Autoría de 6:06 pm #Destacada, Talento 100% Qro • One Comment

“Caí en la ciencia por accidente”: Diana Lorena, una de las 10 mejores docentes del mundo

ENTREVISTA: PATRICIA LÓPEZ NÚÑEZ/LALUPA.MX

FOTOS: RICARDO ARELLANO/LALUPA.MX

A la queretana Diana Lorena Rubio, nominada entre los 10 mejores docentes del mundo, le mueve un interés colectivo: acercar a más niñas a las ciencias duras, que se sientan líderes y que se hagan de un espacio en las matemáticas, la química, la biología, la ingeniería o cualquier otra ciencia que les asegure un lugar en el mundo del siglo 21.

Por eso, desde el año pasado se reunió con más de 50 mujeres del país para crear el Colectivo Mujeres STeam.DGETI, para que las niñas, las jóvenes y las profesionales tengan una red de apoyo con más mujeres que se dedican a las ciencias duras en México.  

“Necesitamos más chicas y más chicos en los laboratorios, pero necesitamos que les guste, que les interese”, dice a lalupa.mx, y luego centra su interés en las niñas. Sin ellas, la ingeniería, las matemáticas, todas las ciencias duras se quedarán sin la visión de las mujeres en un siglo que requiere soluciones en estas áreas y las dejará a ellas en una brecha científica y salarial mayor a la que se vive ahora.

La intención del colectivo es que las niñas y las jóvenes sepan que a pesar de que no siempre existen las condiciones estructurales ideales ni el apoyo familiar necesario, “estamos aquí para ellas” y pueden hacerse una carrera en las áreas que se piensan más adecuada para los hombres.

Acompañada de otras colaboradoras, como María Rocío Villegas Arroyo y Cinthya de la Peña, la doctora Martha Diana Lorena Rubio aprovecha su nominación al Premio Docentes Extraordinarios, para que se escuche el grito colectivo de mover a más mujeres hacia las ciencias y que sepan que aunque su contexto sea muy difícil, pueden encontrar ayuda e inspiración en otras compañeras.

Una mujer multipremiada

Ganadora de la primera edición del Premio Docentes Extraordinarios: National Teacher Prize México 2020 e integrante del Movimiento Science, Technology, Engineering and Mathematics (STEM) que impulsa a las mujeres en las Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, Diana Laura Lorena es una de las 10 docentes nominadas para recibir el galardón del Global Teacher Prize.

La doctora en Ciencias Biomédicas por el Instituto de Neurobiología de la UNAM dice que cayó en la ciencia “por accidente. En mi familia no había alguien que tuviera estudios de universidad siquiera”. Cuando estudiaba el último semestre de su licenciatura realizó sus prácticas profesionales en un Centro de Atención Múltiple (CAM) con niñas y niños con alguna necesidad especial.

“Soy educadora física y quería asegurarme de que estaba haciendo algo bien, que funcionara dentro de su cabeza. Me dijeron: si quieres saber de eso ve con la doctora Tania que es la que hace los registros encefalográficos. Con ella me acerqué al Instituto de Neurobiología, cuando vio que me interesaba me empezó a invitar y así es como llegué a la ciencia, no era mi proyecto de vida, pero eso es lo que les quiero mostrar a los estudiantes, se pueden desarrollar en la vida científica, Querétaro tiene 52 centros de investigación”, señala la especialista.

Cuando empezó a dar sus primeras clases, cuenta sin empacho, los alumnos se dormían o se iban al baño porque daba clases aburridas. Todo cambió en una semana de Ciencia y Tecnología cuando le pidieron dar una charla a los estudiantes. Entonces decidió llevarles ratas y mostrarles el trabajo de los científicos.

“El auditorio se llenó, les pude mostrar las diferentes etapas de desarrollo, los registros y ahí decidí que ese era el camino”. Ahora cuenta con orgullo su nominación al premio Global Teacher Prize que impulsan la fundación Varkey y UNESCO para visibilizar la labor de los docentes inspiradores en todo el mundo.

La sola nominación es para ella un gran honor y una responsabilidad, porque “impulsas no solamente tu profesión y lo que haces en la parte académica, también a estudiantes y compañeros”.

“Este es un reconocimiento que no logré sola, lo he logrado con mis estudiantes cuando participan en el extranjero, con sus familias, sus papás, sus mamás, que confían en ellos y los acompañan al club de ciencias que es una actividad no formal, no damos calificación y son horas fuera de clase y con el apoyo de amigos que los asesoran, que les dan la oportunidad de hacer pruebas en su laboratorio”, reconoce.

Profesora de la materia de Tecnología en el Centro de Bachillerato Tecnológico Industrial y de Servicios (CBTIS) número 18 en Corregidora, se preocupa por mostrarle a las niñas y a los niños que la ciencia no les debe parecer ajena, sino algo posible con las redes de apoyo adecuadas y las estructuras institucionales suficientes.

Mujeres aliadas por la ciencia

La pandemia le dio la oportunidad a Diana Lorena de sumarse a otras mujeres para llevar la ciencia a más niñas, con el apoyo de más de 50 maestras que crearon el Colectivo Mujeres STeam.DGETI para mostrarle a las jóvenes que pueden optar por formarse en las ciencias duras, “las competencias del siglo 21” y que se debe cumplir para atender las necesidades del mundo.

