El amor en tiempos de Covid-19, nos remite al título de la obra maestra de Gabriel García Márquez, “El Amor en los tiempos de Cólera”, en realidad la historia del famoso y reconocido libro se desarrolla justamente en una de las epidemias de cólera que llegó a Colombia, y donde los personajes protagónicos se mantienen unidos a pesar lo complicado del momento.
El próximo mes cumpliremos un año que se declaró la crisis sanitaria en México, 12 meses de cambios inimaginables en el ritmo de vida de todos y cada uno, un año de enfrentar el día a día desde el confinamiento total hasta la liberación paulatina de algunas actividades no esenciales, de aprender a vivir con crubrebocas, de no ver de cerca ni abrazar a los abuelos, de ver crecer estadísticas de contagios, de desolación, de afectaciones económicas, de cierre de comercios, de desempleo y también de muchas muertes.
Un largo año de esperar la vacuna como una pócima mágica que evitará la pérdida de más vidas humanas y acabará con la amenaza letal.
De golpe muchos perdieron su trabajo a raíz de los primeros contagios, otros fueron a trabajar en casa, y así todos refugiados en un espacio, comenzamos a sentir los efectos del encierro, la incertidumbre económica y las complicaciones de la convivencia limitada.
La incertidumbre llegó y se instaló en nuestra vida, derribándolo todo, obligándonos a adaptarnos a la circunstancia que nos tocó vivir. El aislamiento en lo posible fue la mejor forma de contener este virus que se ha expandido por la tierra y no hubo más alternativa que cobijarnos el mayor tiempo posible en el propio hogar.
Y es aquí donde se presenta el amor en tiempos de Covid-19, en una de sus más expresivas manifestaciones, hemos visto con admiración el profundo amor del personal de salud a su profesión día a día, dejando en el registro con la historia para las próximas generaciones lo que fueron capaces de hacer por la vida de otros; ahí queda exhibido en hospitales la lucha a muerte que libran todos los días doctores, enfermeras y personal en general contra el virus.
No tengo la menor duda que la única y más valiosa retribución que podemos hacer en favor a esa primera línea de combate, es cuidarnos en lo posible y acatar todas las medidas de preventivas.
También durante este tiempo hemos aprendido que el amor en los tiempos del Covid-19 se ha transformado, ahora es invisible, pero más poderoso. En estos tiempos difíciles viene acompañado de emociones olvidadas como la compasión, la gratitud, y la solidaridad; ya no se limita a nuestros seres queridos y amigos, ahora se extiende a todos, y eso significa que cada día que me cuido yo, protejo a decenas de personas que deben salir de sus hogares con temor a ganarse la vida en tiempos de crisis económica.
El amor en los tiempos del Covid-19 también ha humanizado las redes sociales y los mensajes enviados por el móvil, las videoconferencias nos unen en la distancia, las palabras cobran otro sentido, más cercano. Y se han convertido en canales no sólo de odio y críticas, sino también de mensajes de solidaridad para aquellos que pasan por la enfermedad, de denuncia para evitar abusos ante la escasez de diferentes artículos o medicamentos requeridos para pacientes de Covid-19.
Todos podemos hacer que esta crisis sea una oportunidad de crecer como sociedad, convirtiéndonos en ciudadanos más solidarios y preocupados por el bienestar de todos.
La pandemia deja en claro que para el Covid-19 todos somos iguales, aquí no hay diferencia, nos iguala como somos seres humanos, entonces cualquiera puede enfermarse y morir por esa causa.
Quizá uno de los aprendizajes más importante de este tiempo, es que debemos mantenernos unidos y salir juntos a enfrentar la circunstancia que nos tocó vivir, frente al desaliento y la muerte, no hay diferencias, todos deberemos tener el mismo propósito, y es trabajar en unidad para que el lugar donde se vivimos continúe transformándose en un espacio de oportunidades y desarrollo para todos.