Mucho se ha escrito acerca de las historias y cómo nos hemos convertido en seres narrativos. Se ha explicado sobre cómo hemos entendido, interpretando y creado el mundo a través de historias que pasan de generación en generación; inclusive, se dice que somos la suma de las personas que frecuentamos, los libros que leemos y los medios que consumimos. En pocas palabras, somos la suma de las narrativas que nos rodean.
Las ciencias sociales nos dicen que somos historias. Démosle un giro y pensemos en cómo utilizar nuestras propias narrativas para generar el bienestar personal, social o profesional que buscamos; es decir, consumamos y construyamos narrativas necesarias para crear la persona en quien queremos convertirnos. Miremos nuestra vida en términos de la calidad de las historias que nos contamos.
Comencemos entendiendo quién quiero ser para luego definir qué quiero lograr, hagámoslo a través de un autodiagnóstico basado en quién soy hoy. Basta con entender qué tipo de conversaciones tengo regularmente, cuáles son los temas que consumo en redes sociales, inclusive qué veo en televisión y qué tipo de lecturas realizo. Esto nos dará una explicación del tipo de pensamientos que dominan nuestra mente.
La calidad de nuestros pensamientos depende de la calidad de nuestras historias. Para poder evolucionar necesitamos historias con carga emocional e intelectual al nivel al que deseamos convertirnos. ¿Qué calidad tienen los mensajes a los que nos encontramos expuestos?
Si lo que consumimos y replicamos está relacionado a lo que deseamos alcanzar, la dirección es correcta; si por el contrario, se encuentra desconectado, debemos cambiar nuestros hábitos a través de una transformación narrativa.
Esta transformación se basa en remplazar el tipo de mensajes al cual estamos expuestos por aquellos que crean valor y construyen una estructura mental que reflejará una evolución hacia la persona que queremos ser.
Es interesante imaginar que nuestro destino se basa en las historias que nos contamos, y también por aquellas que nunca nos enteramos.
Existen historias que pueden cambiar el rumbo de nuestras vidas, hay historias que suman y otras que restan, todos hemos sido inspirados por historias positivas y reducidos por negativas. Si discernimos entre ambas y nos enfocamos en las primeras, estaremos comenzando la transformación.
Cada uno de nosotros tenemos metas diferentes y nos encontramos en momentos distintos, necesitamos comprender cuáles son las historias que nos hacen falta, los contextos donde se encuentran y las personas o medios que las cuentan, para poder acercarnos a ellas.
Busquemos narrativas donde seamos nosotros los protagonistas, historias que nos transformen, historias con las que nosotros transformemos a los demás. Una buena historia no sólo suma, multiplica.
La transformación narrativa depende de la voluntad y el carácter, y sólo se forjan a través de la inspiración.
Busca historias que inspiren, que den confianza, energía y permitan moldear el camino para la persona y profesional en quien te quieras convertir.
Víctor Manuel Jiménez Rodríguez es director del programa de la licenciatura en emprendimiento del Tec de Monterrey Campus Querétaro
Súper interesante reflexión! Felicidades!
Top! Un gusto leerte!
Excelentes reflexiones.
Muy buen artículo!
Muy interesante artículo! A crear nuestro destino basado en las historias que nos hemos contado y a partir de ahora nos vamos a contar.
Tengo 70 años y aún sigo buscando evolucionar hacia nuevas formas de ser que me permitan alcanzar nuevas metas y este artículo me inspira a seguir adelante con nuevas perspectivas de e búsqueda.
Felicidades excelente artículo.!
🙂
Excelente material para reflexionar y tomar decisiones correctas y constructivas en nuestro camino personal y profesional. Sin tiempo que perder.
Un excelente artículo para reflexionar y enfocarnos en lo que realmente nos queremos convertir.