REPORTAJE: CECILIA GABRIELA VELÁZQUEZ Y NITZIA PICHARDO/CENTRO UNIVERSITARIO DE PERIODISMO DE INVESTIGACIÓN (CUPI)
La falta de perspectiva de género en las leyes y en el ejercicio del poder judicial, y la constante vulneración de los derechos de las mujeres, han favorecido el crecimiento de la violencia vicaria ejercida contra madres de familia.
Yuritzi, queretana y madre de “Nancy” (por protección a su hija, se acordó designarle este nombre), es una de las víctimas de esta violencia. A través de la solicitud de restitución de custodia de su hija, tramitada por su todavía esposo de nacionalidad argentina, se ha visto envuelta en una serie de abusos de poder, tanto por el progenitor de Nancy como por las autoridades mexicanas.
A través del daño y la manipulación a los hijos opera la violencia vicaria. El progenitor, que en la mayoría de las ocasiones se encuentra separado de la madre, se encarga de dañarla emocionalmente al utilizar a sus seres queridos (hijos e hijas, en estos casos) como rehenes, víctimas del daño físico o moral. Este tipo de violencia puede incluir, a su vez, otras violencias: institucional, económica, psicológica o física.
Yuritzi enfatiza que no sólo sufrió violencia vicaria a través de su pequeña. Su expareja empleó a su perro y a su mamá para también violentarla, incluso cuando todavía vivían juntos y no contendían por la custodia de Nancy, que ha sido la máxima expresión de violencia vicaria.
La mamá de Nancy cuestionó los Convenios de La Haya, que tienen por objeto “proteger a los niños en situaciones de carácter transfronterizo”, para explicar cómo, a pesar de esta protección a la infancia, ha sido posible la violencia vicaria.
“Es completamente arcaico, obsoleto [el conjunto de Convenios]. No estaban pensando en este movimiento migratorio donde las mujeres somos presas de este tipo de enamoramiento psicópata […] y nos encontramos violentadas en otro país. Nos hace presas: protege a los niños de que sean sustraídos, pero no protege contra la violencia vicaria; nos está condenando”.
“Atropellos y actos de la autoridad” durante la madrugada, en su propia casa
“Vicky” (por protección a sus hijas solicitó ser denominada de esta forma) es otra mujer víctima de la violencia vicaria. Consideró que el conjunto de Convenios de La Haya se ha “volteado como armas en contra de las madres protectoras”. Desde hace dos años, ella sufre el abuso por parte de su expareja por medio de la solicitud de restitución de custodia, igual que Yuritzi.
Tras ser víctimas, ella y sus hijas, de abuso por parte de su progenitor (quien es funcionario de Alemania), Vicky decidió separarse y regresar con sus pequeñas a México tras su estancia en el país germano. Una vez tramitada la solicitud de restitución, la madre expresó que los derechos de las niñas han sido violentados, ya que el regresarlas implicaría ponerlas en peligro.
A pesar de haberle informado al progenitor sobre dónde se encuentran las niñas y no permanecer ocultas, Vicky describió abuso de autoridad a partir del proceso legal.
“Llegaron a venir a mi casa [en la madrugada]. Entonces, entre todos estos atropellos y actos de la autoridad, que algunos no entienden, llegaron a mi casa el actuario y la psicóloga del Cecofam [Centro de Convivencias Familiares], […] todo para que el padre de las niñas tuviera una convivencia con ella [una de sus hijas]: la niña se fue corriendo al closet y ahí, la del Cecofam, me dijo que la sacara y que la regañara porque no podía ser que no quisiera hablar con su padre”.
Actuarios y “pseudopsicólogas” han arrebatado a hijas en sus casas
La experiencia de Yuritzi también incluye abuso de autoridad. Relató que la mañana del 24 de agosto de 2020, la fuerza pública, conformada por actuarios y “pseudopsicólogas”, la visitaron en su casa para arrebatarle a Nancy de sus brazos, sin que nadie supiera esto: “Todas llorábamos, gritando asustadas […]. Veo a mi mamá hincada, con la niña así abrazada; observo que una mujer le jala a la niña de los brazos y se sale corriendo”.
Comparó el operativo con un secuestro: “De lo más violento y abusivo, y traumático para los niños”. De la misma forma, denunció cómo las autoridades no se sensibilizaron ni siquiera porque la pandemia de Covid-19 estaba en su máximo apogeo, y cómo esta secuencia de actos desencadenó daños psicológicos “irreversibles” en ella, su hija y el resto de su familia.
Lo que procedió, tras la sustracción de Nancy, fue (y sigue siendo, hasta la fecha) un “infierno legal” para su madre; desde los Convenios de La Haya, que elevaron la balanza en favor del progenitor, hasta los problemas económicos que ha implicado para Yuritzi y su familia el pagar la representación legal y sus recursos.
Logró mantener a Nancy a su lado debido a una apelación que tramitó, la cual implicó revocar y negar la restitución. Sin embargo, los amparos por parte del padre han alargado el viacrucis y obligado a la pequeña de cinco años a convivir, a través de videoconferencias, con él.
El proceso legal para Vicky ha sido similar: Desde que sus hijas tenían tres años, han tenido que vivir acompañadas de actuarios para salir al parque un rato, dos veces a la semana: “Las niñas están muy cansadas, lo que siempre me dicen [es] ‘¿cuándo va a terminar la guerra?’”.
Ocasiona “tortura mental” y “vivir con mucho miedo”
Para Lorena Erika Osorio Franco, coordinadora de la Especialidad en Familias y Prevención de la Violencia de la UAQ, la violencia vicaria va acompañada de “tortura” en la violencia de género, donde la persona que maltrata usa mecanismos que provocan “terribles consecuencias psicológicas”.
La especialista en ciencias sociales consideró que es la “expresión más cruel de la violencia de género”, forma parte de los mecanismos de la violencia psicológica usados por el maltratador, abusador, que casi siempre es alguien cercano a la pareja.
Explicó que “la OMS ha señalado que estos procesos causan terribles consecuencias psicológicas que son difícilmente reversibles. Ocasionan tortura mental, vivir con mucho miedo, terror permanentemente, haciendo incluso malabares para ver trayectos. (…) La intención es provocar tortura cotidiana de vivir”.
Más de 400 solicitudes; podría ser un modus operandi nacional
Vicky describió que a lo largo de 2022 se han registrado alrededor de 400 o más solicitudes. Al hablar con otras madres, descubrió que podría tratarse de un posible modus operandi nacional con el fin de regresar a las y los infantes “a toda costa, sin ir al fondo y [sin] buscar verdaderamente la protección de los niños”.
Asimismo, relató la historia de otra madre que regresó de Francia, cuyo caso de restitución fue sobre un bebé de seis meses institucionalizado (es decir, dirigido al DIF) hasta los tres años cumplidos, debido al proceso legal.
El miércoles 11 de mayo se reunirán madres queretanas que viven violencias vicaria y colectiva en Plaza de Armas, para exhortar al gobernador Mauricio Kuri González a conocer los casos, se involucre y no vuelvan a suceder con otras restituciones.
AQUÍ PUEDES LEER MÁS TRABAJOS PERIODÍSTICOS REALIZADOS POR EL CUPI DE LA UAQ
https://lalupa.mx/category/aula-magna/cupi-uaq/