El viciado proceso de la “revocación de mandato” augura el fracaso ante el descarado fraude que viene cometiendo el presidente de la República y Morena, quienes promueven la “ratificación” y no la “revocación”.
Muchos son los vicios de nulidad del proceso de consulta que llevan a la enorme mayoría de las y los ciudadanos inscritos en el Padrón Electoral, a no participar el próximo 10 de abril.
Se augura la no vinculación de los resultados. Inocua y sí perversa la intención de quienes promueven la “ratificación”. Lo indubitable es la pérdida de cientos de millones de pesos que irán a la basura.
Una ley inconstitucional de revocación de mandato, declarada por los sumisos ministros como constitucional. Una ley que ni aquellos que la aprobaron la cumplen, no la respetan y sí la rechazan. La trampa de los malvados morenistas. Aprobaron la “veda electoral”, que ahora incumplen y dicen que no es justa y continúan haciendo propaganda oficialista en favor del gobierno de AMLO.
El mismo presidente de la República, quien tiene prohibido entrometerse en el proceso de la consulta y abstenerse de difundir “logros de su administración”, no acata la prohibición de la normatividad constitucional y legal.
Senadores y diputados de Morena, en el mismo carril de desobediencia al Estado de derecho, acusan al INE de prohibirles pronunciarse en favor de López Obrador, cuando que ellos construyeron el pésimo andamiaje que norma el proceso de la consulta.
AMLO y Morena están conscientes que tienen perdido el proceso de la “ratificación”, por eso negaron recursos económicos al INE para el desarrollo eficiente de las distintas etapas. Pero, culparán a la institución electoral de su propio fracaso. Como lo hiciera Hugo Chávez en Venezuela.
Lo advierte (sin afirmarlo) el presidente del Consejo General del INE, al afirmar que ya no hay regreso, dijo que “cruzó el punto de no retorno” el proceso de la “revocación de mandato”. Lorenzo Córdova advierte que, aunque la Cámara de Diputados o Hacienda les diera los recursos que les negaron, ya no hay retorno.
A falta de presupuesto el INE sólo instalará 57 mil 377 casillas con un presupuesto de mil 503 millones de pesos, de sus propias economías; cuando la obligación era instalar las mismas casillas que en la pasada jornada electoral federal, que superó las 161 mil casillas.
Para alcanzar el éxito deberán acudir poco más de 37 millones de votantes, cifra que se antoja imposible de alcanzar, número que no logró AMLO cuando estaba en la cúspide de la popularidad, la cual se ha venido desmoronado.
Los mexicanos saben que se trata de un capricho del presidente con la pretensión de afianzar su popularidad. Po ello, la enorme mayoría no asistirá a validar el mega fraude electoral de la “ratificación”.
AMLO sabe que lleva perdida “su fraudulenta consulta”.