1
Agarró el palo y empezó a golpearla con fuerza desmedida hasta conseguir despedazarla, con insana saña, tras de lo cual se arrojó al suelo en pos de los dulces que caían, cuantiosos, de la piñata completamente desfigurada.
2
Aunque elegido presidente de la República democráticamente, democráticamente es posible disentir de su gestión por mera y soberana antipatía que, democráticamente, debiera ser soportada aunada a una legítima crítica de sus críticos que, antes de su victoria electoral —del presidente, no de sus críticos, que no necesitan electores para externar su juicio crítico—, ya existían democráticamente por decisión muy suya —no presidencial, sino de los propios críticos— en los espacios informativos a causa de una democrática solvencia económica de los poderosos que lo antecedieron —al mandatario—, razón por la cual democráticamente debe, o debiera, comprender los razonamientos planteados democráticamente por una oposición democráticamente enfurecida al desnivelarse su salario —de los críticos, no del presidente— que antes los privilegiaba socialmente, consentidos que eran por los mandatarios, democráticamente siempre atentos a sus positivas críticas.
3
Antes de ir a los sanitarios, el caballero, tomándola de la barbilla, le dijo que no había conocido, nunca, a una mujer como ella tan, tan, tan, cómo decirlo, tan encantadora.
—Como una campanita de ensueño —dijo él, poniéndose de pie.
Dijo que no tardaría.
Ella lo vio salir del bar para encaminarse a los sanitarios del restaurante, pero jamás lo vio retornar. Después de tratar de comunicarse con él por el celular y no obtener respuesta, entendió que el caballero la había dejado sola en aquel escenario de las bebidas.
Pagó la cuenta y se dirigió a su casa, entristecida.
En la medianoche el hombre la llamó para decirle que había superado, con holganza, la primera prueba de su amor por él.
Ella durmió plácidamente tras saber con qué facilidad se había librado de tan, tan, tan, cómo decirlo, tan ominoso obstáculo en su vida.
4
—Como crítico —dijo el crítico— tengo derecho a disentir del mandatario en turno según las apreciaciones de mi menguado o retacado bolsillo.
5
Enterró su corazón por duodécima ocasión en el panteón de los aborrecidos recuerdos.
6
—Si le hubiera roto la cara con los lentes puestos me habría callado la boca —dijo el iracundo crítico que también es actor por herencia directa—, pero no tiene ni un rasguño el sacón. Además, a mí nadie me calienta la cabeza. Deben de saber los adversarios críticos, antes de envalentonarse, con quién se están metiendo. Luego van de chillones a lamentarse de su suerte, que no habla sino de su falta de güebos. ¡Los críticos no nada más deben ser valientes en las palabras, carajo!
7
Al darse cuenta, con indecible amargura, de que mientras se refiriera en su escritura a las abominaciones ocurridas en su gremio el círculo suyo de amistades se iba reduciendo cada vez más, acuciado por la necesidad económica —y en un giro sorprendente en su estilo narrativo— comenzó a halagar en sus artículos periodísticos a los encumbrados en el poder cultural y, muy pronto, publicó un libro en el fondo editorial del Estado que, muy pronto, le mereciera el mayor premio literario apenas suscrita su inscripción en el certamen.
Su vida empezaba a prosperar significativamente.
8
—Le vamos todos a mentar la madre para medir el real tamaño de su democracia —dijo con firmeza el opositor, que creía, también con firmeza, en las fluctuaciones de la democracia.
9
El intelectual tomó asiento a la diestra del príncipe para charlar sobre los pormenores de la rendición del pensamiento.
10
—Un demócrata tolera la crítica de la oposición aunque ésta sea calumniosa porque la tolerancia, en su raíz originaria, es parte inherente de la democracia —precisó el opositor calificando de “pendejo” al presidente demócrata, a sabiendas de que no sería intimidado por la tolerancia democrática del presidente.
11
Oxímoron que crece torcido, jamás su significado endereza.
12
La democracia con democracia se paga.
13
Lo miró, primero, con inusitado garbo sensual, pero al enterarse de su agobio económico ella comenzó a contemplarlo con ojos realistas de repudio.
