En el año 2015 coincidieron varios aniversarios importantes para la ciencia relacionados con el estudio del fenómeno luminoso y sus aplicaciones, entre estos: mil años desde que el científico árabe Alhazen publicara su obra acerca de la óptica en siete volúmenes en el 1015; doscientos años de la publicación de la teoría ondulatoria de la luz, propuesta por Augustin-Jean Fresnel en 1815; siglo y medio de existencia de la teoría electromagnética de la luz, dada a conocer en 1865 por James Clerk Maxwell; cien años a partir de que en 1915 Albert Einstein jubiló al universo newtoniano con su teoría de la relatividad general, en la que la velocidad de la luz en el vacío asumió el importante papel de una constante fundamental; medio siglo de conocer la existencia de la radiación de microondas cósmica de fondo, descubierta en 1965 por Arno Penzias y Robert Woodrow Wilson; y también cincuenta años desde que Charles Kao obtuvo la primera fibra óptica apropiada para las telecomunicaciones, al transportar señales luminosas con bajas pérdidas.
Con estos importantes motivos, la comunidad científica internacional impulsó la declaración del 2015 como el Año Internacional de la Luz y de las Tecnologías basadas en la Luz ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). Esto con el fin de amplificar la comprensión de la luz y el conocimiento de las tecnologías sustentadas en ella, construir capacidades globales para la enseñanza de la óptica y la fotónica, principalmente dirigidas a los países en vías de desarrollo; promover la importancia que las tecnologías basadas en la luz tienen para el presente y futuro del mundo entero, aumentar la cooperación internacional para la investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías basadas en la luz, incrementar la atención mundial hacia las aplicaciones de la luz en temas fundamentales, como el combate al calentamiento global, entre otros objetivos.
La prolongada travesía inició desde el 2009 con la presentación de la propuesta en el seno de la Sociedad Física Europea y concluyó el 20 de diciembre del 2013 tras la adopción de la resolución 68/221 por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas, en su septuagésimo primera sesión plenaria. Así, el Año Internacional de la Luz y de las Tecnologías basadas en la Luz fue inaugurado el 20 de enero del 2015 en el edificio central de la Unesco, en el corazón de la Ciudad Luz, París. Luego de doce meses de celebración, en los que se realizaron más de cinco mil actividades en prácticamente todo el orbe, concluyó este nuevo Año Internacional de Unesco, dejando como herencia a partir del 2018 la celebración del Día Internacional de la Luz cada 20 de mayo, fecha en la que en 1960 Theodore Harold Maiman hizo funcionar al primer máser óptico, el láser.
Hace unos meses, la Sociedad Física Estadounidense ha comenzado a difundir su convocatoria internacional para que todas las asociaciones nacionales e internacionales de física se unan a su nueva propuesta para promover otro año internacional ante Unesco, en esta oportunidad el Año Internacional de la Ciencia y la Tecnología Cuántica, para el 2025, cuando se cumplirá un siglo desde que Werner Heisenberg, Max Born y Pascual Jordan desarrollaron la formulación matricial de la mecánica cuántica. La iniciativa será presentada en estos días a la Asamblea General de la Unión Internacional de Física Pura y Aplicada para obtener el endoso requerido que le permita iniciar su camino ante la Unesco.
Es innegable que la teoría cuántica ha ganado solidez a lo largo de sus primeros cien años gracias a que, a pesar de sus implicaciones poco intuitivas, no se ha encontrado ninguna violación a sus postulados y, por el contrario, se han podido demostrar varias de sus predicciones, como las recientes teletransportaciones de estados cuánticos enredados; además de que en nuestra vida diaria intervienen cada vez más tecnologías basadas en el modelo cuántico. Ante esta realidad, con certeza la Unesco recibirá con beneplácito la iniciativa para declarar al 2025 como el Año Internacional de la Ciencia y la Tecnología Cuántica, por lo que será muy importante fomentar la participación de toda la comunidad cuántica de México.
Lo anterior, dicho sin aberraciones.
Muy interesante sobretodo porque nos estamos comiendo nuestra casa común y por el contrario la debemos cuidar y gracias a Dios con estos magníficos descubrimientos podemos tener energías más limpias gracias por la información