El colectivo surgió como una manera de abrirle espacio a las niñas y jóvenes en áreas donde predominan los hombres. El 56 por ciento de la plantilla docente en México se integra por mujeres. El 30 por ciento de las mujeres mexicanas se dedican a la ciencia y no todas son titulares; en el sector privado, apenas el 8 por ciento de los puestos directivos o de toma de decisión están en manos de las mujeres.

La meta, explica Diana, es que las niñas se sepan inteligentes, que tienen las competencias necesarias para entrar a estas áreas y no tomen una decisión vocacional en función de su rol de género, porque muchas de ellas, desde la secundaria o antes creen que no son buenas para las matemáticas y eligen carreras para alejarse de esta ciencia o escuchan a quienes les recomiendan optar por una carrera que les permita ser madres.

“Tenemos que transformar esas perspectivas, que ellas sepan que son suficientemente inteligentes y desarrollarles competencias que las van a empoderar para abrirles el panorama, que conozcan cómo la mujer ha participado en el desarrollo de nuevo conocimiento en la ciencia, en las matemáticas, en la tecnología”, insiste.

El gran reto es que las nuevas generaciones vean cada vez más a mujeres en las ciencias o en el liderazgo de proyectos, sin pensar que su género las limita para desarrollarse en espacios donde hay mayoritariamente hombres.

Por eso, “hay que cambiar incluso el lenguaje desde las aulas, porque siempre decimos los ingenieros, los químicos y debemos hablar de las ingenieras, las químicas, si vamos a hablar de ciencia mostrar a mujeres haciendo ciencia, pero hoy tenemos que si les preguntamos nombres de personas científicas dan nombres de hombres, no saben nombres de mujeres, porque no las visibilizamos, pero sí las hay, muchas mujeres que aportan conocimiento”.

Otra de las cosas que se deben cambiar es que “de manera inconsciente” las maestras mujeres “pasamos más tiempo explicando un problema de matemáticas con los hombres que con las mujeres y es algo de lo que debemos hacernos más conscientes”.

Si no se resuelve esta brecha de género en la participación, la diferencia de salarios de los empleos del futuro entre hombres y mujeres será mayor que la que existe ahora, porque en los próximos años se generarán muchos empleos en las ciencias duras, además que se impulsarán proyectos sin la perspectiva de las mujeres y eso limita el desarrollo científico, así como la solución de conflictos.

“Tejamos una red de apoyo para todas”

Rubio Navarro sabe que la familia y las estructuras sociales son determinantes para acercar a más niñas a las ciencias duras, pero cuando todo eso falla, considera que otras mujeres pueden ser las aliadas ideales para el desarrollo de una científica, a pesar de que hay contextos bien complejos.

Como ejemplo, recuerda sus años en el laboratorio, cuando llevaba a su hija y mientras ella revisaba el microscopio, muchas veces sus amigas y amigos cuidaron a la pequeña. A pesar de esa ayuda, en el laboratorio no había espacio para amamantar, “la amamantaba de todos modos, pero si mi tutora se hubiera puesto dura, no lo hubiera hecho”.

En algún momento, cuando ya no pudo llevar a su hija al laboratorio, lamentó no tener una ludoteca o una guardería dentro de la institución, porque para las mujeres es difícil empatar ambas responsabilidades y eso se debe cambiar, porque “si tienes una red de apoyo puedes hacer eso y más”.

“Eso es lo que debemos comenzar a generar con las estudiantes. Un círculo donde las chicas sientan el apoyo y la colaboración, que no piensen que no saben o no pueden, que no crean que si tienen un hijo ya no pueden estudiar, que si me caso ya no puedo innovar proyectos, tenemos que tejer una red de apoyo para las niñas, para las mujeres, para las profesionales, para todas”, insiste la doctora.

María Rocío Villegas Arroyo es coordinadora de Vinculación del Colectivo Mujeres STeam.DGETI. Entró al colectivo por invitación de Diana Lorena y de la ingeniera en Sistemas, Cinthya de la Peña y su finalidad es mostrar el trabajo que realizan las mujeres a lo largo y ancho de todo el país.

“Queremos una mirada igualitaria, el mismo reconocimiento que se le da a los hombres. La intención es empoderar a las niñas, que se inspiren en estas maestras y doctoras y profesionales que ya existen y que son un cerebro en sus áreas. Tenemos esa responsabilidad social de ser agentes de cambio como maestras”, agrega Rocío.

El trabajo inició a partir de una iniciativa de Cinthya, docente de Oaxaca, quien escuchó a Diana Lorena en una charla científica en su plantel, tras conocer su compromiso con los estudiantes y decidieron iniciar el Colectivo en plena pandemia, junto con otras mujeres en todo el país.

Justo por este trabajo colectivo, Diana Lorena se dice “bien orgullosa de lo que en comunidad hemos logrado. A mis estudiantes siempre les digo que mi mayor satisfacción es verlos felices, exitosos, triunfando. A las niñas en particular me interesa que sepan que esos sueños y esas fantasías de llegar a ser astronautas, científicas o ingenieras, es algo que se puede lograr, que siempre habrá alguien que las ayude, que estamos aquí para ellas”.

(Visited 354 times, 1 visits today)
Last modified: 26 julio, 2022
Cerrar