Autoría de 12:48 am #Destacada, Talento 100% Qro

Alumnos de la UTC desarrollan celulosa a partir de desechos frutales y ganan premio nacional de tecnología

HISTORIA: PATRICIA LÓPEZ NÚÑEZ/LALUPA.MX

FOTOS: ENRIQUE CONTLA/LALUPA.MX

A través de experimentos desarrollados en casa con desechos de diferentes frutas, estudiantes queretanos elaboraron un apósito de celulosa microbiana, que genera beneficios en la piel al aislar diferentes heridas y evitar infecciones, al mismo tiempo que reduce la contaminación ambiental que causa la extracción de la pulpa de celulosa.

Durante tres años, Brenda Jazmín, Eric Moisés, Samuel y Carlos Alberto, asesorados por la investigadora Diana Alonso Segura, desarrollaron la celulosa a partir de la fermentación de desechos de plátano, fresas, uvas, manzanas, mangos, piñas y sandías, para elaborar un apósito adicionado con aceites naturales de plantas antimicrobianas con el que ganaron el primer lugar nacional del Concurso de Robótica y Tecnología 2022.

La doctora Diana Alonso Segura y los estudiantes Brenda Jazmín González García, Eric Moisés Domínguez Alfaro, Samuel Palacios Pérez y Carlos Alberto Cruz Ferrer, egresados de Ingeniería en Biotecnología de la Universidad Tecnológica de Corregidora (UTC), recibieron el premio al primer lugar en el Robot International Summit (RIS) Concurso Nacional de Robótica y Tecnología 2022, al que convocaron la Fundación ISVE Guerrero y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

“Lo que queremos es impactar la industria de la celulosa, la industria papelera, todo lo que involucra el uso de la pulpa de celulosa, ya que todo su proceso de extracción, que se ocupa para prendas, papel, productos que usamos diario, todo genera mucha contaminación al medio ambiente. Nosotros trabajamos con celulosa microbiana que obtenemos por medio de fermentación, no hacemos extracción de plantas o de los árboles”, detallaron.

Los alumnos desarrollaron la membrana de celulosa con aplicaciones en el área de salud y concursaron entre más de mil proyectos que se presentaron a nivel nacional en la categoría “Nanotecnología y Biotecnología”. Brenda Jazmín resume el proyecto como “una bandita grandota adicionada con aceites naturales de plantas antimicrobianas”.

Tres años de pruebas con desechos de frutas

Poco antes de la pandemia, los estudiantes se plantearon la posibilidad de desarrollar el proyecto y eso implicó varias pruebas para el desarrollo de la membrana, en busca del menor costo sin perder la calidad. Las pruebas en sus casas les permitieron reducir el gasto entre 60 y 70 por ciento, gracias a que utilizaron su propio sustrato: desechos de frutas.

“No tanto de cítricos, que es lo que más llega a afectar el crecimiento de la membrana, utilizamos desechos de plátanos, de manzana, de algunas cáscaras de mango, uvas, fresas, piña, sandía, hemos usado varias. Probamos con todas y al final decidimos con qué es con lo que crece mejor, tienen diferentes características en los colores y en la textura, unos son casi transparentes, otros amarillos, rosados, pero ya se estandarizó a unas en particular que sirven para el grosor y la textura”.

La “telita” del apósito se desarrolla en alrededor de una semana, pero luego se le somete a un proceso de desinfección para quitar las impurezas, luego un secado que arroja unas obleas a las que se les da otro tratamiento con distintos compuestos químicos para que mantenga la elasticidad.

“Nuestra piel, cuando tenemos una laceración, una cortadura o una quemadura, está expuesta a varios patógenos, bacterias y hongos malos para nuestra piel y nuestro apósito va a ir implementado con un aceite natural que evita que esos patógenos externos nos hagan una infección en nuestra herida”.

El camino de integrarse al equipo

“Me mal acostumbraron porque son muy buenos” dice la investigadora Diana Alonso Segura sobre sus alumnos. Ella los asesoró en el proyecto que desarrollaron “como parte de una materia que se les pide a todos y el hecho de que ellos se enfocaran, investigaran y buscaran para sacar un proyecto así, habla de la capacidad que tienen”.

Se siente satisfecha del trabajo de sus estudiantes, sobre todo por su propia formación multidisciplinaria. Ingeniera ambiental, maestra en Ciencias con Especialidad en Alimentos y doctora en Biotecnología, Diana Alonso se rebeló ante la exigencia académica de la hiper especialización; lo hizo convencida de que las diversas formaciones se complementan y evitan encasillar las investigaciones, sobre todo cuando se habla de alimentos y salud.

“Dicen que cuando estudias así sabes poquito de todo, pero no te especializas y me preguntaban que a qué área iba a aplicar si tenía estudios de todo y los evaluadores piden cosas específicas”. Su formación en distintas áreas la llevó a dirigir y encabezar la creación de diversos centros de investigación en Jalisco o Nuevo León, hasta que por decisiones familiares llegó a vivir a Querétaro, donde consiguió empleo, en el segundo intento, en la UTC.

“Empecé con ellos en la carrera y los veo como mis hijos y ya se van a ir. Esto no fue trabajo para mí, fue un placer y les demuestra a ellos de lo que son capaces y todo lo que pueden lograr, dedicados, listos, proactivos y me obligaron a amarrarme aquí desde agosto de 2019”.

Camino a la comercialización con las pruebas preclínicas y clínicas

Brenda Jazmín, Eric Moisés, Samuel y Carlos Alberto exploran posibilidad de proveer a los centros de salud y distribuidores, porque el apósito “es bueno para el medio ambiente y bueno para la salud, porque si utilizas una bandita textil sin antibiótico estás expuesto a un tipo de infección, acá no”.

El equipo desarrolla ahora el prototipo para iniciar las pruebas preclínicas y clínicas para que no solo sirva para aislar, sino que apoye a la curación de las heridas, algo que no hacen las banditas tradicionales. “Hemos hecho investigación sobre otros apósitos que no están hecho de los mismos materiales, pero tiene las mismas características y evitan una infección o son biodegradables, pero son de otros países y el costo por pieza es mayor, aquí en México no hemos encontrado otra alternativa como la nuestra”.

Durante la premiación, los alentaron a industrializar el proyecto por sus alcances ambientales y en el área de la salud, así que pretenden comercializarlo en poco tiempo. “Estamos convencidos de que en esto hemos invertido tiempo, trabajo, dinero, vitalidad y al ver todo el avance y el potencial que tiene, se volvió nuestra prioridad”.

AQUÍ PUEDES LEER MÁS HISTORIAS DE TALENTOS QUERETANOS:

https://lalupa.mx/category/historias-que-cuentan/talento-100-qro/

(Visited 376 times, 1 visits today)
Last modified: 11 agosto, 2022
Cerrar