Autoría de 1:39 pm #Opinión, Niels Rosas Valdez - Procesos del Poder

Pero eso es lo que quiere Occidente – Niels Rosas Valdez

Hace unos días, durante su visita en Polonia, el presidente de Estados Unidos de América (EUA), Joe Biden, señaló que su contraparte rusa, Vladimir Putin, era un “carnicero” que “no puede mantenerse en el poder”. Ante los ojos y oídos de polacos, ucranianos refugiados y de prácticamente el resto del mundo, el mandatario estadounidense emitió tal declaración. ¿Cómo ha sido recibida por el Kremlin? ¿Qué implicaciones tiene?

Como sucede sobre todo en la política, las declaraciones pueden ser malinterpretadas y sacadas de contexto. Eso es lo que Biden ha asegurado tras la reacción del gobierno ruso a sus palabras, que han recorrido el globo. El comentario apuntó que Putin no debía mantenerse en el poder, situación que el Kremlin primero ha recibido con desdén al desacreditar al emisor, pero luego ha identificado como un intento de parte de EUA por incentivar el cambio de régimen en Rusia.

Moscú comprende la declaración de Biden como un aumento preocupante en la narrativa de Occidente contra Rusia, situación que ha ido creciendo en las pasadas semanas con aseveraciones de los líderes estadounidense y ruso. Pero la Casa Blanca ya ha emitido un comunicado en el que señala que las palabras del presidente de EUA no tienen la intención de motivar un cambio de régimen en el país invasor de Ucrania.

No obstante, eso es lo que espera Occidente, pero primero necesita ganar el enfrentamiento. Es cierto que la invasión rusa ha desatado una guerra en la que los poderes occidentales no pueden intervenir directamente, puesto que eso los colocaría como enemigos directos del Kremlin y un combate diferente se construiría. Hasta ahora, la asistencia hacia Ucrania se ha apreciado de dos maneras: el envío de equipo militar (armas, municiones, vehículos, etc.) y la aplicación de sanciones muy fuertes hacia Rusia.

En tal contexto, la serie de sanciones impuestas tienen como fin último disuadir a Rusia para que concluya el combate. Sin embargo, mientras se llega o no a ese objetivo, el prestigio político y militar del país se comienza a achicar, al igual que su economía, tras las duras medidas punitivas que han aplicado una variedad de países occidentales, teniendo repercusiones a mediano y largo plazo.

Esto es lo que ha esperado Occidente desde hace mucho tiempo: poder derrotar a su incómodo rival, Rusia, sin tener que enfrentarlo en el campo de batalla. Y lo está logrando al exprimirlo económicamente. Pero Ucrania también está haciendo lo suyo. A pesar de los intentos del Kremlin por cubrirlo, hay reportes que señalan que el ejército ruso no ha logrado lo que se había propuesto para estas fechas, modificando su estrategia a objetivos más fáciles de alcanzar.

Esta derrota humillante que Moscú se está llevando puede mover las arenas políticas en el Kremlin, como ha sucedido en otros momentos de la historia en Rusia, por ejemplo, tras la derrota del Imperio Ruso contra el Imperio Japonés a inicios del siglo XX, situación que agravó la pérdida de confianza hacia el zar Nicolás II, dando eventualmente paso a una nueva etapa política en el país con un nuevo régimen.

Si eso sucediera en la actualidad, el orden mundial cambiaría diametralmente. Imaginémonos una Rusia colaborativa, con ánimo de cooperación y mucho menos combativa. ¿No sería ese un estímulo para Occidente en esta guerra? ¿No entraríamos a una nueva etapa de cooperación internacional como nunca antes vista en la historia? ¿No ayudaría ese escenario para construir puentes, generar consensos y dirigir los recursos para resolver los verdaderos problemas que aquejan al globo? Eso es lo que quieren los poderes occidentales.

Niels Rosas Valdez

Escritor, historiador e internacionalista

@NielsRosasV (Twitter)

niels.rosas@gmail.com

(Visited 33 times, 1 visits today)
Last modified: 2 abril, 2022
Cerrar