ENTREVISTA: ANDRÉS SOLÍS
A los 13 años su madre le dijo que acompañara a sus hermanos mayores a hacer labor de voluntariado. Allí tuvo su primera experiencia asociada a las desigualdades sociales, sin saber que se trataba de un asunto de derechos humanos. Hoy, varios años después, Sandra Paola Castruita Yscapa aspira a transformar la Defensoría de Derechos Humanos de Querétaro, alejada de la burocracia y más cercana a las personas.
Es clara y contundente. La titularidad de este organismo no debe ser ocupado por quien diga o crea que sabe más, sino por quien tenga la convicción, la vocación y la experiencia suficiente para promover y defender las garantías de quienes viven en Querétaro.
Sandra Castruita es abogada de formación, con estudios en materia de Derechos Humanos; conocimiento que ha compartido permanentemente a través de cursos, talleres y conferencias.
“Para mí, los derechos humanos son una forma de ver la vida”, afirma y advierte que su experiencia de más de diez años en el servicio público le han dado conocimiento y experiencia para hacer propuestas concretas para crear políticas públicas que garanticen la protección de las personas.
La Defensoría de Defensoría de Derechos Humanos de Querétaro es un organismo que debe alejarse de la burocracia y pensar que sólo se dedica a hacer recomendaciones -que en realidad son pocas-, y más bien salir a las calles, hacer un amplio despliegue territorial para que cada persona conozca sobre sus derechos y cómo protegerlos ante abusos de autoridad y que sepa que cuenta con una institución que le acompañará en eso, dijo.
Castruita Yscapa basa su proyecto para encabezar la Defensoría en cuatro propuestas: Armonización legislativa para que todo el marco jurídico vigente en el Estado esté a la par de leyes nacionales y las mejores prácticas internacionales; Prevención de violaciones a derechos humanos a partir de la capacitación, fomentar una cultura de derechos humanos, la profesionalización del servicio público y a través de políticas públicas.
Igualmente propone una Defensoría cercana a todas las personas, con recorridos por todo el estado y ampliando su presencia física y con personal especializado; y finalmente garantizar la protección efectiva y de calidad, con servicios diseñados para las víctimas, la profesionalización del personal del organismo y una mejor coordinación interinstitucional.
Sandra recuerda que en su adolescencia su madre prácticamente la obligó a convertirse en voluntaria en zonas marginadas de la Ciudad de Querétaro, pero asumió esa actividad con gusto y la desarrollo durante años a la par de que realizaba sus estudios en Derecho.
Ya trabajó alguna vez como Visitadora General Adjunta en la Defensoría y por eso afirma conocerla por dentro y entender sus valores, pero también sus deficiencias y necesidades y asegura que el tema presupuestal no debe ser pretexto para hacer un buen trabajo. Los recursos son suficientes, se trata de usarlos de mejor manera.
La abogada sabe que los organismos defensores de Derechos Humanos deben dejar de pensarse en meras instancias que buscan hacer Recomendaciones a quienes violan las garantías; se debe avanzar en promover una cultura de derechos, porque es la ruta más efectiva para que no existan los abusos del poder o los abusos que se dan entre particulares, pero que son consecuencia de la inacción del Estado, como la violencia intrafamiliar.
Sandra Castruita aspira a encabezar la Defensoría de Derechos Humanos de Querétaro, pero insiste en que aunque ella no sea electa por el Congreso del Estado, que al menos las y los legisladores razonen su elección en la persona que pueda ser la mejor defensora, no la que más conocimientos haya acumulado.