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Ana: una mastografía a tiempo en el IMM de San Juan del Río le salvó la vida

HISTORIA: LUCERO ALMANZA/LALUPA.MX

FOTOS: CÉSAR ORTIZ/LALUPA.MX

“El cáncer es asintomático, y llegar a tener una oportunidad de vida por una detección oportuna no la cambio por nada ”, asegura Ana, una sobreviviente del cáncer de mama.

Ella se consideraba joven para pensar en riesgos de salud, mucho menos de padecer una enfermedad como esa. Tenía 43 años cuando le detectaron cáncer de mama, gracias a una revisión que se hizo “por no dejar”. Eso le salvó la vida.

Ana Pérez Ibarra comparte con lalupa.mx su experiencia, que puede ayudar a que otras mujeres hagan conciencia de la importancia de realizarse chequeos médicos de manera recurrente, porque el cáncer, insiste, es una enfermedad silenciosa.

“Desafortunadamente el cáncer de mama es asintomático y yo jamás había tenido algún dolor, alguna molestia”, comenta Ana. Incluso, ella se había realizado una mastografía un año y medio antes de su diagnóstico.

“Iba caminando con mi esposo por la calle, cuando pasamos por el Instituto (Municipal) de la Mujer, aquí en San Juan del Río. Estaban ofreciendo estudios médicos, entre ellos la mastografía. Yo no quería hacerme el estudio, pero mi esposo me convenció”, recuerda.

Un año y medio antes, Ana se había realizado una mastografía y los resultados habían salido sin ninguna anomalía, así que, en ese momento pensó: ¿Para qué hacerme una revisión? Sin embargo, decidió hacerse el estudio a través del Instituto.

“Literalmente me convencieron de hacerme la mastografía. Puse muchas trabas, tiempo, está muy lejos, mis hijos, además era ir a (la ciudad de) Querétaro a hacerse la mastografía”, añade.

Con el apoyo del Instituto Municipal de la Mujer (IMM) de San Juan del Río, Ana acudió con un grupo de mujeres a Querétaro a realizarse la mastografía, y unos días después, le llamaron para pedirle que se practicara otros estudios, incluyendo una biopsia, debido a que se había detectado cáncer en uno de sus senos.

“Me dicen que efectivamente tenía células cancerígenas, pero están encapsuladas.Y, la doctora me dice que no hay un tratamiento o algún medicamento que pueda tomar, y sólo está la opción de practicar una cirugía y dar seguimiento”, menciona.

Tomar la decisión

Ana, quien tiene dos hijos, una joven de 19 años y un niño de 12 años, toma la decisión en ese momento de realizar la cirugía.

Desde el momento en que se acercó al IMM tuvo el acompañamiento del personal de la institución, desde la primera mastografía que se hizo en Querétaro hasta la cirugía a la que se sometió en el Hospital del Niño y la Mujer, tres meses después de esos primeros resultados.

“El Instituto de la Mujer me ayudó muchísimo, me llevó de la mano desde el primer momento. Primero, yo no quería hacerme los estudios, me convenció, literalmente, la persona del instituto y mi esposo; y después, cuando iba a los estudios siempre fueron conmigo, cuando fue la cirugía Isa (la asesora del IMM) estuvo conmigo, entonces, la verdad son ángeles”, afirma.“Me sentí muy acogida, y hasta la fecha sigo en observación, ya me están dando mis citas cada seis meses”.

El Instituto Municipal de la Mujer de San Juan del Río tiene programas para promover acciones de prevención y detección a tiempo del cáncer de mama y cervicouterino.

Proporciona asesoría, gestoría y acompañamiento para la realización y estrega de resultados de estudios de mastografía, papanicoloau y detección del VPH, en coordinación con instituciones de Salud en el municipio.

A Ana tuvieron que extirparle 7.7 centímetros de diámetro de su seno, y ella misma asegura que no fue sencillo aceptarlo y asimilarlo porque en el momento todo sucede muy rápido. Cuando viene la etapa de recuperación, es el momento en que el dolor físico y emocional aparecen.

“Todo fue muy rápido, realmente, no me dio tiempo de pensar lo que sucedía. Después de que me detectaran el cáncer fueron cita tras cita, la biopsia, los estudios y luego la cirugía, afortunadamente mi familia estuvo conmigo, mi esposo fue mi todo”, comenta.

“No tengo tiempo, no tengo dinero…”

Ana reconoce que no es fácil decidirse por una mastografía preventiva, ya que existen muchas razones aparentes por las cuales no se acude. No obstante, en el IMM se puede obtener apoyo para la atención de manera gratuita y con la asesoría correspondiente.

“Desafortunadamente es lo que pensamos: no voy porque no tengo dinero, porque no tengo tiempo o porque no siento nada; y yo no tenía ningún síntoma”, advierte.

En su caso, la detección a tiempo, la atención y el seguimiento de la enfermedad ha tenido resultados positivos, y Ana continúa con su vida, junto con sus seres queridos.

Ahora, segura de sí misma, le afirma a su hija que el perder un seno, o parte de éste, “no hace menos a una mujer”, es una situación que no condiciona a una persona.

La experiencia finalmente, dice, ha tenido su lado positivo, pues les ha enseñado a ella y a su familia muchas lecciones de vida, de unión familiar, de valoración, que van más allá de la propia enfermedad.

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Last modified: 12 enero, 2023
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