¿Cuál es la razón principal por la que los humanos somos la especie dominante en la Tierra? Podrías estar tentado a pensar que es simplemente por nuestro cerebro “especial”, que dota a cada individuo con una inteligencia superior a la de otros animales. Sin embargo, nuestra inteligencia individual está muy lejos de ser el secreto de nuestro éxito como especie. Para clarificar la respuesta a esta pregunta, Joseph Henrich en The Secret of our Success (Princeton University Press, 2015), nos invita a un viaje fascinante para entender qué hace a nuestra especie fundamentalmente distinta a cualquier otra que habita o haya habitado la Tierra.
UN EXPERIMENTO MENTAL
El viaje comienza con un experimento mental que clarifica nuestra competencia como especie. Reclute 20 participantes divididos en dos grupos: diez humanos adultos elegidos al azar, y diez monos capuchinos adultos elegidos igualmente al azar. Podría pensarse que este experimento coloca en desventaja al grupo de monos capuchinos, pues ellos tienen mucho menor capacidad cerebral (50 gramos y 610 millones de neuronas) que un humano promedio (1400 gramos y 100 billones de neuronas).
Para continuar con el experimento, disponga de paracaídas a todos los participantes y súbalos en un avión para sobrevolar la Selva Lacandona en el sur de Chiapas. En medio del vuelo, deje caer a los participantes. Para evaluar el éxito competitivo de cada especie, cuente el número de participantes con vida después de tres meses. Las probabilidades están en que los monos capuchinos ganen, por mucho.
De hecho, la historia ha “encarnado” algunas versiones reales del experimento mental arriba descrito. Por ejemplo, en los siglos 18 y 19, exploradores occidentales en busca de fortuna terminan extraviados en ambientes completamente nuevos para ellos, incluyendo la Antártida, la Selva Amazona, o los Everglades. En todos estos casos de exploradores “modernos” los resultados son sorprendentemente similares: hambruna, canibalismo y, finalmente, muerte por enfermedad, intoxicación o inanición.
¿Cuál es entonces el secreto de nuestro éxito? Es decir, ¿por qué exploradores modernos perdidos terminan regularmente muertos, mientras que, en el mismo ambiente como la Amazonia, existen poblaciones humanas que han florecido por generaciones?
La respuesta a esta pregunta clarifica el secreto de nuestro éxito, que yace escondido en un rincón muchas veces desapercibido: nuestra cultura. La cultura permite conectar nuestras inteligencias individuales en una mucho más potente: la “inteligencia social”.
LA INTELIGENCIA SOCIAL
Sin importar tu inteligencia individual, será imposible en una sola vida descubrir de nuevo todo lo necesario para sobrevivir en un ambiente (ya sea el Amazonas, o en Querétaro).
La cultura proporciona todo lo indispensable para sobrevivir en el ambiente asociado, enseñándote a generar fuego si es necesario y sin necesidad de redescubrirlo; o enseñándote cómo escribir y leer, si es necesario. Por eso tenemos la tendencia innata a imitar, en lugar de razonar por nuestra cuenta. La importancia de la cultura ha hecho que, mediante mecanismos evolutivos, nos volvamos seres innatamente hábiles para el aprendizaje cultural. En la actualidad, es indispensable dar un paso más allá, y desarrollar conciencia de cómo la cultura gobierna nuestras acciones.