Varios funcionarios del gobierno de Boris Johnson, entre los que destacan el canciller de Hacienda, Rishi Sunak, y el ministro de Sanidad, Sajid Javid, renunciaron ayer a su cargo, declarando que no podían trabajar para una administración que se encuentra en medio de un escándalo. Este movimiento dentro del Partido Conservador despierta muchas inquietudes para el primer ministro y sus más cercanos colaboradores. ¿Qué impacto pueden traer estas renuncias a la política británica?
Hace alrededor de un mes, Johnson había sobrevivido a un voto de censura que fue gestionado, ni más ni menos, a causa de haber violado las reglas durante el periodo más rígido de las medidas sanitarias establecidas por su gobierno en el marco de la pandemia de Covid-19. La situación se agravó para el primer ministro cuando la investigación que se realizó para dilucidar el panorama indicó que había mentido y desestimado las indicaciones. No obstante, su logro de permanecer como el jefe de gobierno del Reino Unido (RU) no fue conseguido sin recibir heridas políticas.
El 59 % de los votos en Westminster respaldaron la permanencia del primer ministro, mientras que el 41 % apoyó su dimisión. Si bien Johnson sobrevivió al voto de censura, su popularidad ha caído en picada entre los británicos, quienes han reconsiderado su apoyo a los colores actuales del número 10 de Downing Street. Lo anterior también ha conllevado otro efecto: mermar el músculo político del “jefe” Tory en el partido.
Pudo haberse mantenido de pie hace un mes tras la votación de censura, pero el impacto ya se ha generado fuera y dentro del Partido Conservador, es decir, con el público en general y los legisladores, respectivamente; y ello puede empezar a pavimentar un cambio de administración en el fututo cercano, de ahí que algunos personajes fuertes conservadores hayan comenzado a mover sus fichas. ¿Cómo se puede apreciar esto?
El primer periodo de Johnson como primer ministro terminaría en 2024 y podría reelegirse, comenzando un segundo –y final– periodo de gobierno. Sin embargo, la caída en su popularidad levanta muchas dudas en torno a si el Partido Conservador puede mantenerse gobernando o si, en cambio, el Partido Laborista, con el nuevo apoyo de los ciudadanos británicos a raíz de la controversia del primer ministro, puede regresar al poder.
Previendo esa posibilidad, es probable que dentro del Partido Conservador se estén comenzando a gestar cambios de liderazgo que puedan sustituir a Johnson y representar al partido político en las siguientes elecciones generales de 2024. En este contexto, sin embargo, también existe la posibilidad de que esta sustitución pueda llegar antes si es que el actual primer ministro llegase a enfrentar un segundo voto de censura, que en tal ocasión sea exitoso.
De ahí que tanto Rishi como Sajid empiecen a mover sus fichas para aminorar el desgastado y mermado poder de Johnson. Lo anterior en favor de algún otro liderazgo silencioso y ascendente que pueda surgir en las filas del partido, y al que se le deposite la confianza y apoyo para que intente mantener azul el gobierno británico. En este esquema, es probable que otros ministros puedan renunciar a su cargo en los siguientes días para aumentar la presión hacia el primer ministro.
Ante la supervivencia del partido y su poder, se pueden presentar cambios entre las principales figuras políticas. No sería sorpresa si los legisladores del Partido Conservador “sacrifican” al actual primer ministro para intentar mantenerse en la plataforma política más elevada del RU, y así evitar que el Partido Laborista regrese al gobierno británico. Con lo que ha pasado recientemente, es muy probable que el gobierno de Johnson no dure ni hasta la hora del té.