Autoría de 12:37 pm #Opinión, Héctor Parra - Análisis y Reflexiones

Del deporte a la violencia, y de ésta a la política – Héctor Parra

Cuando todos imaginaban que el encuentro futbolístico entre Gallos Blancos y Atlas sería un partido más para entretener a los aficionados, de pronto se convirtió en tierra de nadie, cuando las “barras” de aficionados iniciaron la batalla campal.  

Estalló la violencia exacerbada por la enfurecida turba de delincuentes, más que “aficionados” al futbol. La gran masa parecía orquestada (¿crimen organizado?), no se podía creer lo que sucedía en el campo y en el graderío. Los violentos golpeaban a todo aquel que encontraban en el camino, sin importar si eran familias con menores de edad que acudieron a disfrutar de un encuentro de futbol.  

Las redes sociales se inundaron de información falsa o tergiversada de lo que sucedía o había sucedido. La noticia trascendió a nivel nacional y mundial ¡17 muertos!, anunciaba en su cuenta un twittero. ¿De dónde obtenían información tan “exacta” cuando aún no concluía la trifulca? Empezaba otra batalla campal, esta vez en las redes sociales.

La Secretaria de Gobierno, Guadalupe Murguía, tuvo que subir a redes sociales y precisar que entre los golpeados y lesionados no había un solo fallecido. Por supuesto no fue suficiente, la tremolina virtual no cesaba. Luego el gobernador Mauricio Kuri convocó a rueda de prensa en el patio principal de Palacio de Gobierno para rendir el parte de novedades: no había fallecidos. Afirmó que sí hubo lesionados graves, delicados y leves; incluso los visitó en el Hospital General. Consecuencia de la falta operatividad en materia de seguridad y protección civil, el gobernador, por lo pronto, dio de baja a 5 funcionarios que no atendieron eficientemente su responsabilidad.  

Problema serio. Los organizadores del evento futbolístico (así es cada vez que se juega) evidenciaron la falta de seguridad y protocolo de protección civil en el interior del estadio Corregidora (seguramente pasa lo mismo en la mayoría de los estadios). Saltó a la vista el caos en la “organización”. Los mismos “agentes de la empresa de seguridad” abrían las rejas a los vándalos para que se confrontaran. Los delincuentes lograron introducir toda clase de objetos peligrosos, con los cuales causaron mayores daños a los contrincantes.  

A falta de protocolo de seguridad (si acaso existe), los cuerpos policiales brillaron por su ausencia; ni los estatales ni los municipales hacían su aparición para reestablecer el orden. La turba era enorme. Apenas lograron detener a una docena de personas.  

La Fiscalía del Estado ahora enfrenta la difícil investigación para lograr enjuiciar a los principales responsables, a todos aquellos que encabezaron la violencia. En redes sociales hay docenas de implicados, lo importante será vincularlos a proceso. Una de las mejores fiscalías de la República es la de Querétaro. Veremos si logra demostrarlo con eficiencia y prontitud.  

En este contexto, no podían faltar los comentarios del presidente de la República. Así que, del deporte a la violencia y de ésta a la política.  

En la mañanera de este lunes, AMLO culpó como generador de la violencia en el estadio Corregidora a las políticas de los neoliberales, quienes, afirmó, nunca pusieron en marcha programas sociales para los jóvenes. También dijo que había que atender las causas y que éstas eran las enormes diferencias económicas y sociales. Lo del presidente, como es costumbre, son simples imputaciones de naturaleza política que nada tienen que ver con lo sucedido en el estadio.

Lo que sí queda claro es que tanto el gobierno del estado como el del municipio tendrán que corregir y mejorar los protocolos, pues los sucesos del sábado evidenciaron la incapacidad para contener la violencia masiva, independientemente de que ésta se haya cometido en un ámbito privado. Por ejemplo, ¿en qué momento deben intervenir los policías, sin importar que la violencia se genere en el ámbito privado? Afuera del estadio había alrededor de 250 elementos de policía estatales y locales, quienes no pidieron auxilio oportunamente, en tanto, protección civil no ordenó la suspensión del encuentro deportivo a tiempo.

Es necesario, pues, deslindar responsabilidades y no confundir: la policía no puede estar en el interior de los estadios.

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Last modified: 8 marzo, 2022
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