Introducción
La Unión Europea se creó para lograr una integración de los países de Europa y evitar más conflictos entre ellos después de la Segunda Guerra Mundial. Alemania, Bélgica, Francia, Italia, Luxemburgo y los Países Bajos crearon la Comunidad Europea del Carbón y el Acero, el primer paso que se dio para tener una unión política y económica. A partir del establecimiento de esa comunidad, se fueron dando nuevos cambios, integraciones de más países europeos a lo largo de los años, nuevos tratados que propiciaron una mayor vinculación, el establecimiento de un mercado común, el uso del euro como moneda oficial, etc.
La Unión Europea ha sido reconocida a nivel mundial como uno de los mejores proyectos para obtener integración y paz entre países, pero también ha sufrido diversas crisis que han afectado el papel que tiene en el sistema internacional, poniendo en duda su fortaleza y potencial como institución. La Unión cuenta con opiniones tanto positivas como negativas por parte de la sociedad y los partidos políticos europeos, ya que ha producido beneficios a ciertas personas mientras que otras sienten que la situación interna de sus países ha empeorado por pertenecer a la Unión Europea.
En este ensayo se pretende mostrar varios factores que han dañado con el paso de los años la imagen y estabilidad de la Unión Europea, como la crisis migratoria, el desempleo, el fortalecimiento de partidos políticos de extrema derecha, el Brexit, euroescepticismo y la pandemia de la Covid-19; de igual forma, se presenta un posible futuro que puede tener la Unión debido a las diversas crisis y factores que enfrenta en su día a día, y finalmente se da una conclusión en la que se expone que la Unión Europea debe tener ciertos cambios para mantenerse fuerte.
Variables que afectan el futuro de la Unión Europea
- Crisis migratoria
Desde 2015, la Unión Europea ha recibido miles de personas que migran de diversos países, como Siria, Irak, Yemen, Sudán, Nigeria, etc. Estas personas son llamadas refugiados porque la mayoría de ellas están huyendo de conflictos o guerras que hay en sus países de origen y su vida corre peligro si permanecen allá, por lo que prefieren migrar a otros lugares que quedan relativamente cerca para intentar formar una nueva vida donde no teman ser violentadas. De acuerdo con la ACNUR (2017), entre 2015 y 2017 65.3 millones de personas han tenido que huir de sus casas, siendo el peor dato de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial y las cifras no paran de crecer. En respuesta a esta crisis, la Comisión presentó en 2016 propuestas para reformar el Sistema Europeo Común de Asilo (SECA), que incluía la reforma del reglamento de Dublín para distribuir mejor a las personas solicitantes de asilo entre los países de la Unión Europea. Sin embargo, los Estados miembros no lograron llegar a un acuerdo sobre cómo compartir la responsabilidad.
En septiembre de 2020, la Comisión propuso un Nuevo Pacto sobre Migración y Asilo que establece procedimientos mejorados y más rápidos en todo el sistema de asilo y migración de la Unión. De acuerdo con este nuevo pacto se buscaron restablecer las ventajas del espacio Schengen, que es el área que comprende a los 26 países europeos que han abolido los controles fronterizos en las fronteras comunes, gestionando de manera integrada las fronteras exteriores mediante un cuerpo permanente de la Guardia Europea de Fronteras y Costas e integrando los sistemas de información para la gestión de las fronteras y la migración; estos deberían funcionar en conjunto del 2020 al 2023, proporcionando a los guardias de fronteras la información que necesiten para saber quién cruza las fronteras de la Unión Europea.
Aunque la Unión intenta con estos nuevos planes mejorar sus formas de recibir la migración y dar entrada a las personas refugiadas para que no tengan que regresar a zonas conflictivas, resulta muy difícil para los países permitir que tantos individuos entren, ya que deben darles buenas condiciones en temas de salud, empleo, educación, etc., y no tienen tanto presupuesto gubernamental o vacantes de empleo. Actualmente hay otra ola de migrantes en la frontera entre Bielorrusia y Polonia que quieren entrar a países de la Unión Europea; la mayoría de las personas son kurdas que huyen desde Siria, ya que están amenazadas por el régimen o los militantes. Todavía no se sabe con certeza cómo llegan los migrantes a la frontera entre ambos países, pero hay cancilleres que piensan que Bielorrusia está organizando los traslados. La Unión Europea nuevamente ha quedado en jaque con este suceso, porque al parecer algunos gobiernos están mandando a los refugiados a propósito para que la Unión se haga cargo.
