Introducción: ¿Qué tan complejos pueden ser los medios de comunicación?
La humanidad como especie ha atravesado un complejo proceso de evolución. Este proceso ha tomado cuantiosos años, en los cuales nuestra fisiología ha cambiado, permitiéndonos adaptarnos cada vez más y con mejor eficiencia a diferentes situaciones, y haciéndonos capaces de desempeñar actividades cada vez más complejas. Al igual que nuestra fisiología, nuestra mente y habilidades cognitivas también han cambiado, aunque de una forma aún más impresionante, pues estas han sido la clave para el desarrollo de mecanismos de socialización, estrategias de supervivencia y, por supuesto, la comunicación, una habilidad que funge como eje central en la supervivencia del ser humano y en la forma evolutiva que tiene hoy en día.
La forma de comunicarnos ha evolucionado junto con nosotros, desde la articulación de gestos faciales, lenguaje corporal primitivo y balbuceos, a jeroglíficos, pinturas rupestres, dialectos y, finalmente, la escritura junto con más de 7 mil idiomas diferentes, siendo todos estos extremadamente complejos. En la actualidad, el humano no sólo cuenta con su ser para comunicarse, sino que ha desarrollado tecnología para la comunicación extremadamente compleja, como las radiofrecuencias, señales de transmisión, canales satelitales, cámaras de video, micrófonos y por supuesto el internet. Todo esto ha desarrollado la comunicación a pasos agigantados, llevándola a posicionarse en un nivel de extrema complejidad que ha tomado eones alcanzar.
Hoy en día, la comunicación no es sólo una forma de expresar nuestras necesidades, sino que se ha convertido en todo un campo que nos permite comunicar lo que sucede alrededor de todo el mundo, ya sea la situación política de un país, guerras, desastres naturales, la postura de un estado, la situación de personalidades influyentes, los avances tecnológicos descubiertos, criminales en búsqueda o el surgimiento de nuevas enfermedades.
Prácticamente todo lo que sucede en el mundo es comunicable para todos, y esto es posible a través de los medios de comunicación. La señal satelital que viene de la órbita terrestre transmite una emisión a color que nos permite ver las noticias de último momento en nuestro televisor. Las radiofrecuencias provenientes de antenas nos permiten escuchar la radio mientras nos transportamos en un automóvil, y el internet contiene todo tipo de plataformas de comunicación y redes sociales, donde una cantidad masiva de información se encuentra circulando. Sin duda, los medios de comunicación son una herramienta y una parte fundamental de la cultura humana. Teniendo esto claro, hace sentido preguntarse, ¿qué tanta influencia tienen los medios de comunicación sobre nosotros?
Teniendo esta pregunta en mente, el presente escrito busca responder, a través de casos específicos que no sólo se limitan a la teoría, cómo los medios de comunicación tienen una fuerte influencia sobre nuestro pensamiento, la forma en la que actuamos y cómo percibimos la información. Como objetivo complementario, y a fin de aterrizar el objetivo en un tema de relevancia actual y poder generar conocimiento, el escrito busca también responder si esta influencia que ejercen los medios sobre nosotros ha afectado de alguna forma al movimiento feminista. El feminismo, como movimiento social, tiene una fuerza y presencia de mucha relevancia en la sociedad, siendo algo necesario para alcanzar una realidad más equitativa e igualitaria. Los medios de comunicación deberían de ser una forma de promover el movimiento y comunicar el mensaje que porta consigo pero, ¿han logrado los medios hacer esto de forma exitosa?
Finalmente, el escrito presenta una reflexión a la respuesta de todas estas preguntas a modo de conclusión. Por lo tanto, es prudente iniciar explicando cómo los medios de comunicación ejercen influencia sobre nosotros.
¿Cómo nos influencian los medios de comunicación? Casos más allá de la teoría
Abordar este tema apoyándose en casos reales puede resultar útil para entender la forma en la que los medios de comunicación nos afectan, de esta forma, los casos expuestos a continuación sirven no sólo como un ejemplo sino también como una explicación.
