Autoría de 9:00 pm #Destacada, Amílcar Salazar - Filo rojo • One Comment

Pedófilos gringos huyen a México y burlan la cárcel

REPORTAJE Y EDICIÓN FOTOGRÁFICA: AMÍLCAR SALAZAR/LALUPA.MX

Un presunto pedófilo estadounidense que en enero de 2022 fue devuelto a su país –luego de permanecer como fugitivo en México durante 22 años–, acaba de ser condenado en la ciudad de Moorhead, Minnesota, a purgar “12 meses y un día” de cárcel por el único delito que se le pudo demostrar: huir a México, el cual no es considerado como grave en Estados Unidos.

Se trata del avejentado técnico en computación Curtis Lee Brovold, nacido en noviembre de 1953 en Montevideo, Minnesota, y quien entre febrero y julio de 2000 –teniendo 47 años– habría violado repetidamente en moteles de Moorhead a una niña de 14 años, de acuerdo con una corte del condado de Cley. No fue encarcelado porque en septiembre de 2000 se refugió en México.

Brovold fue arrestado en Cancún, Quintana Roo, el 12 de enero de 2022, después de haber vivido durante 10 años en una casa de la cual es copropietario, además de 12 años previos en la Ciudad de México, donde habría administrado un negocio de electrónica, según averiguó lalupa.mx.

El fugitivo Curtis Brovold escapó de Minnesota en septiembre de 2000 para esconderse en México durante 22 años. Fue capturado en enero de 2022 en Cancún

Fue precisamente en la CDMX donde detectives de Moorhead se acercaron a la embajada de EU en México –a cargo del embajador Ken Salazar– a fin de reunirse con agentes del Federal Bureau of Investigation (FBI) y así apresurar la rezagada captura de Brovold, según aceptó someramente la agencia investigadora en un boletín y con mayor detalle la televisora de Moorhead KVRR.

Brovold, ya retirado en el paraíso turístico del Caribe a sus 70 años, debió sorprenderse cuando luego de sentirse mexicano durante más de cuatro lustros, se vio ante agentes de la Unidad de Crímenes contra Niños del FBI, instancia que durante el mismo periodo parecía haberse conformado con mantener la fotografía del prófugo en la popular página de los “más buscados”.

Una típica alerta de búsqueda de fugitivos por parte del FBI, pero la cual contiene una llamativa errata geográfica en la cita a nuestro país, al indicar que Brovold “pudo haber viajado a Bital y Tepey, México”, poblaciones que no existen en el mapa nacional.

Brovold finalmente fue atrapado, aún cuando la ficha de búsqueda del FBI se mantuvo por años con una errata, citando lugares que no existen en el país.

Pese a la tardanza para localizar al “más buscado”, la afamada agencia presumió su caso:

“El FBI tiene dos cosas de su lado cuando trabaja en casos de fugitivos: persistencia y una memoria muy larga. Ambas ayudaron a llevarnos a Curtis Brovold”, declaró a los medios el agente especial Michael Paul.

12 MESES DE CÁRCEL POR FUGARSE A MÉXICO

La breve condena carcelaria para Brovold se generó gracias a un “acuerdo de culpabilidad” que el propio acusado firmó el pasado 20 de diciembre, acuerdo que pareció ser el último intento de la fiscalía de Moorhead para castigar durante al menos 366 días a un sujeto que de manera histórica burló al brazo de la justicia.

Sin embargo, fuentes de pasillo comentaron que la demora para localizar a un fugitivo que llegó a ser conocido como “El monstruo de Moorhead” causaba dolores de cabeza en la alcaldía, dado que los medios retomaban constantemente la historia para referirse a la falta de justicia para las víctimas de abuso sexual.

Lamentablemente, cuando Brovold estaba por ser acusado por delitos graves de agresión sexual, la fiscalía se topó con el inusitado problema de que la víctima –quien ahora tiene 36 años– se negó a presentarse para refrendar los añejos cargos de violación. Hasta ahora, la autoridad no ha dado a conocer públicamente las posibles razones del desistimiento.

Algunas versiones de prensa señalan que la mujer afectada habría expresado su derecho de no comprometer su imagen pública en un momento de su vida en el que ya ha podido rehacerse y ha dejado el pasado atrás.

