–Es el momento de tomarnos un tiempo para cuestionarnos, aprender, crecer y transformarnos, de forma personal y comunitaria.
–De los momentos de crisis nunca se sale igual: salimos mejores o peores.
–¿Qué hemos aprendido de las pandemias y las guerras?
–¿Qué señales de vida y esperanza podemos tener para cruzar nuestro tiempo y hacer de nuestro mundo un lugar mejor?
–¿Qué conciencia tenemos de los otros y de nosotros mismos?
–Nadie puede salvarse solo.
–Todos necesitamos de todos (más, menos), como otros nos necesitan. ¿Tenemos esta conciencia de que todos nos necesitamos?
–Es la frágil fraternidad humana en medio de las diferencias.
–Nadie puede salvarse solo.
–Nos necesitamos juntos en el centro, en la fraternidad y la solidaridad, en la justicia y la libertad, más allá de los humanos intereses particulares y egoístas. Es el desafío.
–¿Cuál es la vacuna contra los virus de la guerra, la desigualdad, la injusticia, el desamor, la soledad, el dolor?
–¿Qué nos toca hacer? ¿Qué podemos y debemos hacer?
–¿Cómo transformar nuestros criterios habituales de interpretación del mundo y de la realidad de este momento histórico que vivimos?
–Nadie se salva solo.
–Ya no podemos pensar sólo en preservar el espacio de nuestros intereses personales y nacionales; hace falta concebirnos a la luz del bien común, con un sentido comunitario, como un nosotros, abierto al túyoélnosotros universal.
–No podemos buscar sólo protegernos a nosotros mismos; es tiempo de comprometernos con la sanación de nuestra sociedad y del mundo en que vivimos, de nuestra casa política y familiar.
–Crear las bases para un mundo más justo, libre y pacífico, buscando el verdadero bien común a todos: la salud, la educación, el trabajo, la justicia, la libertad.
–Reconociendo que el mal y los extraños poderes existen en la Tierra, creados por todos.
–Las diversas crisis morales, sociales, políticas y económicas que padecemos están todas interconectadas.
–¿Cómo afrontar los retos del mundo con responsabilidad y compasión, con pasión y lucidez, con firmeza y flexibilidad?
–Hay que cuidar de forma conjunta la casa común de todos.
–Luchar contra nuestros propios virus y demonios, personales y sociales.
–Nadie se salva solo: la única salvación son los otros.
–¿Podemos caminar juntos a pesar de nuestras diferencias, y respetarnos y sancionarnos con humildad democrática?