heterosexual, pero es muy inteligente, es de las que usan su cerebro y su corazón, y entienden que independientemente de que el matrimonio es un Derecho Humano y Constitucional, nadie debería impedir que la gente elija a la persona con la que decida ser feliz.
―Ella si es una joven heterosexual incluyente y respetuosa. Que bien, así son todos los chavos y las chavas de ahora.
―Abuelito, pero, si los religiosos mienten para manipular a las personas que asisten a misa, ¿no están cometiendo un delito?
―¡Absolutamente! Esa Ley exige que las asociaciones religiosas propicien y aseguren el respeto integral de los Derechos Humanos de las personas y uno de esos Derechos es el de formar una familia y que ésta sea reconocida legalmente, cosa que aprueba la Constitución Mexicana.
―Entonces, ¿qué pasaría con esos señores que reciben un sueldo de la Diósesis que están organizando desde sus oficinas esta marcha contra el matrimonio igualitario, recopilando las firmas de sus feligreses y su entrega al Gobernador de Querétaro?
―Si algún religioso y trabajador de la iglesia manipula a la gente que asiste a las misas para firmar un documento que va a dañar a un sector ciudadano, entonces estaría cometiendo un delito, y en su caso particular tendría triple castigo, uno por aprovecharse de su representación religiosa y dos más por usar el nombre de Dios en vano y metir, porque estarían faltando a dos de los divinos mandamientos de la ley de Dios.
―¡Abuelito! ¡No manches! También tú estás revolviendo lo legal con lo sagrado. Lo terrenal con lo eclesial. ¡No, no, no, no! Yo solo veo el delito legal y ese tendría que ser castigado.
―Tienes toda la razón del mundo, Hijo. Está bien que me hagas ver las cosas como son y no dejarme llevar por la cuestión moral religiosa, aunque de todas formas ¡si están cometiendo doble pecado!
―Abuelito, ¿sabes que me dijo un amigo que tengo sobre esas listas?
―Pues no, no sé, no se ni siquiera quién es tu amigo.
―Es abogado. Él me dijo que todos esos religiosos también están faltando a la Ley para Prevenir y Eliminar toda forma de Discriminación en el Estado de Querétaro, y que deben ser demandados.
―¿Cómo quebrantan esa Ley, según tu amigo?
―Me lo acaba de mandar a mi Whats. Te lo voy a leer. En el Título Primero, Artículo 1 dice: “Las disposiciones de esta Ley… tienen por objeto identificar, prevenir y ELIMINAR (eso lo puso en mayúsculas), aquellas formas de discriminación que se ejerzan contra las personas de manera individual o colectiva… así como promover la igualdad de oportunidades y de trato”.
―Pues suena muy fuerte.
―Y sigue más, ¿quieres que te siga leyendo, Abuelito?
―Si, Hijo, por favor.
―Artículo 2: Para los efectos de esta Ley se entenderá como Discriminación, toda distinción, exclusión o restricción que, basada (entre otras cosas) en las preferencias sexuales, o cualquier otra condición que dé origen a conductas que atentan contra la dignidad humana o que tengan por objeto anular o menoscabar los Derechos y libertades de las personas;
―Pues querer prohibir el Matrimonio entre personas del mismo sexo está atentando contra la dignidad humana y con ello estarían anulando nuestros Derechos y nuestra libertad, como personas, de decidir con quién crear una familia y vivir en paz y con amor.
―Abuelito, me está mandando más textos, deja te los leo. Dice: en El Capítulo Segundo, de las Conductas Discriminatorias, lee con mucha atención el Artículo 8, especialmente la fracción XIV y ya de paso la fracción XXVIII.
―¿Qué dicen ese Artículo y esa fracción, Hijo?
―A ver, Artículo 8. Queda prohibida toda práctica discriminatoria directa o indirecta que tenga por objeto impedir o anular el reconocimiento o ejercicio de los Derechos y la Igualdad real de oportunidades de las personas.
―Bueno, de entrada, eso nos queda muy bien, porque de manera directa están ejerciendo una práctica que tiene como objeto anular la oportunidad que tengo como ciudadano de casarme con quien yo decida. ¿O me estoy emocionando mucho, Hijo? ¿Tú cómo lo ves?
―Abuelito, la Fracción XIV de este Artículo. Dice, “Se consideran conductas discriminatorias: ¡IMPEDIR LA LIBRE ELECCIÓN DE CÓNYUGE O PAREJA”! ¡Tenías razón, Abuelito!
―¡Jajajajajaja! Solo a veces tengo la razón, pero sí, eso es lo que dice la Ley, y ¡NADIE LE ESTÁ HACIENDO CASO!
―Y ya de paso, vamos a ver que dice la Fracción XXVIII: Incitar al odio, violencia, rechazo, burla, difamación, injuria, persecución o exclusión. ¿Cómo ves, Abuelito?
―Pues ¡como anillo al dedo! Porque justo lo que la Iglesia está incitando al odio, al rechazo, a la exclusión de un sector integrado por el 12% de quienes pagan impuestos y que votan, cada tres años, generando con esto violencia, que muchas veces termina en asesinatos.
―Abuelito, ¿por qué la Iglesia se mete en esto? ¿Por qué en vez de motivar el amor entre sus semejantes, promueve el odio? Y, ¿por qué el gobierno, tanto municipal como estatal, no hacen nada al respecto?
―Hijo, no lo sé. Pero quiero creer que es porque desconocen esta Ley, porque no encuentro otra respuesta. Además, la Suprema Corte de Justicia de la Nación en la jurisprudencia 43/2015 determinó que llamar de forma diferente la unión de personas del mismo sexo a la unión de personas de diferente sexo sería discriminación, y eso está prohibido en el artículo primero de nuestra Constitución.
―¿Sabes qué, Abuelito? Me dan ganas de ir a la Marcha que están convocando y llevar un micrófono, con bocinas muy grandes y gritarles que ¡están siendo manipuladas y manipulados por la Iglesia!
―Y que por ese motivo, algunos miembros de su Iglesia están quebrantando la Ley, la Constitución y los Tratados Internacionales que están al mismo nivel que nuestras leyes, y que por lo tanto, tienen que tener sanciones.
―Abuelito, ¿podrían meter a la cárcel a los padres por romper una Ley y motivar al odio hacia un grupo de personas?
―No lo sé, Hijo, no lo sé. Pero no me gustaría que eso pasara. Creo que tienen que revisar sus corazones y ser nuevamente misericordiosos, respetuosos y amorosos, con sus prójimos.
Muy interesante mi querido amigo, lastimosamente de hace algún tiempo para acá mi percepción es que la iglesia lo único que hace es lucrar con la fe.
Así es, amigo, así es…