Empero, otras versiones sugieren que la ausencia de la quejosa se debió a que los abogados de Brovold gestionaron por su cuenta un arreglo extralegal para indemnizarla con “hasta 40 mil dólares” a cambio de no ratificar los cargos.

La sagacidad que Brovold ha mostrado para encausar exitosamente su defensa, contrasta con los supuestos episodios de “demencia” que dice padecer. En una carta que escribió al juez Jade Rosenfeldt, el acusado se disculpa por no recordar “viejas etapas de su vida”, mismas que, según dice, pudieran deberse al estrés o a su edad.

A los 70 años y con supuesta “demencia”, el antiguo Monstruo de Moorhead ha mostrado ante la corte una astuta defensa para obtener impunidad.

Al margen de que la fiscalía logre probar que el acusado sobornó a la acusadora –algo que sería un nuevo delito–, el debilitamiento del caso hace temer a algunos organismos de apoyo a víctimas de abuso sexual que Curtis Brovold vuelva a pisar las calles y crea que se ha salido con la suya.

HABLEMOS DE KEVIN

El cincuentón Kevin Michael Esterly, nacido en 1972 en Allentown, Pensilvania, también decidió escapar a México, pero él lo hizo en plan de “aventura romántica”, misma que inició en Cancún, Quintana Roo, el 5 de marzo de 2018 y concluyó en mayo de 2022, cuando salió de una cárcel de Pensilvania luego de purgar dos años y medio por el delito de corrupción de menores.

Y es que Kevin realizó aquél viaje a Cancún acompañado por Amy Luu, una chica que estaba por cumplir 16 años, pero quien parecía compartir con él una relación tan ilegal en Estados Unidos como en México. Un delito flagrante de pedofilia en caso de probarse, pero que causaría un ríspido debate entre un fiscal y un abogado defensor.

Kevin Esterly, de 50 años, escapó al Caribe mexicano en plan de vacaciones, pero lo hizo con una chica de 16 años, haciéndose pasar por su “tutor”.

Aunque desigual en materia de edades, la fuga a México de Kevin y Amy se asemejó a la de un típico lance juvenil.

Aparentemente cansada de las sospechas y reclamos que sobre su presumible relación amorosa sostenían tanto la madre de la chica como la esposa del adulto, la pareja habría decidido poner tierra de por medio y escapar hacia el sureste mexicano.

Kevin, quien trabajaba de manera independiente como contratista de obras, empacó ropa y pasaporte luego de vaciar la cuenta bancaria que compartía con su esposa Stacey, de 45 años, dejándola a ella y a sus cuatro hijos (de 3, 8, 11 y 15 años) con un saldo de… 28 centavos, así como una larga lista de adeudos domésticos y automotrices.

Mientras tanto, la jovencita aprovechó que su madre no estaba en casa para robar tanto el pasaporte de la señora Miu Luu como 10 mil dólares que guardaba en un escondite.

El día de la fuga, Kevin pasó a recoger a Amy a la escuela secundaria, colegio donde según pudo saberse, la dejaban salir con el hombre porque previamente la alumna lo había registrado como “contacto de confianza”, haciéndolo pasar como su “tutor”.

Casado y con 4 hijos, Kevin decía tener una “relación paternal” con Amy Luu, chica de 16 años cuyo padre verdadero vivía en China.

El pretexto de ser su tutor era justamente el que Kevin utilizaba para responder a las insinuaciones del prójimo sobre su cercanía con Amy, quien era hija de una dama que no hablaba inglés y trabajaba largas jornadas en un negocio de comida, así como de un padre tan distante que vivía en China.

“Entre Amy y yo sólo existe un asunto de conciencia: yo cumplo con ser la figura paterna que ella nunca tuvo”, exponía a quien se lo preguntara, inclusive a las autoridades.

Horas después de salir de la escuela y de recolectar papeles y dinero, Kevin y Amy ya estaban en el aeropuerto de Filadelfia, donde abordaron sin problema el vuelo 877 de American Airlines con dirección a Dallas, ciudad texana donde subieron a otro avión de la misma empresa hacia el paraíso del Caribe mexicano.

