Autoría de 1:40 am Héctor Parra - Análisis y Reflexiones

Olga Sánchez Cordero, ¿premiada o castigada? – Héctor Parra Rodríguez

Hace mucho se comentaba la salida de Olga María del Carmen Sánchez Cordero Dávila de la Secretaría de Gobernación, dada su probada incapacidad en materia de política partidista. Los morenistas no se sentían identificados con la ministra en retiro. AMLO la castigó, no la premió; regresó de inmediato al Senado.

Además, el presidente nunca le dio su lugar a Olga Sánchez, por el contrario, más parecía subordinada a otros secretarios, principalmente al secretario de la Defensa Nacional, el “súper secretario de la 4T”. Le quitó todas las áreas, las de seguridad, las políticas y las de inteligencia. Tampoco pudo fungir como jefe de gabinete. Se convirtió en un “viejo florero”.

La ministra en retiro se reincorpora al Senado y presidirá la Mesa Directiva de la Cámara de Senadores, dicen los que saben. A su vez, la inepta legisladora de Laura María de Jesús Rodríguez Ramírez (suplente de Sánchez Cordero), actriz y activista, quien se ha identificado con los personajes de Frida Kahlo, La Malinche y Sor Juana Inés de la Cruz, dejará el cargo. ¿Serían por esa razón los “papelazos teatreros” en el Senado? Seguramente la señora regresará a la actuación, ya sin salario del erario.

Realmente no sorprende la destitución de Olga Sánchez. La sorpresa sería que, regresando al Senado, se constituya en los ojos y el oído de López Obrador, por aquello de la posible insubordinación de Ricardo Monreal Ávila, quien aspira a ser candidateable a la presidencia, mientras que AMLO siempre lo ha ignorado y menospreciado. Cuando “enlista su lista”, en ella no aparece Monreal.

López Hernández en automático se vuelve candidateable; tiene la ventaja de ser amigo desde la infancia de López. La boleta de Morena en la sucesión presidencial nuevamente podría contener otro López.

También necesita a Sánchez Cordero el presidente para que, como supuesta constitucionalista, la ministra en retiro encabece las discusiones fundadas y motivadas de las reformas constitucionales entrampadas y las que están por llegar a esa Cámara “alta”. Aunque regresará políticamente vencida y desgastada al ejercicio legislativo.

Ese tema sí es prioridad para AMLO. Al no lograr mayoría calificada en ninguna de las dos Cámaras, necesita, al menos, quien sí conozca y domine el derecho constitucional. Aunque la ministra bien sabe torcer la ley si le conviene, como aquel asunto inolvidable cuando aseguró que era “constitucional” la reforma a la Constitución de Baja California, conocida como “Ley Bonilla”, que otorgaba tres años más en la gubernatura sin pasar por las urnas. La política obnubiló a la ministra en retiro, perdió el asunto.

El nuevo secretario de Gobernación, otro tránsfuga priista. Adán Augusto López Hernández, quien dejó al PRI para incorporarse al PRD, para luego ir tras AMLO y colarse a Morena, deja la gubernatura de Tabasco para, según el presidente “… ayudarme para terminar de consolidar el proceso de transformación de México”. Lo cual significó otro revés político para Olga; quiere decir que ella no pudo hacer lo que piden a quien la suple en el cargo. Así de desleal es la política y más tratándose de Andrés Manuel López Obrador.

Si bien Adán Augusto tiene una larga trayectoria en política, no ha destacado como “buen político”; uno más del montó que hoy conforman la masa amorfa de Morena. Deja la gubernatura de su estado para aventurarse a cumplir los caprichos de López.

¡Lo importante! ¿Terminar de consolidar el proceso de transformación en México? ¿Qué significa? ¿Que entre todos los actuales servidores de AMLO no han podido hacerlo y llamó al idóneo para la labor que él sí podrá? ¿En qué consiste la transformación que nadie ha entendido en tres años de gobierno perdido? ¿Podrá el nuevo López con el trabajo? Lo mismo decía del presidente de la SCJN, sólo Arturo Zaldívar Lelo puede con la reforma judicial, los demás ministros son corruptos y tontos. Seguramente no le será difícil, simplemente tendrá que plegarse a los caprichos del primer mandatario para cumplir con la misión imposible, sin saber en qué consiste esa transformación.

Las cosas no cambiarán en nada en el Poder Ejecutivo. Ahí nadie manda, ¡salvo el presidente de la república! No existen jefes superiores en ninguna secretaría, basta observar lo que diariamente hace el presidente en sus mañanera; él decide, él ordena, y si no cumplen, en público los regaña y los exhibe. Los secretarios sólo repiten lo que López quiere que repitan.

Recuerden casos vergonzosos como el de Herrera, próximo gobernador de Banxico, lo ponía como “lazo de cochino”. La primera fue cuando, estando en Inglaterra, declaró lo que no gustó a López. Le corrigió la plana, lo hizo regresar, desmentir lo dicho en Inglaterra y así en otras ocasiones. ¿Se imaginan lo que hará Herrera cuando ocupe la gubernatura de Banxico? ¡Lo que AMLO le ordene! Perderá la autonomía constitucional.

Sin embargo, el nuevo López se incorpora a la lista del juego de los presidenciables de López Obrador. Para recobrar la fuerza y autoridad de la Secretaría de Gobernación, debe empezar por volver a reformar la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo, de lo contrario sólo será otro florero, más grande, pero al fin florero.

La expectativa legislativa de AMLO se va al Senado de la República, dada la urgencia de reformar la Constitución; de paso, poner nervioso a Ricardo Monreal, coordinador de la bancada de Morena. Dice un dicho que “para que la cuña apriete, debe ser del mismo palo”.

Ya sin la teatrera de Jesusa, Sánchez Cordero le imprimirá seriedad y responsabilidad. ¿Logrará sumar y convencer a la oposición para que apoyen y aprueben las iniciativas del presidente? Eso está por verse, no creo que lo logre. Creo que se trata de más golpes mediáticos de AMLO. En el fondo las cosas seguirán igual.

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Last modified: 22 octubre, 2021
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