- Desempleo
“Durante el 2015, aproximadamente 5 millones de jóvenes se encontraban desempleados y a esa generación se le conoció como la ‘generación perdida’” (Rodríguez, 2019, p.14). La gran mayoría de las personas desempleadas en Europa se han sumado a los grupos sociales de los euroescépticos, así como a los partidos políticos de extrema derecha. Estos grupos sociales consideran que los migrantes y los refugiados son los responsables de la pérdida de sus empleos. Desde su punto de vista, la Unión Europea es una organización neoliberal que favorece a las grandes empresas internacionales a las que sólo les interesa su beneficio económico. De igual manera, argumentan que ni la Unión ni sus gobiernos han podido controlar el fenómeno de la crisis migratoria y de refugiados.
- Partidos políticos de extrema derecha
Con la crisis económica que se dio en 2008 en la Unión Europea los líderes y partidos políticos se comenzaron a poner en contra de la Unión, ya que sintieron que el tener esa vinculación tan estrecha seguiría dando resultados negativos para algunos países de forma individual. Muchas personas que se encuentran en los países pertenecientes a la Unión Europea han perdido la confianza que tenían hacia la institución; como se puede observar en la Imagen 1, los niveles de confianza anteriores a la crisis se encontraban muy altos, llegando a alcanzar en 2007 el 57% de confianza, pero con el estallido de la crisis de 2008 comienza la caída de dicha confianza, que alcanzó sus niveles más bajos durante la crisis de la deuda en Grecia entre 2012 y 2013. Debido a esa desconfianza que se acrecentó, varios partidos de derecha buscaron aprovechar la situación para lograr que más personas voten por ellos y tengan el liderazgo en años siguientes.
Rodríguez (2020, p. 97) menciona que:
Lo que anteriormente eran minorías discordantes han sido capaces de generar mayorías suficientes para competir con los grandes partidos tradicionales de los diferentes sistemas de partidos estatales, véase el ejemplo de Francia con el Front National o el caso español con VOX y su reciente éxito electoral al convertirse en la tercera fuerza más votada en las elecciones del pasado 2019.
El auge de los partidos políticos conservadores o de derecha ha sido tal que solamente tres países de la Unión Europea no cuentan con un partido de extrema derecha en sus cámaras de representantes, los cuales son Portugal, Luxemburgo e Irlanda. Francia y Alemania son dos de los países que tienen más influencia dentro de la Unión, por su grandeza económica principalmente, y ya cuentan con partidos de derecha como las principales fuerzas de oposición. En Alemania se dio lo que se conoce como “gran coalición”, que es un pacto entre los dos partidos más importantes, ambos tienen ideologías diferentes pero decidieron unirse para gobernar juntos con el objetivo de evitar la entrada al gobierno de un partido de extrema derecha.
Los medios de comunicación juegan un papel muy importante dentro de los sistemas políticos, son un elemento que marca la diferencia cuando se quiere aumentar o disminuir la capacidad de influencia de un partido político de extrema derecha. La existencia de medios de comunicación que tienen valores e ideas conservadoras benefician a los partidos que predican esos mismos discursos, mientras que los que tienen ideas liberales van a apoyar a los partidos que buscan abrir sus fronteras, apoyar a las personas migrantes, etc. Debido a eso las contiendas entre partidos políticos también se convierten en competencias entre medios de comunicación, como los periódicos, la televisión, el radio y las redes sociales.
- Brexit
El Reino Unido dejó de ser parte formalmente de la Unión Europea en 2020, ya que el 23 de junio de 2016 se votó en un referéndum poner fin a sus 43 años de pertenencia en esta institución. La creación de campañas como Stay (quedarse) y Leave (salirse) provocaron una división en la población británica, ya que había quienes querían permanecer en la Unión o salir de ella, dependiendo de sus formas de ver al grupo europeo y su calidad de vida; pero al final la campaña Leave ganó el referéndum con 51.9 por ciento de los votos.
