¿Es posible detectar el autismo antes del primer año de vida? Esta pregunta me la he hecho durante varios años al trabajar en un proyecto de investigación acerca de la detección temprana del Trastorno del Espectro Autista (TEA). Los clínicos de la salud y los investigadores que trabajan en torno a este trastorno refieren que los primeros síntomas se pueden observar durante el segundo año de vida, aunque si el retraso en el desarrollo es grave, es posible reconocerlo antes del primer año. Los padres de niños con TEA han reportado que llegar a un diagnóstico contundente es un camino lleno de complicaciones, por lo que la edad común para el diagnóstico es a partir de los tres o cuatro años de edad.
En la Unidad de Investigación en Neurodesarrollo (UIN), que pertenece al Instituto de Neurobiología de la UNAM, trabajamos con bebés desde los dos meses de edad. En este laboratorio realizamos el proyecto de detección temprana del espectro autista, el cual tiene por objetivo identificar patrones conductuales relacionados con el TEA en el primer año de vida. Esto se logra a través de revisiones clínicas, entrevistas semi-estructuradas y videograbaciones en espacios como la cámara de Gesell, que se puede ver en la imagen.
La UIN es liderada por la Dra. Thalía Harmony, quien fundó este laboratorio universitario hace 15 años para desarrollar métodos de evaluación y tratamiento temprano de bebés que puedan presentar daño cerebral. Tanto el método de evaluación como el desarrollo de un tratamiento efectivo son piezas clave si aspiramos a detectar y modificar el pronóstico de bebés que se encuentran dentro del espectro autista. Esto suena muy prometedor, pero realizar un diagnóstico temprano es más complicado de lo que parece debido a que el profesional de la salud que lo lleve a cabo necesita un perfil especializado en el tema.
En el 2007 la Academia Americana de Pediatría publicó un artículo donde refería que el diagnóstico del TEA se confirma hasta las edades preescolares porque es cuando los síntomas son claros y persistentes. En estas edades el niño con TEA presenta una dificultad de comunicación importante, no parece interesarle socializar con otros niños y, en algunos casos, presenta movimientos estereotipados como el sacudir las manos, pegarse en la cabeza o balancear el cuerpo. Sin embargo, en ocasiones los padres externan preocupaciones antes de que el bebé cumpla los dos años, y esto permite detectar lo que llamamos “signos de alarma del espectro autista”.
Los signos de alarma del espectro autista parten de los hitos del desarrollo, es decir, eventos que tienen edades específicas para concretarse, como sucede con logros como sostener la cabeza, sentarse o caminar. En este sentido, también se esperan logros en la comunicación del bebé. Entre estos está la sonrisa social que aparece a los tres meses de edad (como la bebé en la fotografía), o cuando el bebé responde a su nombre y sigue la mirada de su madre o padre, lo cual se concreta alrededor de los 8 meses de edad. Más tarde, entre los 10 y 12 meses es capaz de seguir con la mirada lo que la madre o el padre señala con el dedo, como por ejemplo ver un avión en el cielo. Por último, entre los 12 y 14 meses, el bebé señala lo que necesita y posteriormente lo que considera que es importante. Cuando el bebé no presenta alguno de estos procesos en tiempo lo reconocemos como signos de alarma del espectro autista en el primer año de edad.
Regresemos entonces a la pregunta inicial de este artículo ¿Es posible detectar el autismo durante el primer año de vida? La respuesta es sí, pero con sus asegunes. Estos signos de alarma no son exclusivos del espectro autista y, por consiguiente, pueden dar indicios de otra condición. Es decir que con ellos no podemos asegurar en este momento un diagnóstico de TEA. Es importante remarcar que para iniciar una alarma del espectro autista tenemos que seguir tres aspectos importantes: identificar, reconocer y actuar. Identificar de manera satisfactoria los signos de alarma, reconocer los patrones y actuar buscando a los especialistas en el área. Desde mi rol como Coordinadora del área de Psicología de la UIN puedo asegurarles que dar un diagnóstico temprano no es fácil dado que existe una probabilidad de obtener falsos positivos. Sin embargo, trabajar con estos signos de alarma desde los 12 meses de edad nos permite abrir un abanico de oportunidades para el tratamiento y la intervención más oportunos.
Si este artículo te generó alguna inquietud, puedes contactarme en:
DRA. YURIA CRUZ ALANIZ
YURIACRUZ@COMUNIDAD.UNAM.MX
COORDINACIÓN DEL ÁREA DE PSICOLOGÍA
UNIDAD DE INVESTIGACIÓN EN NEURODESARROLLO
INSTITUTO DE NEUROBIOLOGÍA
UNAM, CAMPUS JURIQUILLA
REFERENCIAS
Johnson, C. P., & Myers, S. M. (2007). Identification and evaluation of children with autism spectrum disorders. Pediatrics, 120(5), 1183-1215.