CRÓNICA Y FOTOS: ROCÍO RUIZ SALAZAR/LALUPA.MX
Zapotlanejo es el corazón de México, dicen sus habitantes. Ahí convergen la historia del país con la batalla de Miguel Hidalgo y Costilla en el Puente de Calderón, la fe con más de 400 años de veneración a la Virgen del Rosario, la tradición de los textiles con sus camisas vaqueras y de charro y una importante red carretera que rodea a Jalisco.
Orgulloso de sus tradiciones y su historia, Zapotlanejo es el sitio ideal para visitar durante el mes patrio, incluso durante octubre, cuando las festividades religiosas se adueñan de las calles y plazuelas donde se venera a la virgen en todas sus advocaciones, en parroquias que lograron sobrevivir a pesar de inundaciones y la modernidad que hace crecer al antiguo pueblo de origen indígena.
Sus casos de éxito son parte de su atractivo. Empresas textiles familiares como “Espuela de Oro” (www.espueladeoro.com.mx), se levantaron con mucho esfuerzo y crecieron hasta dominar varios países gracias a su calidad; los cronistas se llenan de orgullo al platicar las leyendas e historias de este lugar que está listo para recibir a los visitantes.
La tradición textil
Zapotlanejo es un líder en la industria textil. Con más de mil tiendas de ropa y más de 250 fábricas textiles, se estima que casi el 60 por ciento de la actividad económica depende de este sector, según los datos de la propia presidencia municipal.
En medio de esa industria, destaca la fábrica de camisas “Espuela de Oro”, de Héctor Álvarez Contreras, quien, junto con su esposa, fundó la empresa hace 33 años con el apoyo de su padre, para abastecer al mercado de la camisa charra y vaquera en Estados Unidos.
Originario de Quitupan, Jalisco, aclara que no sabe bien el sitio exacto de su nacimiento. “Me parieron debajo de un árbol, ahí antes no había nada, en un tejabancito” y consolidó una empresa que le hace honor a los más de 150 años de tradición charra en la industria textil de Zapotlanejo.
Espuela de Oro llegó a elaborar hasta 150 mil o 200 mil camisas al año, con 150 empleados y 120 máquinas en la fábrica, además de otras 150 personas que trabajaban en sus casas. Artistas de grupos como Banda El Recodo, Intocable, Bronco, Banda MS, o Antonio Aguilar llegaron a usar sus prendas.
Llegó en un momento en que exportaban las camisas de charro a 15 países, entre ellos Japón, España, Alemania, Italia y Francia, demás de centro y Sudamérica, así como 24 entidades de Estados Unidos. “Cuando vino la moda de la quebradita no nos dábamos abasto en mandar camisas a Estados Unidos y aquí. Era increíble. Había gente que venía por una camisa, no había y se la llevaban de los burros de planchar, sin planchar”.
Héctor Álvarez atribuye este éxito al apoyo de su padre, a quien le vendían en Estados Unidos y a que “somos gente de trabajo, de mucho trabajo”. Hace más de 20 años, incluso, promocionó una banda que llevaba el nombre de la empresa “Espuela de Oro”, que grabó dos temas para la película Amores Perros, pero a partir de la pandemia y de su incursión en el servicio público, disminuyó la actividad de la fábrica.
“Hace 15 años mandábamos prendas a 12 o 15 países diferentes, las camisas de charro las exportábamos a Japón, España. Alemania, Italia, Francia, centro y Sudamérica. Las vaquearas es más universal, con marcas de más nivel, logramos penetrar a 23 o 24 estados de Estados Unidos. De ocho meses para acá estamos en la reactivación de la empresa, reingeniería interna, porque estuvimos ausentes por la incursión en la política y se atravesó la pandemia, hoy elaboramos 40 mil o 50 mil camisas cuando llegamos a elaborar hasta 150 mil o 160 mil al año”.
La puerta de los Altos
Además de ser “la cuna de vestir de México”, Zapotlanejo es la puerta de entrada a los Altos de Jalisco, una de las regiones más importantes de ese estado y cuenta con la Feria del Elote en Matatlán, que cada año, justo en septiembre, reúne a decenas de expositores de diferentes partes del país, y a que Jalisco se ubica en el segundo lugar nacional en producción de maíz, sólo después de Sinaloa.
El cronista municipal de Zapotlanejo e historiador, Manuel Morales Plascencia, subraya que el parque Bicentenario, el Puente de Calderón y la parroquia de la Virgen del Rosario son los sitios obligados para los visitantes a este lugar de Jalisco, por sus leyendas, tradiciones e importancia.
