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La comunidad de Escolásticas, en el municipio de Pedro Escobedo, está escondida entre canteras y cerros verdes como esmeraldas. El sonido de martillos, barretas y esmeriles contra la piedra te avisa, varios kilómetros antes, que estás por llegar a esta tierra de “escultores y artesanos”.
A la entrada, uno es bienvenido por un enorme arco de cantera con columnas clásicas, esculturas de guerreros aztecas, ángeles, soldados romanos, héroes griegos y una virgen monumental: la Virgen de Santa Escolástica, patrona de la comunidad.
El taller “Canteras Escolásticas” es el responsable de esta obra. Desde hace 6 meses los hermanos Nieto, con ayuda de otros talleres y trabajadores, han diseñado, levantado, recubierto y tallado todas las piezas.
Gilberto Nieto (de 28 años) viene de un largo linaje de artesanos, formando parte de dos grandes familias cantereras, los Nieto y los Trenado. A la fecha, ha trabajado como escultor por casi la mitad de su vida.
“A nosotros nos trajeron desde chicos a trabajar. Comenzamos puliendo, haciendo trazos, lo sencillo. Ya más grandes, después de la secundaria —cuando estábamos más centrados— empezamos a utilizar las herramientas, pero nunca se deja de aprender”
“El trabajo de la cantera en Escolásticas lo inició el señor Salvador Fajardo, en 1950-1960, él impulsó que se formara la cooperativa, la primera laminadora y el primer torno. Antes no había talleres, la gente trabajaba desde su misma casa. De hecho, estos terrenos de la entrada —la calle principal de la comunidad— eran de mi abuelo, así que casi todos los talleres que ves aquí, son familiares míos”, añade riendo.
Los valores de familia, trabajo en equipo y camaradería caracterizan a la artesanía en cantera, como explica Gilberto: “En nuestro taller enseñamos a otras personas, y mientras aprende se les paga para que se motiven y no se quieran ir al Norte. Los 200 talleres de Escolásticas tienen trabajo, porque si uno está desocupado, otro le encarga piezas o acabados. Incluso, hay talleres que se dedican a ayudar, que no venden directo al público”.
Aparte de los talleres, en las cercanías hay minas de donde se extraen diversos materiales, entre las que se encuentra la preciada cantera negra, endémica de la región. Este tipo de mineral, aunque caracterizaba el trabajo artesanal en Escolásticas hace 10 años, actualmente es cada vez más escaso.
“Fue la primera que se empleó aquí, tenía una excelente calidad. Se sacaba de las minas en burros, con maña y con mucha gente para montar y mover las piezas. Ahora, con más frecuencia, traemos canteras de otras partes del estado o del país, también porque hay mejor maquinaria para transportarla”, comenta.
En Escolásticas se trabajan hasta 13 tipos de cantera diferentes: desde la gris o la rosa, que son más suaves, hasta la blanca, que tiene betas, es más porosa y difícil de manipular.
Gilberto se las sabe de memoria, sin siquiera tener que llevar la cuenta: “hay la rosa aculco, rosa huichapan, gris américa, gris moreno, gris doti, negro (de la región), negro galindo, café galindo, café 2, blanco, blanco limón, blanco pachuca, blanco esperanza, y también trabajamos madera, piedra volcánica y mármol”.
La elaboración de una escultura de cantera tiene 4 pasos: la extracción en la mina, donde se barrenan, dinamitan, cortan los bloques —que en ocasiones son del tamaño de una casa pequeña— y se cargan y transportan.
Luego, sobre la piedra se dibuja el frente, lado y fondo de la figura a esculpir, y se devasta. Posteriormente de forja y se detallan las facciones, ángulos finos, etc. Finalmente, se pule toda la escultura con diferentes herramientas.
“El dibujo es importante para este trabajo, es el pan de cada día. Todo lo que se ve en una escultura, todos los detalles, se debe dibujar a lápiz primero —desde distintos ángulos— devastarlo con herramientas, y volver a dibujarlo. A mí es de las cosas que más me gusta hacer, una pieza de 2 metros la dibujo en 1 hora”, confiesa Gilberto.
A la fecha, la familia Nieto se ha inscrito en decenas concursos de artesanía y escultura en Querétaro y Pedro Escobedo, ganando en la mayoría de ellos. Como el de la Casa Queretana de las Artesanías, que el hermano de Gilberto ha ganado en varias ocasiones.
“Yo gané el primer concurso al que me inscribí, cuando recién empezaba a aprender. Mi papá tiene ya 70 años y, hace no mucho, se metió a otro concurso y ganó”, cuenta con orgullo Gilberto.
Incluso con su gran habilidad, la pieza que más trabajo le cuesta al joven escultor es la de San Miguel Arcángel pues “tiene muchas medidas diferentes, detalles y proporciones que hay que tener en cuenta en los trazos”.
A pesar de que, en otras partes de México y el mundo, este lugar es ampliamente conocido por la maestría de sus habitantes con la cantera, aún son poco los queretanos que la visitan.
Según explica Gilberto, los clientes que llegan con ellos —en su gran mayoría— son personas que conocen y gustan de la escultura de cantera, y conocen la calidad de Escolásticas. Muchos ya vienen con diseños en mente y prefieren siempre un trabajo bien hecho.
Incluso, hay quienes hacen pedidos de piezas desde Estados Unidos o Europa, que luego se envían. Por lo mismo, y a diferencia de otras piezas artesanales, es muy raro que les regateen.
“Mucha gente que llega de Querétaro admite que no tenía idea de que estábamos aquí, que en Escolásticas trabajamos la cantera. Muchos conocen, incluso, el balneario Los Sabinos —en las afueras del pueblo— antes que el trabajo que hacemos”, concluye Gilberto.
Escolásticas es otro rincón imperdible de Querétaro: tierra de artistas y artesanos, tradición, trabajo en equipo, e historias grabadas en las canteras más hermosas del estado.
Si te interesa visitar o realizar algún pedido, te dejamos los datos del taller:
Canteras Escolásticas
8721828513
canterasesc@gmail.com
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