Al personal del Instituto Nacional de Migración (INM) del aeropuerto de Cancún tampoco debió resultar llamativo el arribo de la pareja, porque los dejó ingresar al país sin percatarse de que la chica viajaba con el pasaporte de su madre, de 46 años.

Fue durante el vuelo a Cancún cuando un pasajero curioso de nombre Frank Castrovinci decidió mirar de reojo a la pareja, aunque hasta entonces la inquietud sólo quedó en su mente.

Días después, ya de regreso en EU, el viajero se enteró por las noticias de la desaparición de una joven en compañía de un hombre mayor y al ver la imagen reconoció a la pareja. Fue entonces que llamó a la policía para reportar que los fugados andaban de paseo por el Caribe mexicano.

“Me llamó la atención la diferencia de edades. No parecían ser un padre con la hija, no sólo por el aspecto físico, sino por cómo se comportaban. Vi extraña la forma en que la chica se recargaba en él mientras iban sentados y al final vi que él le acariciaba la pierna, su mano le temblaba un poco”, narró Castrovinci.

Hospedados en un hotel de Playa del Carmen –igualmente registrados como tutor e hija adoptiva en una habitación con doble cama–, Kevin y Amy parecían no saber nada sobre las noticias que sobre su fuga ya circulaban por internet.

Quizá ignoraban que la policía de Pensilvania ya había emitido una alerta global de búsqueda, al tiempo que en México se distribuía una Alerta Amber donde figuraban tanto la foto de la chica como la del varón; imágenes con las que la policía mexicana, acompañada por alguaciles de EU, pudo localizarlos mientras se asoleaban y escuchaban música.

Luego de que se emitiera en México una Alerta Amber, Amy y Kevin fueron localizados mientras tomaban el sol en Playa del Carmen.

Meses después, luego de cubrir un largo trámite de deportación vía Miami hasta Pensilvania, Amy regresó a casa de su madre, mientras que Kevin debió enfrentar un juicio en el condado de Leigh, donde el acusado se mantuvo firme en la tesis de que su relación con Amy era “sólo paternal” y que nunca se dio entre ellos un componente de tipo sexual.

“Aunque la señora Luu no me crea, yo siempre estaré dispuesto a sentirme como el tutor de Amy. Fuimos a México porque ella quería ir allá de cualquier modo, así que solamente la acompañé como lo haría cualquier padre que intenta proteger a una hija testaruda”, expuso Kevin.

Si bien la fiscalía solicitó a la jueza María Dantos que llevara a Kevin hacia una pena de 45 años de cárcel por pedofilia y a un forzado registro como delincuente sexual, esta no contó con pruebas que lo justificaran, menos aún cuando la propia Amy, en presencia de su asombrada madre, defendió con ternura al caballero que reconocía como “tutor de conciencia”.

“Lo más malo que Kevin me ha hecho es regañarme cuando me he equivocado, porque él es como el padre que debí tener cuando nací. Ahora que está aquí, yo les pido que no me lo arrebaten”, expresó una compungida Amy.

Por recomendación de su abogado, Kevin accedió a evitar un largo juicio declarándose culpable del menor de los delitos que se le imputaban: corrupción de menores, ello porque tanto Amy como su presunto tutor “bebían alcohol” el día en que fueron sorprendidos por agentes policiales en playas mexicanas.

El acuerdo de culpabilidad fue signado por la jueza y el quizá reconfortado Kevin fue enviado a pasar una aventura de poco más de dos años en una cárcel para primerizos.

ALBELO, FUGITIVO TEXANO EN EL CENTRO DE MÉXICO

“Este hombre me hizo mucho daño cuando era niña. Y cuando creí que por fin obtendría justicia, él se escapó a México y ahora no sé dónde encontrarlo. Ayúdame a buscarlo y a evitar que dañe a otras chicas”.

El párrafo anterior forma parte de un anuncio difundido en las redes sociales por Yaneli N., una joven mexamericana de 18 años residente de Beaumont, Texas, quien así busca ubicar en México al cubano-estadunidense de 50 años que la agredió sexualmente y embarazó a principios de 2017, cuando tenía 13 años.