Kennedy vs. Nixon
El primer caso para considerar es el debate por la presidencia de Estados Unidos de América (EUA) de 1960. Este debate enfrentó a dos candidatos por la presidencia, John F. Kennedy contra Richard Nixon, quien era en ese entonces el vicepresidente del país. Una cuestión importante para resaltar de este debate es que era el primero en la historia en ser transmitido por televisión. En septiembre 26 de 1960, los dos candidatos se presentaron en el estudio de transmisión de CBS en Chicago. Nixon, al bajarse del carro, posicionó mal su pie, lo que trastocó una lesión de rodilla que tenía previa al día del debate; también se encontraba saliendo de un resfriado severo y se presentó al debate con fiebre, además de que ese día había realizado actividades de campaña, por lo tanto, presentaba un aspecto demacrado y cansado.
Por otra parte, Kennedy se hospedó en un hotel toda esa semana y, sabiendo que el debate sería transmitido, decidió broncearse para mejorar su apariencia, además, a diferencia de Nixon, accedió a maquillarse. Nixon usaba un traje gris que se desvanecía con los colores de la transmisión en blanco y negro, mientras que Kennedy usaba un traje negro que resaltaba en sintonía con los colores disponibles de la transmisión.
La apariencia desaliñada de Nixon contra la apariencia pulcra de Kennedy fue una de las escasas diferencias que fueron notables, pues ambos presentaban buena experiencia, Nixon como vicepresidente y Kennedy como senador. Ambos enfatizaron en asuntos de seguridad nacional, la amenaza que representaba el comunismo, la necesidad de reforzar la armada estadounidense. Incluso, después de la introducción de Kennedy al debate, Nixon reconoció comprometerse completamente con el espíritu que Kennedy manifestó en su discurso (Mullet, 2019).
La mayoría de la población le dio seguimiento al debate en televisión, en la que se podía observar a un Nixon demacrado y sudoroso debido al traje acalorado y a la fiebre que tenía, a diferencia de un Kennedy descansado y relajado. Como es sabido, Kennedy ganó la presidencia, no obstante, existe un fenómeno en torno al debate; aquellos que siguieron el debate por televisión apoyaban la victoria de Kennedy, mientras los que siguieron el debate por el radio sostenían que Nixon había ganado. Neil Postman sugiere que la televisión privilegia la imagen sobre el contenido, esto quiere decir que la televisión, como forma de consumir información, condiciona al espectador para priorizar la imagen sobre la información (Lisle, 2014).
Este caso sugiere que el simple acto de consumir información a través del radio, el periódico o la televisión puede afectar la forma en la que la información es percibida, incidiendo en nuestra forma de pensar. Existen posturas en contra de esta afirmación, pues se alega que este caso no ocurrió en un ambiente de variables controladas y que no hay información estadística oficial que respalde la discrepancia entre aquellos que vieron el debate y los que lo escucharon en el radio (Vancil & Pendell, 1987).
Sin embargo, un estudio realizado por la universidad de Chicago recreó la situación en un ambiente controlado. Se reclutaron 210 participantes a cambio de pago en efectivo. Se optó por una audiencia joven que no tuviera noción de la existencia del debate. Para esto, una encuesta se realizó entre estos 210 participantes, en la que se les preguntaba si conocían el evento. Siendo este el primer filtro, se descartaron participantes, para dejar un total de 171, los cuales eran considerados como descontextualizados acerca del debate. Antes de realizar la parte experimental, los participantes recibieron información del contexto, el escenario de la Guerra Fría, el perfil básico de los candidatos, etc. 85 participantes vieron el debate en blanco y negro, y 86 de los participantes sólo escucharon el audio.
Los resultados mostraron que el 80% de los que escucharon el debate favorecían a Nixon, mientras que el 74% de los que vieron el debate favorecían a Kennedy. Se especulaba que saber que Kennedy fue quien ganó la presidencia y conocer sobre su asesinato podría interferir en la empatía de los participantes, sin embargo, los resultados terminan por respaldar la teoría que sostiene que la información puede ser percibida de forma diferente dependiendo de cómo sea consumida (Druckman, 2003).
