HISTORIAS: PATRICIA LÓPEZ NÚÑEZ/LALUPA.MX
FOTOS: RICARDO ARELLANO/LALUPA.MX
Con ocho años de Servicio en la Secretaría de Seguridad Pública Municipal de Corregidora, Mónica Ivette García Bocanegra forma parte de la Unidad de Análisis, donde realiza trabajo de inteligencia y utiliza todos los recursos tecnológicos para ayudar a la población.
Su principal objetivo es servir a la gente, pero también reivindicar la imagen de los policías de Querétaro que a diario se la juegan para mantener la seguridad porque aquí viven también ellos y sus familias.
“Estamos para ayudarlos, me gustaría que cambiara la idea que tiene la ciudadanía hacia el policía. Esa idea de que el policía está para fregar (perjudicar). Todos aquí hacemos lo mejor para la gente, todos los días nos esforzamos para cuidarlos y cuidarnos, por eso nos capacitamos, por eso estamos aquí”, subraya.
Cursó su academia dentro de la misma corporación municipal y recuerda que lo más difícil, al inicio, fueron las pruebas físicas, la falta de ingresos y no tener más tiempo para su familia.
Después de seis meses de entrenamiento intenso, ingresó al grupo táctico y al grupo de operaciones especiales, donde permaneció tres años y medio hasta que la enviaron a la Unidad de Análisis.
Mientras en el grupo táctico se enfoca a los reportes de reacción específicos como grupos de choque, riñas campales, persecuciones o detonaciones, en la unidad de análisis se hace uso de los recursos tecnológicos más sofisticados para la toma de decisiones.
El tiempo que estuvo en el grupo táctico fue todo un reto físico, porque deben estar a la par de la fuerza y la velocidad de los hombres, pero todas las mujeres policías consiguen cumplir el reto.
“Te preparas de la misma manera, con los mismos conocimientos, la misma fuerza, la misma agilidad, no es complicado prepararte a la par de tus propios compañeros”, afirma.
Ser policía generó preocupación entre su familia, sobre todo para su mamá, que mostró más resistencia por lo peligroso de esta actividad, pero siente que servir desde la seguridad pública es algo que le viene de familia, porque “mi hermana es custodia en el Cereso, las ganas de salir como servidor público es algo como de familia”.
A diferencia de su hermana, Mónica Ivette tenía que estar más tiempo en la calle y eso les generaba más preocupación, sobre todo en el gripo de operaciones especiales donde sabían que había mucho riesgo.
“Ahora están más tranquilos, porque mi función ya no es tanto en la línea de fuego, pero siguen teniendo las mismas preocupaciones, aunque con menor intensidad, pero esto es algo que me gusta”, reconoce.
Las personas que se dedican a la seguridad pública, sostiene la oficial, tienen la única intención de hacer un buen trabajo para que sus familias y la ciudadanía se sientan orgullosos, porque anhela que “se den cuenta de que nos esforzamos mucho, que estamos preparados, que tenemos la convicción de servirles”.
Para ella, este es el momento de dejar atrás la idea de que el policía está “para fregar” a la gente, porque todos ponen el mejor empeño para ayudar a la seguridad de Querétaro.
“Estamos para ayudarlos, me gustaría que cambiara la idea que tiene la ciudadanía hacia el policía. Estoy muy agradecida con la corporación porque me ha brindado muchas oportunidades, el simple hecho de ser mujer y entrar al grupo táctico, que me dieran la oportunidad de capacitarme más, tener cursos y seguir avanzando, ahora en la Unidad de Análisis donde he ido creciendo y donde quiero servir, ese es mi empeño: servir”, precisa.
Trabajamos por la gente
Los policías municipales de Querétaro trabajamos siempre al cien y queremos que la gente lo sepa, asegura Elizabeth Aurora Cornejo Silva, quien forma parte del grupo táctico del binomio canino en la Secretaría de Seguridad Pública Municipal de Corregidora.
Al lado de su compañero canino, Elizabeth Aurora señala que, con su dedicación a cuidar la seguridad de otras personas, vive un sueño que nació hace mucho tiempo y su compromiso personal es hacerlo bien, para que la gente de Querétaro se sienta confiada en que sus policías trabajan lo mejor que pueden.
Forma parte de la corporación municipal de Corregidora desde hace cuatro años, después de prepararse en la academia estatal y en las instalaciones de la misma secretaría y al igual que otras mujeres, demuestra que la seguridad también es un área en la que pueden desarrollarse.
Al terminar su formación en la academia, primero la destinaron a la región II donde estuvo pocos meses y luego la cambiaron al grupo táctico, donde perros entrenados complementan el esfuerzo de los policías para atender todas las situaciones de riesgo, como las riñas campales, los enfrentamientos o hasta los cateos.
“Llevo aquí tres años, salgo con los caninos y lo más difícil, hasta ahora, es que a veces hay reportes de alto riesgo y le tenemos que entrar, pero somos equipo y estamos preparados. Trabajamos por la gente”, agrega la oficial municipal.
Los cateos son todo un reto, porque “nunca sabes si van a salir bien o si van a salir mal” y aunque su familia sabe del peligro del trabajo de Elizabeth y a veces “se quedan con el pendiente”, siempre le hacen saber que están muy orgullosos de lo que realiza.
A la familia le sorprendió el deseo de Elizabeth de unirse a la corporación policiaca. No lo vieron venir, a pesar de que ella guardó el sueño durante mucho tiempo y de los nervios del principio, ahora hay un gran sentimiento de orgullo.
“Están contentos de que he logrado lo que me he propuesto, ya tenía unos años con la idea de ser policía, traía la idea porque me gusta ayudar y servir a la gente. Hay de todo en la calle, hay personas que nos agradecen nuestro trabajo, que les gusta y hay personas que de plano no, no les gusta”, reconoce.
Pero en todos los casos, los policías “trabajamos siempre al cien, aunque hay gente que no valora este trabajo y es muy arriesgado”. Admite que a veces pueden existir errores en la actuación policial, pero considera injusto que “por uno paguemos todos, porque esos casos aislados nos hacen sentir mal”.
“Queremos que la gente se quite esa mala imagen, aquí todos estamos dispuestos a ayudar y esta corporación me ha dado muchas enseñanzas, me ha mandado a cursos, no nos quedamos estancados y nos siguen capacitando para ser un buen servidor público, eso es lo que todos queremos ser”, expresa.
Sus compañeros humanos y los caninos la hacen sentir segura, porque sabe que todos son un gran equipo y que tienen una capacitación constante, ya que la seguridad depende de la formación y el equipamiento a las corporaciones y aquí “los apoyan bastante para lograrlo”.
Por eso, Elizabeth Aurora ve las mismas oportunidades para hombres y mujeres en la corporación municipal de Corregidora y se dice convencida de que todos se empeñan por hacer sentir orgullosas a sus familias, así como para ganarse el respeto de la población.
“Cada día nos estamos preparando más para dar un buen servicio, para ayudar a la ciudadanía y que no nos tengan en mal concepto. A mí me llamó ser servidora pública y aquí estoy, es un logro que en mi vida estoy realizando y estoy muy contenta”.
Extraordinario trabajo el que va realizan estás mujeres policías en Querétaro, a la par de los hombres.