Las consecuencias son todavía inciertas y más con la crisis sanitaria mundial por la Covid-19, pero solamente con el resultado de las votaciones del Brexit hubo una caída de la libra esterlina, de la bolsa mundial y del petróleo. Flores (2021) menciona algunos resultados que se han visto después de la salida del Reino Unido: la restricción en las relaciones comerciales entre el Reino Unido y el resto de los países europeos, aunque actualmente se están trabajando procesos de transición en importaciones y exportaciones; limitaciones en la libre circulación de trabajadores europeos en territorio británico, ya que existen miles de personas que se trasladan a este país para trabajar, lo que pone en riesgo su situación legal. El turismo es otro ámbito afectado, porque varios países de la Unión reciben miles de turistas británicos al año y con las nuevas condiciones de entrada y salida pueden haber reducciones en esa área. También se tuvo un debilitamiento del mercado único europeo, por lo que es importante redirigir las estrategias para que la reducción en el comercio no sea demasiado fuerte; el sector automovilístico tiene altas probabilidades de verse afectado y más en España, por la reducción de las exportaciones a Reino Unido, entre otros.
La salida del Reino Unido fue un evento muy importante para la Unión Europea y el mundo, ya que hay quienes piensan que marcó el inicio de la disolución de esta institución. Se sabe que hay otros países que tienen partidos políticos o ciudadanos que tienen ideas en contra de la Unión, como Francia y España. A pesar de que hay otros países que tienen dudas respecto a la UE, es necesario entender que el Reino Unido tuvo oposiciones desde los inicios de su integración. Corbett (2016, p. 13) menciona que “el Reino Unido ha sido históricamente ambivalente sobre la unificación de la UE, pocos políticos británicos se han mostrado entusiasmados con la UE, y eso desde 1950”.
La sociedad británica ha tenido cierto nacionalismo desde que el Estado era una potencia mundial, por lo que las personas, sobre todo las de mayor edad, piensan que el Reino Unido puede seguir permaneciendo en el sistema internacional sin ayuda de bloques o instituciones como la Unión Europea. Las crisis económicas y migratorias que han surgido a lo largo de los años, así como el desempleo, provocaron que el nacionalismo se potenciara en una parte de la población británica, ya que sentían que el pertenecer a la Unión les provocaba más problemas internos que soluciones. Por otro lado, muchas personas jóvenes votaron en contra de salir porque sabían que no contarían con varias facilidades en áreas como el empleo, ya que la Unión Europea ha creado tratados con el paso del tiempo para lograr que los ciudadanos de los países miembros tengan libertad de movimiento y puedan trabajar en un lugar mientras viven en otro. Cuando el Reino Unido salió de la Unión las y los jóvenes perdieron esos beneficios, por lo que ha aumentado su preocupación respecto a su futuro.
- Euroescepticismo
Rodríguez (2019, p. 10) explica que:
El euroescepticismo es un concepto que se refiere a un movimiento político y social que expresa un fuerte rechazo hacia la integración europea. Existen dos tipos de euroescepticismo: el fuerte y el moderado.
El primero es cuando la sociedad exige a sus gobiernos poner fin a su integración en la Unión. Desde su perspectiva, esta institución no es democrática y sus políticas lesionan la soberanía de los países. El segundo mencionado se refiere a que las personas prefieren que sus países continúen dentro de la Unión Europea, pero rechazan algunas políticas supranacionales, como el libre movimiento de personas, la apertura de las fronteras, las políticas migratorias, etc.
Otero (2015, p. 2) describe que “lo que moviliza a las capas sociales descontentas no es el discurso anti-europeo, sino anti-inmigrante”. Esa afirmación es probable que sea cierta en gran parte de la población europea ya que, como se mencionó antes, las crisis migratorias han ocasionado mucho descontento hacia los gobiernos de varios de los países de Europa que han recibido grandes cantidades de personas. La población puede pasar ese enojo hacia la Unión Europea sin tener el conocimiento de la división de políticas que son realizadas por los gobiernos de sus países y las que crea la Unión en conjunto.