El Efecto CNN
El caso Kennedy vs. Nixon respalda cómo el medio por el que consumimos la información puede interferir en la forma que esta es procesada y, por lo tanto, afectar la forma en que pensamos; esto se evidenció en el salto del radio a la televisión. Hoy en día, la televisión ha cambiado por completo el panorama, existen múltiples canales, noticias de último minuto, y también han aparecido nuevas formas de consumir la información, como el internet o las redes sociales. Esto indica que actualmente los medios de comunicación son capaces de ofertar una cantidad masiva de información, y lo hacen de una forma tan rápida que da pie a un fenómeno conocido como Efecto CNN, el cual sugiere que la información transmitida en tiempo real causa una respuesta mayor por parte del público y de las élites políticas (Robinson, 1999).
Un ejemplo de esto es la hambruna de Etiopía en 1984, cuyas imágenes movilizaron rápidamente a un número significativo de personas para donar dinero y presionar al gobierno a mandar ayuda. Entender el Efecto CNN, es decir, la idea de que las comunicaciones en tiempo real pueden provocar una respuesta mayor de audiencias domésticas y élites políticas a eventos globales, nos muestra cómo los medios de comunicación, a través de noticias en tiempo real, pueden influenciar la forma en la que actuamos, respondiendo de forma más rápida frente al evento, aplicando esto para civiles y figuras como el Estado.
Efecto Al-Jazeera
En 1996 Al-Jazeera fue fundada por el emir de Qatar, con el fin de esparcir cobertura crítica y sin censura de las noticias del Medio Oriente y contrarrestar la hegemonía de medios como CNN o BBC World, ofertando así una nueva perspectiva al mundo, más allá de la visión occidental, trayendo la perspectiva oriental a discusión. Al-Jazeera ha fungido como una plataforma para discutir los problemas de la sociedad árabe y ha incitado demandas de cambio democrático, lo que significa que tiene el poder de impactar en la opinión pública. También ha desafiado la perspectiva estadounidense y sus acciones con una extensa red de noticias locales, como se pudo ver durante la guerra de Iraq.
Al-Jazeera hoy en día incluso es transmitida en inglés, y está disponible en diversos países como España, Argentina, Reino Unido, México, etc. Al-Jazeera English y otras redes internacionales usan activamente las ventajas de las redes sociales y las aplicaciones móviles para alcanzar una audiencia mayor. Gozan de popularidad considerable en Facebook y YouTube (Coban, 2016).
El efecto Al-Jazeera, a través de su lucha por mostrar una perspectiva sin censura y no hegemónica frente a los eventos que ocurren en Medio Oriente, ha cambiado la forma de pensar de muchos espectadores acerca de esa región y cómo las noticias incitan demandas de cambios democráticos; respalda la influencia que tienen los medios de comunicación, incluso si estos provienen de una fuente no hegemónica.
A través de estos casos podemos ejemplificar el rol que juegan los medios de comunicación en el sistema político contemporáneo y cómo pueden afectar la forma en que percibimos la información, influenciarnos e impulsarnos a actuar de cierta forma. Ahora resulta prudente abordar un tema de discusión y relevancia actual y ver si los medios de comunicación han ejercido alguna influencia sobre este, y un buen ejemplo para realizar el ejercicio es el movimiento feminista.
¿Te consideras feminista? Depende de cómo lo preguntes
Antes de entrar a discusión sobre cómo los medios de comunicación han afectado al movimiento feminista, es preciso definir qué es el feminismo. Esto podría tomar un ensayo extenso, pero por practicidad podemos apoyarnos en la definición de la Enciclopedia de Filosofía de la Universidad de Stanford, que describe al feminismo como un compromiso intelectual y un movimiento político que busca justicia para las mujeres y el fin del sexismo en todas sus formas. En este sentido, el feminismo busca igualdad de derechos entre hombres y mujeres (Stanford, 2018).
