El domingo pasado, Gustavo Petro tomó posesión como nuevo presidente de Colombia. El acto supone una nueva historia para el país sudamericano que es importante seguir de cerca. Pero no es el único evento en la región sur del continente que resulta especialmente interesante para el análisis político. Chile, con Gabriel Boric, alberga una posibilidad única trascendental de capitalizar. ¿Qué representan ambas transiciones democráticas?
Tras una primera vuelta demoledora y una segunda vuelta lo suficientemente amplia para vencer en la contienda electoral, Petro se convirtió en presidente electo de Colombia en junio. La derecha política reorganizada en un nuevo actor, el populista Rodolfo Hernández, no tuvo suficiente apoyo para llevarse la victoria, a pesar de los votos obtenidos en la segunda ronda. La noticia de la victoria de la nueva izquierda en el país sudamericano resonó en todo el continente y lo hizo con justa razón.
Más al sur, en Chile, Boric asumió la presidencia del país en marzo, regresando a la izquierda política al poder, que no había gobernado desde las dos administraciones de Michelle Bachelet. Luego de haber quedado en segundo lugar en la primera vuelta, el candidato izquierdista superó por varios puntos porcentuales a su contrincante derechista José Antonio Kast, enmarcando un nuevo comienzo para el país andino.
¿Por qué es así? ¿Por qué las transiciones políticas tanto de Chile, más temprano en el año, como de Colombia, hace unos días, representan una nueva y mejor posibilidad para los dos países? Ambas naciones son ahora gobernadas por la izquierda, que tiende a apoyar más a las personas en múltiples cuestiones, busca la redistribución de la riqueza y es más progresista. Considerando lo anterior, a primera vista, es entonces más atractivo que un país sea gobernado por la izquierda política. Sin embargo, no siempre es lo mejor, depende de varias circunstancias y de la manera en la que se hace política y se gobierna.
Un ejemplo es Cuba. Desde poco después de la mitad del siglo pasado, esta isla caribeña se declaró socialista, teniendo apoyo de la Unión Soviética en su momento, continuando su cruzada izquierdista a lo largo de las décadas, incluso tras la caída del gigante rojo. Hoy en día su gobierno sigue siendo de izquierda, pero, ¿qué tan exitoso ha sido el proyecto? En realidad, el país se ha vuelto más autoritario y menos progresista, situación que no empata con lo que la verdadera izquierda dicta ser.
Otro ejemplo es México. La llegada de un partido político de izquierda al gobierno iluminó la esperanza de muchos mexicanos hace casi cuatro años, alegrándonos del cambio propositivo que el líder del movimiento prometió que haría. Sin embargo, el populismo se apoderó del gobierno. Poco a poco las promesas se han diluido, se han hecho cosas que distan del proyecto que se había manejado antes de las elecciones; se ha caído en peores errores que en otras administraciones, se han efectuado las mismas acciones que en su momento se criticaron, entre otros lamentables resultados.
Por ello, Chile y Colombia tienen una oportunidad inmejorable, no sólo porque tienen administraciones de izquierda que recién comienzan, sino porque en ellas está una nueva izquierda política, diferente a la vieja izquierda anquilosada y atrapada, en muchos sentidos, en el siglo XX, misma que ha gobernado en algunos países latinoamericanos, como Brasil, Bolivia, Cuba y Venezuela, y que hoy en día está presente en otros más, como México y Argentina.
Los nuevos líderes de Chile y Colombia no sólo representan una mejor posibilidad para ambos países, sino para la izquierda política. No son políticos populistas, sino que se percibe que están centrados en sacar el mejor provecho de la izquierda para su población. Sus proyectos recuperan ideas clave del progresismo, pero considerando seriamente la realidad del siglo XXI. Por ende, sus propuestas hacen que se les identifique como líderes de un movimiento socialdemócrata en la región. Ojalá que así sea, ojalá que no nos defrauden y ojalá que líderes, políticos y personas de otros países se empapen de estas ideas frescas para la realidad actual.