Hace unos días la embajada de Rusia en México dio a conocer, a través de su cuenta de Twitter, que el Consejo de la Federación de la Asamblea Federal de Rusia había ratificado el acuerdo intergubernamental entre ese país y el nuestro, mediante el que ambas naciones planeaban intensificar su cooperación para explorar y usar el espacio ultraterrestre con fines pacíficos. En el mismo tuit se dejaba ver que dicho acuerdo prevé un sinnúmero de acciones, pero resaltaba de manera particular y específica la posibilidad de instalar en territorio mexicano estaciones del Sistema Global de Navegación por Satélite de Rusia, conocido coloquialmente como el Glonass.
El Glonass es un sistema formado por numerosos satélites artificiales que Roscosmos, la agencia espacial rusa, puso en operación hace cuatro décadas —el 12 de octubre de 1982—. Es el homólogo del estadounidense que referimos como GPS —por Global Positioning System— y que permite a nuestros dispositivos electrónicos mantener la hora o guiarnos mientras conducimos por ciudades y carreteras. Es decir, como sus nombres lo indican, tanto el Glonass como el GPS son sistemas que permiten la navegación. Están conformados por constelaciones de satélites que, en conjunto, son capaces de ubicar con alta exactitud cualquier posición sobre la superficie del planeta gracias al método de triangulación, en el que las localizaciones se determinan como consecuencia del cálculo de los retardos relativos entre los tiempos de vuelo de las señales enviadas por los satélites: si dos satélites que guardan entre sí una separación conocida envían simultáneamente ondas electromagnéticas hacia un punto dado en la superficie, y uno de ellos recibe la onda reflejada antes que el otro, entonces eso significa que tal satélite es el que se encuentra más cerca del punto que se desea ubicar.
Para que tales sistemas funcionen sin ambigüedad, es necesario que al menos tres satélites de la constelación participen en la triangulación, y por supuesto que entre mayor sea el número de artefactos involucrados la precisión de las coordenadas también aumentará. En el caso del Glonass, por ejemplo, el sistema cuenta con satélites en Rusia, pero también en países como Cuba y Brasil, en el continente americano, y otros tantos en la Antártida, lo que incrementa su cobertura y precisión.
Con lo dicho, resulta obvio que la posibilidad de que México acepte la instalación de bases terrestres del sistema Glonass raya en la frontera entre la “cooperación científica con fines pacíficos” y la facilitación del uso del espacio ultraterrestre mexicano al gobierno de Vladimir Putin para la realización de tareas como el espionaje, la ubicación de objetivos en nuestros mares y territorio o los de nuestros vecinos cercanos —por ejemplo, los Estados Unidos de América—, o el apoyo a la navegación de vehículos autónomos como los drones, aeronaves y hasta misiles.
Por ello quizá, de inmediato el gobierno de México, a través de la Agencia Espacial Mexicana (AEM), emitió un comunicado negando categóricamente que en este acuerdo de colaboración estuviera considerado el mencionado sistema Glonass; sin embargo, el 28 de septiembre de 2021, cuando se firmó este mecanismo de cooperación en México, la propia AEM publicó el amplio Comunicado de Prensa 172 en el que menciona como actividades a atender las relacionadas con la “navegación (asistida) por satélite” y el “monitoreo del cambio climático”, mismas que precisan de constelaciones como el GPS o el Glonass.
Es posible que los intereses rusos hayan cambiado sustancialmente respecto de los estrictamente científicos y pacíficos que prevalecían en aquel septiembre de 2021 y por ello se vuelve de la mayor relevancia el que, en la coyuntura actual, dicho mecanismo de colaboración sea revisado con lupa por las comisiones que correspondan en ambas Cámaras. Nada se volvería más peligroso para la seguridad y paz de México que, ante el conflicto armado que se vive ahora con la invasión de Rusia a Ucrania, México terminara aliándose al lado equivocado.
Lo anterior, dicho sin aberraciones.
Hola Eric, tienes mucha razón en que Rusia es decir Putin va a querer utilizar el espacio aéreo, terrestre y extraterrestre Mexicano para amenazar a USA y poder guiar Drones, Misiles y demás, sin importar claro que México quede enmedio y sufra daños . Lo que podríamos hacer sin lugar a dudas es colaborar de la misma manera pero abiertamente y por encima del Peje y su Secta MORENA, para que USA ponga monitoreos en nuestro espacio para la detección desniobras Rusas, es un “arma de dos filos”, pero no podemos esperar y que nos tomen por sorpresa, “La mejor defensa es… iniciar primero”…