Esta definición, si bien es simple, resulta significativa para asumir que, lógicamente, la vasta mayoría de las mujeres podrían sentirse identificadas por el movimiento, sin embargo, ¿qué tan acertado es afirmar esto? Una encuesta elaborada en 2018 por YouGov, una firma internacional encargada del análisis estadístico de algoritmos y de mercado en internet, condujo un ejercicio valioso para explorar que tan identificadas se sienten las mujeres con el movimiento feminista. La entrevista encuestó a los siguientes números de mujeres, de los siguientes países: 1022 en China, 1037 en Suecia, 1014 en Dinamarca, 1646 en Gran Bretaña, 1034 en Alemania, 1013 en Francia, 1005 en Noruega, 1012 en Finlandia.
Para propósitos de explorar las cuestiones planteadas, es preciso centrarse en las tres primeras preguntas de la encuesta. La primera pregunta consiste en responder “Are you a feminist?” (¿Eres feminista?); la segunda pregunta fue “Do you think men and women should or should not have equal rights and status in society, and be treated equally in every way”? (¿Consideras que los hombres y las mujeres deberían o no tener igualdad de derechos y estatus en una sociedad y ser tratados con igualdad en todos los sentidos?) y, finalmente, para la tercera pregunta se brindaba una definición básica de feminismo, para proceder a preguntarles si entonces se consideraban feministas. “One definition of a feminist is someone who thinks men and women should have equal rights and status in society and be treated equally in every way. Are you a feminist?” (Una definición de alguien feminista es quien considera que tanto hombres como mujeres deberían tener igualdad de derechos y estatus en la sociedad, y ser tratados con igualdad en todo sentido. ¿Te consideras feminista?) (YouGov, 2018).
Estas tres preguntas fueron repartidas en tres grupos para cada muestra de cada país, de modo que hubiera en cada país muestras de tres grupos, uno que respondería a la pregunta 1, otro grupo que respondería a la pregunta 2 y un tercero para la última pregunta. Los resultados obtenidos fueron los siguientes (YouGov, 2018):
Podemos observar cómo en la mayoría de los países menos del 33% de las mujeres encuestadas del primer grupo se consideran feministas, sin embargo, en el caso del segundo grupo, al dar la definición sin aclarar que esta sería el significado de feminismo, el porcentaje del grupo sube en todos los países por encima del 80%. Para el tercer grupo, si se les da la definición más la aclaración de que esta corresponde al movimiento feminista, el porcentaje baja en todos los países, entre un 10 y un 20%, como si la palabra “feminista” o “feminismo” viniera con una carga negativa de asociación.
Las respuestas graficadas se verían de la siguiente forma (Abraham, 2018):
¿Por qué está pasando esto? ¿Qué ha llevado a las mujeres a no sentirse identificadas con el movimiento? La respuesta podría estar en los medios de comunicación, que continuamente documentan las protestas feministas en las que se realizan daños a la propiedad pública y en ocasiones a la propiedad privada, esto con el propósito de protestar contra el Estado, para exigir las demandas del movimiento. Retomando a Neil Postman, los medios visuales priorizan la imagen sobre el contenido, por eso se ha llegado a asociar el movimiento con la violencia o incluso con el vandalismo, cuando en esencia buscan lo contrario. Como comenta Rhode en su artículo Imágenes mediáticas, cuestiones feministas.
La formación de grupos mediáticos como mujeres, hombres, los Medios y el crecimiento de la investigación mediática relacionada con el género han afectado profundamente la comprensión feminista de cómo la prensa refleja y refracta el feminismo (Rhode, 1995, p. 643).
El movimiento no debería de ser entendido a partir de un debate entre si esta forma de protestar es un mal necesario o innecesario, sino por la esencia del movimiento, que busca la igualdad entre hombres y mujeres, sin embargo, los medios de comunicación se han encargado de tergiversar e influir en cómo la población, incluidas las mujeres, perciben el movimiento.
