Autoría de 10:59 am #Opinión, Julio Figueroa - Vistas

Mañanitas Q Q Q* – Julio Figueroa

     Jamás me imaginé vivir aquí.

     Ya llevo más de treinta años, media vida en Querétaro.

     Y no he hecho nada que valga la pena, y me apena.

     Ni aquí ni allá, lo veo y lo siento.

     No soy queretano.

     Soy chilango mexicano americano.

     Un triste palabrero ambulante.


     Qué lejos y qué cerca están en mi cabeza los años 50 del siglo pasado.

     Y los 60 y los 70, todo el siglo XX lo cargo en mi conciencia.

     Vivo ahora en la Edad Luz del siglo XXI.

     Todo sucede a la velocidad de la luz y el mundo cabe en la palma de la mano, y me desborda.


     ¿Cómo salirse del camino y hacerse a una orilla del centro?

     La maldita política me ha envenenado.

     Me sostengo viendo cine en casa y los deportes más nobles, en los que se da el extra del extra del extra y algo más.

     Y cuentan los aciertos y los errores, los prodigios y maravillas, y las fallas más garrafales y humanas, los imponderables del juego de la vida.

     Las caminatas y las penitencias.


     Pienso en el PRIAN y en Octavio, en mi examen de conciencia.

     (La palabra PRIAN apareció en Q a fines de los 90).

     Los justicieros puros y matones, los transformadores y destructores.

     Los que siempre tienen la razón, la ley, el dinero y a Dios de su parte; los sobrados.

     He vivido en los poros de la sociedad, y sigo siendo un vividor.

     Pero no un parásito.


     El bien, dicen que quisieron hacer el bien:

     ponernos a la altura del mundo.

     No les faltó destreza,

     les sobró ambición, hambre de poder.

     Lo que quisieron no lo quisieron con inocencia.

     Por el bien de QQQ fue antes que nada su bien personal y familiar, el patrimonialismo de la cosa pública.


     Planes y proyectos, soberbia de gandallas:

     golpear con el presupuesto, fundar con dinero de más,

     levantar la casa con ladrillos corruptos,

     decretar la lealtad burocrática.

     Algunos se convirtieron en precisos

     y otros en secretarios

     del Secretario General del Preciso.

     La ambición se volvió política,

     su baba ha cubierto al estado,

     y la adoran miles.


     Enredo contemporáneo:

     todos hemos sido,

     en el Gran Teatro del Inmundo,

     jueces, verdugos, víctimas, testigos,

     todos hemos levantado falso testimonio

     contra los otros y contra nosotros mismos.

     Y lo más vil: somos

     el público que aplaude o bosteza en su butaca.

     (Escondemos en corto la mirada crítica).

     La culpa que no se sabe culpa, la inocencia, es la culpa mayor.

     Cada año es monte de huesos.

     Todos los días son días de muertos.

     La impunidad es reina. Y el pacto de simulación su consorte.


     No soy un espartano ni un hedonista ni un justiciero.

     Soy un pinche palabrero ambulante.

     Sin obra y sin libros y sin nada.

     Pero todavía soy, pataleo y palabreo.

     Entre los poros de la sociedad abierta.

     Frente al pacto de simulación, alzar la voz pública.

     Admiro el silencio de los sabios y los prudentes, sabiendo

     que también puede ser sumisión y complicidad, conformismo.


Soy un insatisfecho: “Como una piedra que rueda” y “No satisfacción” son mis oraciones cotidianas. “No volveré a ser joven”, “El premio”, “Todos los días desierto y camino…”, “Pequeña variación…”. No preguntes cómo pasa y pesa el tiempo. Miro y amo la Tierra, con toda su porquería.

     Amo las mañanitas QQQ y mexicanas.

     Todo el país es mi país, y me duele.

     Incómodo para muchos y conmigo mismo, ni modos.


     –La tradición, la modernidad, la guerra, la revolución, el cambio, la transformación, el socialismo, el liberalismo, la democracia, el progreso, los valores, el amor… todo es una trampa, pero sin trampas no se puede vivir. Creo en la vida que pasa y no vuelve y se acaba.


     Vivo en tiempos veloces, revueltos y oscuros.

     En plena edad luz, voy tirando como puedo.

     Hasta reventar. Amén.

* Paráfrasis a partir de un fragmento de Octavio Paz en “Nocturno de San Ildefonso”, Vuelta, México, Seix Barral, 1976.

Q, Presidentes, junio 2022.

juliofime@hotmail.com

Foto de Jesús Ontiveros para El Nuevo Amanecer de Q,
23 de abril 1993.

A 34 años de haber llegado a Querétaro, hago este examen personal de conciencia. Insatisfecho conmigo y agradecido con los otros, escribo estas palabras.

Q, Presidentes, viernes 17-VI-2022.

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Last modified: 17 junio, 2022
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