HISTORIA: PATRICIA LÓPEZ NÚÑEZ/LALUPA.MX
Integrante de los Scout desde los 7 años, Bárbara se identificó con el compromiso de “dejar el mundo mejor de como lo encontramos”; así, la adolescente impulsó el proyecto de Donación de Sangre en Jalpan de Serra, que ayudó a que el municipio pasara de nueve donadores voluntarios en 2018 a 24 en 2022. La pandemia no la detuvo, porque la imposibilidad de reunirse con más personas y con el apoyo de su grupo, se dedicó a poner en marcha el proyecto de “Nuestro Huerto” para que la gente siembre y coseche sus propios alimentos.
Bárbara Celeste García Vázquez, ganadora del Premio Juventud 2022 por Labor Social o Ambiental, tiene 16 años y no sabe qué carrera quiere estudiar, pero está convencida de que quiere trabajar por mejorar las condiciones que enfrentan los queretanos y eso la lleva a promover lo que aprende a través de las redes sociales porque mientras más gente replique estos proyectos, se puede generar una actitud más solidaria y un medio ambiente sostenible.
El impulso a la donación de sangre en Jalpan
“Soy scout desde los 7 años, ahí te enseñan a hacer un mundo mucho mejor, así que hacemos todo tipo de cosas. Cuando comencé en la Tropa, así se llama la sección de los 11 a los 15 años, fue cuando empezamos a platicar sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y me empezó a interesar, después los proyectos fueron surgiendo por la influencia de otros scouts”.
En alguna ocasión salió a San Luis Potosí y otro grupo de scout buscaba donadores de sangre. “Mi mamá trabajaba en el Hospital General de Jalpan y junto conmigo nos empezamos a interesar en el tema, en Jalpan no existe banco de sangre, sino centro de sangrado, entonces vimos que no había personas informadas con la donación de sangre, así que empezamos a trabajar con la salud y el bienestar”.
Con ayuda de su hermano, también scout, la familia se informó y capacitó sobre la donación de sangre para después brindar talleres informativos en escuelas para que la gente se concientizara sobre la cultura de la donación y poco a poco se extendieron a comunidades y otros municipios, además que empezaron a ayudarles a realizar folletos para repartir.
“Empezamos a pegar información por todo Jalpan, en las escuelas, en los trabajos, con alumnos, con el grupo scout y como yo voy a un taller de pintura en la Casa de la Cultura mi maestra nos apoyó con una manta con una manta con todos los requisitos, información, proceso y todo sobre la donación de sangre, así podían tomarle fotos y tenerlas a la mano”.
Aunque al principio eran muy pocos donadores, ya que en 2018 apenas se tenían entre dos o tres personas que se acercaban a donar, la cifra empezó a crecer y el día de donante, con el apoyo del personal del Centro de Sangrado, se dieron obsequios a todos los donadores voluntarios. “En el 2018 hubo nueve donadores en todo el año, en 2019 fueron 21 y en 2020 fueron 24, se vino la pandemia y no había posibilidades de hacer actividades informativas presenciales, pero lo hicimos de manera virtual. Ahora hay donadores que van cada cuatro meses”.
A través de las redes sociales en @DonaSangreJalpan, se promueve la donación voluntaria y la gente busca donadores, con los datos del hospital y personas que requieren el apoyo. Además, Bárbara hace videos en los que informa sobre todo el proceso para la donación.
“Nuestro Huerto” por una alimentación económica y sana
El trabajo voluntario de Bárbara no se queda en la donación. “Nuestro Huerto” le valió el reconocimiento por acciones ambientales, ya que con su grupo de scout buscó optimizar los espacios para que la gente pueda tener espacios en su casa en los que puedan sembrar sus propios alimentos.
El proyecto se desarrolló durante la pandemia, mientras la gente se encontraba en el encierro y fue necesario buscar ayuda de expertos, como biólogos y horticultores, para identificar ciertos componentes que facilitaran los huertos y sus cosechas, así como los espacios en los que podrían desarrollarlos, “en el suelo, en el techo, en los espacios pequeños”.
“Conocimos los tipos de plagas, los fertilizantes, las distancias entre las hortalizas, los tipos de huerto, hasta que llegó el momento de hacer nuestro huerto. El mío y el de mi hermano, al principio, era un botellón. Sembré cebolla cambray y después creamos nuestra composta para tener un huerto más grande, así que fuimos por tierra, con todo lo orgánico como cáscara de huevo, café, plátanos, hojas”.
Grupos de Scout de otras comunidades también se sumaron a la elaboración de los huertos, así que el movimiento social creció y se grabaron en videos que se encuentran en Youtube, para que cualquier persona tenga la misma información sobre la elaboración de estos espacios.
Este proyecto, explica Bárbara, permitirá que más personas puedan replicar el mismo ejercicio en sus viviendas y con eso reducir los gastos en su alimentación, además de mejorar las condiciones en las que se encuentran.
Bárbara estudia tercer semestre de preparatoria y todavía no decide qué quiere estudiar, porque “siento que estas son las cosas que me gustan: ayudar a la gente, impulsar a la juventud. Si la gente en cualquier lugar, en Pinal, en Bernal, en Landa, en Arroyo Seco, donde sea, puede replicar cualquiera de estos proyectos, pues adelante, porque mientras más gente se sume es mejor, hay que apoyar al ambiente, hay que apoyar a la gente, como el lema que tenemos en los Scout: dejar el mundo mejor de como lo encontramos, eso quiero”.