A pesar de esto, hay personas que se han visto afectadas en aspectos económicos y sociales por estrategias que adoptan los países miembros de la Unión Europea; las y los líderes intentan implementar políticas que ayuden al desarrollo social y crecimiento económico de sus sociedades, pero el sistema capitalista en el que se llevan a cabo siempre produce grupos vulnerables y explotados. Estos individuos claramente están descontentos porque no tienen acceso a un trabajo estable, a servicios de salud buenos, educación, etc., por lo que se quejan con sus respectivos gobiernos y sienten que el pertenecer a la Unión les quita oportunidades, porque las personas tienen libertad de movimiento y pueden llegar personas de un país a otro que también es miembro de la Unión, lo que puede ocasionar ese sentimiento de tener menos oportunidades dentro de su país de origen.
- Pandemia de la Covid-19
Valle (2020, p.1) menciona que:
En el ámbito de la Unión Monetaria Europea, la cooperación resulta todavía más necesaria porque la interrelación de las economías es mucho mayor. Los efectos desestabilizadores sobre el mercado interior y sobre el euro y, por tanto, sobre todos y cada uno de los Estados miembros, independientemente de cómo se vean afectados por el shock inicial, son potencialmente tan elevados que deberían actuar como incentivo para adoptar soluciones europeas.
En la Tabla 1 se puede ver que varios países miembros de la Unión Europea son los que han tenido más muertes por la Covid-19. Pichel (2020, s/p) menciona que:
Italia fue el primer país occidental en ser golpeado por el virus, en un momento en que se sabía muy poco sobre el mismo y sobre su transmisión. También fue el primer país occidental en adoptar medidas estrictas de confinamiento –primero a nivel regional y luego nacional (el 10 de marzo)–, que incluyeron restricciones a la movilidad y el cierre de los negocios (a excepción de supermercados y farmacias).
Italia fue uno de los lugares que tuvo muchos problemas, ya que un gran número de la población se contagió y los hospitales se saturaron hasta el grado de no tener suficiente equipo médico para seguir atendiendo. La Unión Europea al ser una institución de cooperación tuvo que actuar para ayudar a Italia y los demás países que estaban colapsando. Los gobiernos han actuado en los siguientes ámbitos: aumento del gasto sanitario, apoyo financiero transitorio para dar liquidez a las empresas para que puedan continuar con el pago de salarios y otros gastos, apoyo a las empresas para asegurar el mantenimiento del mayor número posible de puestos de trabajo e intentar que la pérdida de empleo sea sólo temporal, etc.
Todas estas medidas tienen un costo fiscal muy grande que será difícil de afrontar dependiendo de la situación de cada país; la velocidad de la crisis hace necesaria una actuación mucho más rápida y aunque la Unión tuvo un inicio lento, las instituciones, como el Parlamento y la Comisión, se están poniendo en marcha para dar soluciones en distintas áreas. La pandemia ha demostrado que el pertenecer a la Unión Europea puede ayudar a reducir las crisis que tengan algunos países, porque esta tiene la posibilidad de apoyar a nivel regional y no permitir que un Estado se hunda. Aunque la Unión ha sido de gran ayuda, es posible que sea buena una revisión de su marco institucional para que prepare la adopción de medidas extraordinarias y urgentes en situaciones como la actual.
Futuro de la Unión Europea
El Consejo Europeo (2020, s/p) explica que:
Los jefes de Estado o de Gobierno de la UE se reunieron el 25 de marzo de 2017 en Roma (Italia) para celebrar el 60.o aniversario de los Tratados de Roma. Fue una ocasión para reflexionar sobre el estado de la Unión Europea y examinar el futuro del proceso de integración.