Conclusión
Ahora que se han revisado los casos, es oportuno concluir este escrito. El caso Kennedy vs. Nixon evidencia cómo la forma en la que consumimos la información influye en cómo la percibimos, también es un punto de partida para sostener que los medios visuales priorizan la imagen sobre la información, haciendo que el espectador se centre más en las imágenes que en el contenido del mensaje.
El Efecto CNN es una prueba de cómo las noticias de última hora pueden influir en el espectador, haciéndolo responder con más fuerza y rapidez al evento, como la hambruna en Etiopía en 1985, que movilizó a miles de espectadores a donar dinero para la causa. Tanto el Efecto CNN como Al-Jazeera explican cómo los medios también pueden influir en la élite política, a través de la presión ejercida por los espectadores.
Finalmente, con base en la información analizada y los resultados observados en las encuestas de YouGov, resulta lógico concluir que el movimiento feminista se ha visto perjudicado por la forma en que los medios de comunicación influyen en las personas, ya que al documentar las protestas feministas a través de medios visuales se provoca en los espectadores una imagen violenta del movimiento, generando un rechazo al mismo, sin siquiera tomar en cuenta o conocer la esencia del movimiento feminista. Simplemente se asocia al movimiento con las imágenes de las protestas, pero no se da espacio a reflexionar el motivo de estas y, aunque una imagen puede decir más que mil palabras, no todo lo que dice será verdad.
Como individuos, nos corresponde ejercer un consumo responsable de información, siempre de fuentes confiables y variadas, para estar al tanto de diferentes perspectivas. Además, es inteligente consumir esta información de diferentes tipos de medios, como la televisión, radios, periódicos, internet, etc. De esta forma, podemos evitar las noticias falsas, la desinformación y mitigar la influencia que ejercen los medios sin perjudicar nuestro propio juicio crítico.
Bibliografía
- Abraham, T. (2018) “New seven-country YouGov Eurotrack research shows that whether or not people identify as feminists depends on how you ask the question” YouGov, consultado: 30/11/2021 https://yougov.co.uk/topics/politics/articles-reports/2018/03/08/when-feminist-not-feminist
- Coban, Filiz (2016) “The Role of the Media in International Relations From the CNN Effect to the Al-Jazeere”, Journal of International Relations and Foreign Policy, 4(2): 45-61.
- Druckman, J. N. (2003). “The power of television images: The first Kennedy‐Nixon debate revisited”. Journal of Politics, 65(2), 559-571.
- Lisle, D. (2014) ‘How Do We Find Out What’s Going On in the World?’ in Jenny Edkins and Maja Zehfuss (eds), Global Politics: a New Introduction, London: Routledge, 155.
- Mullen, M. (2019) “The Kennedy-Nixon Debates” Publisher: A&E Television Networks. consultado: 28/11/2021. Link: https://www.history.com/topics/us-presidents/kennedy-nixon-debates
- Rhode, D. L. (1995). Media images, feminist issues. Signs: Journal of Women in Culture and Society, 20(3), 685-710.
- Robinson, P. (1999). “The CNN effect: can the news media drive foreign policy?”. Review of international studies, 25(2), 301-309.
- Stanford University (2018) “Feminist Philosophy”, Stanford Encyclopedia of philosophy, consultado: 30/11/2021, link: https://plato.stanford.edu/entries/feminist-philosophy/#Intr
- Vancil, D. L., & Pendell, S. D. (1987). “The myth of viewer‐listener disagreement in the first Kennedy‐Nixon debate”. Central states speech journal. (38) 1, 16-27
- YouGov (2018) “Internal Results Feminism”, Publisher of the survey: YouGov, consultado: 30/11/2021. Link: https://d25d2506sfb94s.cloudfront.net/cumulus_uploads/document/0b1c4ebn2j/InternalResults_Feminism_Feb18_Toplines_w.pdf
JOSUE GARCÍA ES ESTUDIANTE DE LA LICENCIATURA EN RELACIONES INTERNACIONALES DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE QUERÉTARO (UAQ)
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