Autoría de 10:12 am #Opinión, Niels Rosas Valdez - Procesos del Poder

A fortalecer alianzas – Niels Rosas Valdez

La visita del presidente de la Federación de Rusia, Vladimir Putin, a Irán evidencia el interés ruso en la región, pero también nos brinda la posibilidad de analizar el esquema de este suceso. ¿Cuáles son las implicaciones del evento mencionado para la actual guerra ruso-ucraniana? ¿Qué impacto tendrá con Occidente?

Ayer, Putin se reunió en Teherán con el presidente iraní Ebrahim Raisi y el presidente turco Recep Tayyip Erdogan. Con ambos líderes hubo interacciones muy interesantes que permitirían crear nuevos escenarios para la región, aunque de cierta manera también para el globo. Lo primero que hay que señalar es que los países a los que representan ambos líderes resultan de enorme trascendencia para el Kremlin por múltiples de razones, especialmente en este momento tan crucial para Rusia con su guerra con Ucrania.

Si bien los tres países pueden sacar dividendos de esta reunión, es ineludible mencionar que se efectúa por mayor interés de Moscú. La visita de Putin a Teherán significa la primera salida del mandatario ruso a un lugar fuera de los territorios exsoviéticos desde que comenzó la guerra en febrero. El país de la visita y los líderes con quienes se reúne no son fortuitos, representan una posibilidad para Rusia de mejorar su posición en el actual escenario bélico en Europa del Este.

Pero vamos por partes. La reunión de Putin con Raisi evidencia, en primera instancia, lo aislado que está Rusia en la actualidad. Sin la interacción con Europa, América del Norte, Japón y Oceanía por obvias razones, las opciones que le quedan al Kremlin son limitadas. China e India ya han dialogado con Moscú y ya han establecido sus términos. Los colaboradores que tiene en Sudamérica están lejos y entretenidos con sus propias crisis. Sus aliados en África se reducen básicamente a Siria, que continúa en una guerra civil y cuya vía al territorio ruso la bloquean varios países. ¿Qué le queda? Un viejo aliado que es Irán.

La cercanía entre Rusia y el país heredero del Imperio persa se remonta a tiempos soviéticos, tras la Segunda Guerra Mundial, y en momentos recientes se ha vigorizado por necesidad de ambos Estados. Teherán ha recibido la ayuda de Moscú para librar esa especie de Guerra Fría que tiene con Arabia Saudí por la influencia y control de la región medio oriental. Ahora Putin necesita ayuda de Raisi para cuestiones comerciales por las sanciones recibidas, pero también de seguridad. La reunión sostenida ayer sirvió para que el Kremlin pudiera adquirir drones de Irán y que los soldados iraníes puedan entrenar a las tropas rusas para su uso.

Con Erdogan también hay intereses de ambos lados. Turquía carga con una responsabilidad sostenida desde hace casi un siglo por la Convención de Montreux, acuerdo internacional que, entre varias funciones, vela por la libre circulación por el estrecho del Mar Negro. Esto es crucial en este momento por el bloqueo que las fuerzas militares rusas han realizado hacia barcos ucranianos cargados de alimento, particularmente trigo, causando severos estragos en gran parte del globo, puesto que Ucrania es el primer exportador de dicha materia prima.

En este esquema, hay que recordar que hasta hace poco Turquía bloqueaba la adhesión de Suecia y Finlandia a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), pero tras las negociaciones sostenidas entre los líderes de los tres países la solicitud avanzó. El impacto negativo lo ha recibido Moscú, puesto que todo parece indicar que pronto ambas naciones escandinavas se unirían a la alianza militar occidental, aumentando la tensión en la frontera con Rusia.

Por ende, una exitosa negociación en privado podría generar utilidades para ambas partes. Ciertamente para Occidente esto traería ganancias por la posibilidad de reactivar los flujos de comercio alimentario a través del Mar Negro. Sin embargo, también le generaría pérdidas por un posible bloqueo subsecuente de Turquía hacia las solicitudes de Finlandia y Suecia para unirse a la OTAN. Es una situación delicada para ambas partes, pero lo que resulta evidente en este panorama es la necesidad de Rusia de tener que dialogar, negociar y acordar con otros Estados en el marco de la guerra con Ucrania.

Niels Rosas Valdez

Escritor, historiador e internacionalista

@NielsRosasV (Twitter)

niels.rosas@gmail.com

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Last modified: 20 julio, 2022
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