Al término de las celebraciones, firmaron la Declaración de Roma, que expone una visión de conjunto para los próximos años. Las y los dirigentes declararon que eran conscientes de las preocupaciones de los ciudadanos de la Unión y que se comprometían a aplicar el Programa de Roma para conseguir lo siguiente: una Europa segura, protegida, próspera, sostenible, social y más fuerte en el escenario mundial. Las crisis que han sucedido en la Unión Europea a lo largo del tiempo han abierto un debate entre políticos, académicos y la sociedad civil sobre el futuro de la integración de esta institución. Está claro que uno de los mayores retos que enfrenta la Unión es el de prevenir que otro de sus miembros se retire, tal y como sucedió con el Reino Unido en el 2020; es importante recalcar que este riesgo existe y puede aumentar debido al euroescepticismo, así como por el poder político que han logrado en los últimos años las fuerzas políticas de ultraderecha en muchos países miembro. Otro de los retos más importantes que enfrenta la Unión es el de crear un nuevo proyecto de integración regional (o modificar el que se tiene) que convenza a las personas euroescépticas de los beneficios de pertenecer a esa institución.
Rodríguez (2019, p. 17) menciona que “existen puntos de vista muy diferentes en relación con redefinir el futuro de la UE”. Desde la perspectiva del expresidente de Francia, Valéry Giscard, sólo una Europa unificada podrá competir con las economías desarrolladas y emergentes del escenario económico internacional; desde el punto de vista de otros líderes, como el exprimer ministro belga Guy Verhofstadt, el concepto de Estado-nación ha desaparecido en Europa, por lo tanto, la Unión debería incrementar su nivel de integración. La mayoría de los países miembros de la Unión Europea quieren conservar su membresía. Sin embargo, no desean compartir sus políticas soberanas con las instituciones de la Unión, en particular las relativas a la política exterior, migración y refugiados.
A pesar de lo mencionado, la pandemia actual posiblemente cambió la manera de ver a la institución, ya que gracias a ella varios países pudieron salir adelante y se evitó que Estados como Italia y España tuvieran crisis económicas y sanitarias más profundas. Pertenecer a la Unión Europea aminoró los daños colaterales que la Covid-19 causó gracias a la inyección de ayuda en ámbitos de salud, economía y sociales por parte del Banco Central Europeo, el Consejo, el Parlamento, etc.
Con todo esto, el futuro de la Unión Europea se puede ver con varias reestructuraciones tanto internas como externas, pero es difícil que suceda su completa disolución en tiempos cercanos porque ha demostrado las ventajas de pertenecer a ella con la crisis sanitaria; el Brexit también mostró que cuando un país se sale de la Unión su población ya no tiene las facilidades de movimiento dentro de los países miembros, afectando sus vidas laborales y hasta personales. Como menciona El País (2021, s/p):
La UE ha puesto en marcha la Conferencia sobre el Futuro de Europa, un ejercicio de reflexión y deliberación sobre la estructura comunitaria sin precedentes por su grado de apertura a la ciudadanía. Una plataforma digital y multilingüe permitirá que toda persona que lo desee participe en los debates que se planteen o que organice su propio foro de reflexión.
Proyectos como este pueden ayudar a que la sociedad se sienta más incluida, eliminando un poco del euroescepticismo que se tiene y dando bases más fuertes a la Unión para trabajar. El escenario internacional se ha ido transformando y nuevas potencias mundiales están emergiendo, por lo que la Unión Europea puede ayudar a los países a ser más fuertes y enfrentar los nuevos retos que ha traído el siglo XXI.
Conclusión
La Unión Europea fue creada para que los países tuvieran paz, estabilidad económica, democracia, desarrollo económico, entre otros objetivos. Esta institución regional ha pasado por muchos cambios, obstáculos y crisis que han puesto a prueba su estabilidad e integración, pero a pesar de eso la Unión se ha mantenido en pie. Las sociedades siempre van a estar cambiando, ya que los seres humanos evolucionan y por consiguiente todo el mundo se transforma. La Unión Europea tiene que encontrar maneras para irse adaptando a las nuevas dinámicas globales y lograr que los países miembros aumenten su confianza en ella, porque cada vez surgen más bloques comerciales en el sistema internacional y la Unión también va a dar un apoyo extra a los Estados europeos para enfrentarlos y poder seguir creciendo.
Bibliografía
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- Rodríguez, P. (2019) La Unión Europea: amenazas, retos y perspectivas en el marco del siglo XXI. Puebla: Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.
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ANA ARAUJO ES ESTUDIANTE DE OCTAVO SEMESTRE DE LA LICENCIATURA EN RELACIONES INTERNACIONALES DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE QUERÉTARO (UAQ)