Dadiel Albelo es el nombre del sujeto acusado por Yaneli, un presunto pedófilo que apenas el pasado 6 de octubre –día en que se le dictaba sentencia– huyó de Beaumont, ciudad cercana a Houston, para entrar por carretera al territorio nacional y sumarse a la lista de los “más buscados” por la justicia del país del norte.

A punto de ser encarcelado, Dadiel Albelo entró manejando al país. En Texas ofrecen mil dólares por informes que lleven a su captura.

A las 02:45 horas del jueves 6 de octubre de 2022, una cámara de vigilancia del puerto fronterizo situado entre Laredo, Texas, y Nuevo Laredo, Tamaulipas, captó a Albelo cruzando hacia México al volante de su camioneta, una Nissan Frontier de color blanco con placas texanas RMR-6594.

Reportes obtenidos por la familia de Yaneli –a través de investigadores que siguen el caso en el condado de Jefferson– indican que en los meses recientes Albelo “pudo haber sido visto” en tres ciudades del país: Villa Hidalgo, San Luis Potosí; Celaya, Guanajuato, así como Bernal, Querétaro. Sin embargo, según se advierte en un cartel de búsqueda, el fugitivo “pudiera andar en cualquier lugar de México”.

De acuerdo con una sentencia dictada en ausencia del acusado por la magistrada texana Christine L. Stetson, Albelo quedará a deber una condena de 45 años de cárcel y una multa de 10 mil dólares por agredir sexualmente a Yaneli. Dicha agresión fue reportada el 19 de marzo de 2017 y originó que la chica diera a luz a un pequeño que ahora tiene 5 años.

El pueblo mágico de Bernal, en Ezequiel Montes, Querétaro, es uno de los tres lugares de México donde supuestamente “se ha visto” al fugitivo.

Si bien la joven no informó oportunamente a sus padres sobre el abuso sexual sufrido sino hasta que fue notorio su embarazo, ello no impidió que estos presentaran cargos por violación en contra de Albelo, a quien consideraban como “amigo de la familia” al ser un hombre casado con tres hijos y ser empleado de nivel medio en una compañía petrolera.

Gracias a sus abogados y al pago de una fianza de 40 mil dólares, Albelo se declaró “no culpable” de agresión sexual, argumentando que la chica “fantaseaba” y “podría sufrir de enamoramiento hacia mi persona, “algo indebido que yo siempre rechacé”, según dijo en declaración jurada.

Pero el argumento de que la joven “sufría” de un eventual Síndrome de Lolita por un adulto del que, según se rumoraba, ya tenía antecedentes de pedofilia, jamás convenció a la defensa de Yaneli, quien persistió en la demanda de justicia.

Aunado a la victimización que se hacía de su hija, la agobiada madre de Yaneli y también abuela de un niño que no era reconocido por su posible padre, enfrentaba en casa la depresión de su hija, quien luchaba tanto por sobreponerse como por enfrentar durante el juicio las denostaciones por parte de la defensa del acusado.

Pero el alegato de Albelo no tuvo éxito frente al jurado ni ante la jueza Stetson, especialmente porque para principios de 2022 la corte ya contaba con pruebas de ADN que certificaban la paternidad del hijo de la víctima.

Albelo pareció haberse jugado aquél proceso como una apuesta por el todo o nada, ya que la última vez que se dejó ver en la sala de la corte –aún gozando de libertad bajo fianza– fue a las 18:00 horas del martes 4 de octubre, cuando el jurado solicitó a Stetson un receso para ir a casa, bajo la oferta de presentar su veredicto al día siguiente.

Pero el miércoles 5 de octubre, cuando el jurado declaró culpable a Albelo, este no apareció por ningún lado.

Dadiel fue sentenciado a 45 años por abusar sexualmente de Yaneli N, de 13 años. La misma edad de una de sus hijas.

Si bien el GPS de su celular indicaba hallarse en Beaumont, las cámaras de seguridad de la aduana de Nuevo Laredo pronto confirmarían a un grupo de despistados policías texanos que el dueño del teléfono ya había escapado a México.

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Last modified: 26 enero, 2023
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