La parroquia de Zapotlanejo, dedicada a la Virgen del Rosario, se construyó en atención a la fe de los habitantes y a los problemas de las inundaciones en la zona. “La parroquia de Zapotlanejo está a unas cuatro cuadras al oriente de la población porque a mediados del siglo 17 había muchísimas inundaciones, porque aquí pasa un río y se inundaba constantemente el pueblo, en la época colonial se decidió trasladar la parroquia a una parte más alta, en esta zona había una pequeña capilla, con la advocación al Sagrado Corazón.
Cuando se decidió a cambiar la ubicación del templo, el pueblo también empezó a crecer sobre todo las casonas principales. Esta parroquia o templo parroquial se empezó a construir en 1710 y terminó en 1790, sin embargo, en el archivo histórico municipal, tenemos documentos donde se señala que hasta 1811 se hicieron arreglos a esta parroquia”.
Resalta que “un párroco de nombre Juan José Caserta decidió remodelar toda la parroquia, este personaje hizo este círculo de cantera del atrio, porque en la época colonial la gente también se dedicaba a la cantera, un oficio que seguimos utilizando. Este diseño de cantera es de 1840, este es el tono gris característico de la región, muchos edificios y casas particulares tienen este tipo de cantera”.
“Esa es Nuestra Señora del Rosario, todavía a principios del siglo XX su imagen era muy diferente porque se han hecho varias remodelaciones a la imagen. Sucede que en el siglo 16, en la ciudad de Guadalajara, existía la imagen de Nuestra Señora de la Rosa, que fue regalada, con cinco imágenes más, por el rey Carlos V. La regaló a todas las ciudades españolas de la época, una aquí, otra en Puebla, otra en Querétaro, todas eran iguales, tenían una imagen sevillana, morena, muy bonita”.
La imagen llegó a Guadalajara en el siglo 16 y esta virgen de la Rosa era muy importante, aunque “cuando empezó a crecer la fe en la virgen de Zapopan, fue cayendo en desuso la virgen de la Rosa, quedó en una esquina en la catedral. En 1840, Caserta, el párroco de Zapotlanejo, empezó a hacer remodelaciones de la parroquia, fue quien construyó el atrio en 1840 y solicitó una imagen para colocarla y se trajeron esa imagen colonial que estaba en la catedral de Guadalajara, por tanto esta imagen es de origen colonial”.
Con la costumbre de llevar la imagen de la virgen a la casa de las familias ricas del pueblo, donde se hacían cadenas de oración, en una ocasión se quemó parte del manto y de la cara con unas veladoras, así que se remodeló en 1940, así que ya no luce como al inicio.
El edificio más antiguo de Zapotlanejo es la parroquia de Nuestra Señora del Rosario, en construcción de 1710 a 1790, el palacio municipal que se edificó en 1750 y el Puente de Calderón, que se edificó de 1808 a 1809. El puente atendió a la necesidad colonial de mantener el comercio en la zona durante la temporada de lluvias.
El parque Bicentenario y la batalla del Puente de Calderón
Isela Alcántara Bahena, directora de la agencia turística Grupo Bahena Travel Experience, sostiene que, aunque otros municipios de México se adjudican ser el centro del país, Zapotlanejo es el único que puede presumir de ser el corazón de esta nación.
“Tenemos historia, gastronomía, tradición textil, el parque Bicentenario Puente de Calderón que es histórico, es patrimonio de la humanidad con sus 19 hectáreas de parque familiar y educativo, con módulos y estaciones de descanso, puentes colgantes, fuentes, ecoturismo, tirolesa, sitios para acampar, espacios para que las empresas puedan traer a sus trabajadores, actividades socioeconómicas y de investigación, aquí hay de todo”.
El Puente de Calderón fue el sitio donde se llevó a cabo la batalla del 17 de enero de 1811, en la que participó el cura Miguel Hidalgo y Costilla con el ejército insurgente contra los realistas. Una placa y una estatua conmemoran aquella batalla histórica como parte de la lucha por la Independencia del país.
El parque está abierto todos los días, desde las 7 de la mañana hasta que oscurece y recibe a visitantes de todas partes del país, especialmente de la zona conurbada de Jalisco, de Michoacán, Zacatecas y Aguascalientes, pero, por su cercanía con Querétaro, es un destino obligado para los turistas.