14
Cuando la democracia de tu vecino veas afeitada, pon la tuya sólo en el remojo.
15
Nació su amor a primera vista, se desarrolló repentinamente en unos cuantos apasionados actos sexuales y murió una noche cuando se miraron con extrañado desinterés.
16
Aunque la democracia se vista de seda, democracia se queda.
17
Amplió su red para poder pescar más peces incautos, pero fue invadido por inoportunas pirañas materialistas.
18
Así como en una dictadura nadie tiene derecho a disentir, en una democracia todo el mundo tiene derecho a hacer uso de su disensión.
19
Harta de su ominosa presencia, por fin le dio al caballero el añorado sí ocultándose ella de él a la menor provocación con una indecible confianza que desarmaba por completo al porfiado hombre.
20
Las reglas son exactas e irrebatibles: si en una televisora privada se me coarta mi expresión, ¿por qué no habría de decir lo que me venga en gana en una televisora pública donde no se me restringe la libertad?
21
Entró al castillo sólo para comprobar, compungido, que respiraba el mismo aire que se colaba en su modesto departamento.
22
—La norma en una democracia es también acatar los mandatos establecidos —dijo un periodista mirando directamente a la cámara televisiva en un programa en vivo—, ¿por qué entonces no habría de continuar con los lineamientos impuestos previamente por los patrocinadores de este noticiario, ajenos a las supuestas políticas democráticas?
23
Bajé dos, once, veintitrés, treinta y cuatro, cuarenta y seis, cincuenta y cinco, sesenta y nueve escalones para, por fin, dar con ella que, mustia, me recibió con recelo por mi inhóspita tardanza, según dijo. Me hizo firmar un documento y, en seguida, me entregó un boleto para mi entrada directa a su abismado Infierno.
24
Si un periodista domesticado, según las nuevas concepciones mediáticas, es aquel que se sujeta a, o se rige en, sus convicciones, ¿entonces un periodista independiente es el que depende del, o se ciñe al, mercado informativo?
25
Cuando el político dijo que estaba dispuesto a corregir las falsas informaciones políticas, los periodistas se le fueron encima argumentando que, de hacerlo, coartaría entonces su libertad de expresión.
26
El académico demócrata se percató de que no era tan demócrata como él se creía al darse cuenta de que se opondría a todo lo que dijera e hiciera el presidente —elegido por las mayorías— por el solo hecho de caerle gordo.
27
Sí, soy demócrata, por eso reconozco que la masa ha ungido al nuevo presidente de la República, pero se tiene que reconocer que mi voto no fue para él, de manera que, asumiendo mi papel de intelectual en este sistema, me haré cargo de joderlo, al mandatario, en sus decisiones… seguramente equívocas.
28
—El presidente de la República tiene la culpa hasta de haberme pasado un semáforo en rojo, así de bajo ha caído este país por la votación mayoritaria de las hordas —dijo, doliente, el sagaz crítico del sistema negándose a pagar la multa de la infracción intentando, con éxito, corromper al agente de tránsito.
29
El jefe de redacción no supo qué hacer cuando el director del medio le pidió que expusiera la exégesis del planteamiento.
—Sé el exégeta de nuestra nueva expresión —condescendió al director a un cada vez más confundido jefe de redacción sencillamente porque desconocía ese extraño término jamás antes concebido.
—Le ruego, señor director, no me ofenda al decirme que sea yo su ex exe ex exé…
Fue despedido fulminantemente de su cargo.
30
Cuando el presidente de la República finalizó su mandato de seis años retirándose de la política, el intelectual que lo tildó de “tirano dictador” durante todo el sexenio hinchaba su pecho de orgullo asegurando que gracias a sus teorías reflexivas el “granuja intolerante” que ocupara el cargo de Primer Ejecutivo había desistido de sus “ocultas y aviesas” intenciones de reelegirse.
AQUÍ PUEDES LEER TODAS LAS ENTREGAS DE “OFICIO BONITO”, LA COLUMNA DE VÍCTOR ROURA PARA LALUPA.MX
https://lalupa.mx/category/las-plumas-de-la-lupa/victor-roura-oficio-bonito/